De una ideología liberal y con una consecuente vocación federalista, el gobierno de Francisco García Salinas (1829-1834) se caracterizó por su clara línea progresista. En materia educativa y concretamente en le primera enseñanza, Tata Pachito, el también llamado gobernante modelo, lo que hizo fue continuar la obra de su antecesor y pariente José María García Rojas y seguir consolidando los principios educativos aprobados por las Cortes de Cádiz de la gratuidad, obligatoriedad y uniformidad de la instrucción. La refundación de la Escuela Normal con Ribott al frente y la aprobación de la LGEP, serían los pilares de nuevo y promisorio despegue educativo.
Para poder acceder al progreso económico y a un estadio superior de civilización en todos los órdenes de la sociedad, al prócer zacatecano le resultaba imprescindible instruir (ilustrar) a las capas populares. Como parte de su ideario, la instrucción de las mayorías se lograría por medio del método lancasteriano. La educación pública debería ser la palanca para acceder al progreso y transformación de los pueblos. En este sentido, mediante el Plan General de Enseñanza de 1831 se adelantó a las reformas educativas de Gómez Farías.
Las expectativas que Francisco García tenía puestas en la educación y su función revulsiva en la sociedad no debieron ser muy distintas a las abrigadas por Mora. Para éste, como parte de su ideario político, el sistema republicano debía proteger y fomentar la educación. Los gobiernos libres, sostenía, tienen entre sus bienes la libertad de los ciudadanos sustentada en el conocimiento y la práctica de sus deberes y obligaciones.1 Deseas construir una sociedad y una nación prosperas, empieza por formar hombres libres conscientes de sus deberes y conocedores de sus derechos. Formad pues ciudadanos. Para ello no existe otra vía que la de la educación de las masas. Esa pare haber sido una de las divisas por la que buscó dirigir su gobierno Francisco García.
En lo concerniente al ramo de la enseñanza e instrucción pública, además del establecimiento del Instituto Literario y de las academias de dibujo, instrumentó una reforma de la Normal. Para tal efecto, inició en 1831 su segunda etapa en la que se becó a preceptores de los diferentes partidos para que acudieran a capacitarse en el método lancasteriano y regresaran a sus lugares de origen a establecer escuelas y propagar dicho método.
Durante los años de su administración se observó una expansión de escuelas primarias por todo el estado. Al terminar el primer tercio de su gobierno, en su primera memoria, el mandatario zacatecano se lamentaba del estado deplorable en que se encontraba la educación literaria que se impartía en el Colegio San Luis Gonzaga. Causa atribuida a que las anteriores legislaturas no habían concluido un nuevo plan de estudios acorde a las necesidades de los nuevos tiempos que se vivían. Para remediar la situación, el gobierno había propuesto la creación de tres nuevas cátedras: matemáticas, química y mineralogía.2 Además de las academias de dibujo y del Instituto Literario de Jerez,3 la obra educativa de Tata Pachito más trascendente se dio en el crecimiento que registró la enseñanza primaria. Esto ocurrió después de su segundo bienio cuando el proyecto del diputado José María Sandoval se concretó en la Ley del 30 de junio de 1831 (LGEP). El establecimiento de escuelas de primeras letras que enseñaron con el método lancasteriano se multiplicó en las municipalidades de los partidos, éstas se abrieron incluso en las haciendas que aún no contaban con ellas.
Al terminar la gestión de Tata Pachito, en el Estado de Zacatecas existían 61 escuelas con 2 mil 220 alumnos.4 En ambos rubros sólo lo superaban el Estado de México y Nuevo León. En términos relativos, si se parte del supuesto que Zacatecas no ocupaba el tercer lugar ni poblacional ni económicamente, el estado de su educación era avanzado en relación con el de las otras entidades del país.
Particularmente, en lo relacionado con la educación primaria, menciona García González la influencia de Jeremy Benthan en el gobernante zacatecano. Benthan fue otro de los partidarios del método lancasteriano al mencionar que: “el sistema mutualista de enseñanza era aplicable en toda educación”.5 Además de Benthan, influyeron en su pensamiento educativo Jovellanos, de manera especial su amigo Mora y los planteamientos de quien sería gobernador del vecino Estado de Jalisco, Prisciliano Sánchez, y Valentín Gómez Farías6 a quien se le atribuye junto con Luis de la Rosa Oteyza ser los autores del Plan General de Enseñanza de 1831, cuya espíritu radica en la municipalización de la enseñanza.
Mediante el ejercicio de no dejar en letra muerta los preceptos de la Constitución del Estado, Francisco García hizo suyos algunos proyectos e iniciativas del Congreso, plasmándolos en leyes y reglamentos que les dieran vida. La normatividad de la instrucción pública elemental tuvo como motor y antecedente el decreto de del 7 de febrero de 1831, resultado de la iniciativa de proyecto del diputado José María Sandoval de crear escuelas en todos los municipios. Dicho proyecto había sido presentado y votado favorablemente el dictamen el 12 de julio de 1830.7 Otro documento que serviría en la administración educativa fue el Plan General de Enseñanza Pública y su reglamento respectivo. Este plan sería conocido también como la ley del 30 de junio de 1831, por ser en esta fecha cuando el gobernador Francisco García la firmó y ordenó su publicación acompañada de su reglamento respectivo. La ley o Plan General de Enseñanza Pública constó de 32 artículos. Para operar la ley se elaboró el reglamento que haría posible su aplicación. Su importancia radica en que por primera vez en el estado se establecía la enseñanza primaria con el carácter de obligatoria, uniformándola con los mismos libros y un solo método que era el de enseñanza mutua o lancasteriano. Las escuelas serían sostenidas con los fondos del Estado, con el auxilio de los ayuntamientos y la cooperación por medio de cuotas voluntarias de los padres de familia y de los ciudadanos. Se puede decir que el proyecto educativo durante la gestión de Francisco García fue el de la municipalización de la enseñanza. ■
Referencias
(Endnotes)
1 Anne Staples (1985), Educar: panacea del México independiente, México, SEP-Ediciones El Caballito, p. 101.
2 Ibíd., pp. 14 y 15.
3 En la primera de las tres memorias que el gobernador Francisco García entregó al Congreso local, en lo relativo a la enseñanza solo se hace mención a la “deplorable situación” en que se encontraba el Colegio San Luis Gonzaga debido a las trabas que había tenido la redacción, conclusión y aprobación de un nuevo plan de estudios que lo rigiera. Sobre el nivel de primaria no se ocupa en lo más mínimo. Véase: Memorias presentadas por el C. Francisco García….., enero 2 de 1831, pp.14-15.
4 Carlos Macías (1988), “La minería en Fresnillo durante el gobierno de Francisco García” en Relaciones, N° 34, Zamora, El Colegio de Michoacán, p. 41.
5 Francisco García González (1989), Francisco García Salinas y su obra, Zacatecas, UAZ, p.15.
6 Ibíd., p. 16.
7 AHEZ. Fondo Jefatura Política, Serie Instrucción Pública, Subserie. Generalidades, “Propuesta del Diputado José María Sandoval para el establecimiento de escuelas en todos los pueblos del estado”, C. 1, 12 fs. 12 de julio de 1830 – 12 de febrero de 1831.
