Con tiempos de “aguas”, o ¿qué es lo que está pasando con las estaciones del año?, de pronto llueve, luego sopla mucho viento, luego viene la calma, el sol, el cielo despejado y luego otra vez baja la temperatura. En el sector rural, estas aguas son oro puro porque los agostaderos se mejoran mucho y más que eso, los mantos acuíferos se recargan un poco, los bordos y presas captan agua y el ánimo entre los agricultores cobra nueva vida, aunque saben que es otra vez el principio del fin, porque volver a sembrar con la incertidumbre de buenos precios y con la casi nula ausencia o indiferencia de las autoridades para resolver esos problemas que están digámoslo así, atados de por vida al productor.
Este debe de ser un buen año y los dos que le siguen, porque además de llevarse a cabo las elecciones federales ahora y luego las de Presidente de la República, de senadores y diputados locales, además de los ayuntamientos, lo que suceda en las urnas habrá de reflejarse en la forma de gobernar, desde el más alto de los niveles, hasta el más bajo, los presidentes municipales. Porque habrá, como es costumbre, discursos cargados de promesas y promesas pasadas que no fueron cumplidas.
En y para el desarrollo integral de una entidad o región, se requiere básicamente del establecimiento de compromisos alejados de demagogias y discursos vanos; alguna vez, alguien mencionaba en una charla que lo que hace veinte años se escribió en torno a las elecciones, ya sea de senadores, diputados o alcaldes, es en los tiempos actuales lo mismo, sólo cambian los rostros de los actores de la película.
Hubo el evento cenecista del sábado, en el que se vieron rostros, muchos rostros de campesinos y familias que llegaron al domo de la feria para atestiguar, como lo dijera el presidente del Partido Revolucionario Institucional, la toma de protesta a 25 presidentes de comités municipales campesinos. Manuel Cota Jiménez, dirigente nacional de la otrora gloriosa CNC, fue el encargado de tomar la protesta de ley. Estaba a su lado el gobernador Miguel Alonso Reyes y había más personalidades porque antes, por la mañana se había efectuado otro acto priísta en otro escenario.
Dos presidentes municipales estuvieron en el presídium, Roberto Luévano y Carlos Peña, abajo, entre las sillas, estaban otros más, no fueron mencionados pero allí estaban acompañando a su gente y Cota Jiménez destacó en su discurso, lo que por el campo se ha hecho a nivel nacional y estatal con las gestiones del primero, Enrique Peña Nieto y del segundo, Miguel Alonso Reyes. Cuatro mil tractores para el campo, se avanza en la mecanización, en la modernización, y de esos cuatro mil para Zacatecas, para los campesinos, serán solamente 130 tractores. Como y de qué manera se van a repartir, y ¿cuándo?, ojalá y no sea en estos tiempos electorales. Porque los otros partidos no tienen tractores no tendrán semillas o insumos para ayudar a sus militantes campesinos, ganaderos o agricultores. Así es la política pues.
En las presidencias municipales, la actividad empieza a hacerse notoria, los alcaldes, aún sin tener los presupuestos suficientes, tratan a toda costa de dar respuestas positivas a sus habitantes, uno de ellos, el de Villa Hidalgo, que anda con todo construyendo obras por aquí y obras por allá. Y en Trancoso, Ricardo de la Rosa Trejo sabe que aunque el municipio es de los pequeños, o de los más nuevos, requiere de soluciones a servicios fundamentales como el agua y la energía eléctrica, o bien, la atención a la infraestructura de educación y de salud, claves para el buen desarrollo de los pueblos.
Estas aguas traen consecuencias de alguna manera positivas, porque en el campo, el ambiente cambia totalmente, es necesario que en tiempos así, el gobierno, los gobiernos de los tres niveles pongan mayor atención en que es lo que más se requiere para avanzar en la transformación del campo y lo que aquí vino a decir Cota Jiménez no deja de ser meramente un discurso electorero que aquellos 1,500 campesinos que estaban en el domo de la feria, no le creyeron del todo, porque la disminución a presupuestos y la escases de dinero, no deja de afectar a quienes año con año están a la espera del buen temporal, pero también a la llegada de apoyos, apoyos que deberían de traducirse en subsidios reales, para que se apliquen en paquetes o programas debidamente analizados, y que se ejecuten en esas zonas que sabido es, tienen microclimas específicos para la producción de determinados granos, hortalizas, forrajes o frutales.
El frijol, por más que le hagan la lucha para disminuir superficies cultivadas de esta oleaginosa, este seguirá en el ánimo de los campesinos, ahí lo que realmente hace falta, es darle su lugar a la asistencia técnica, para que los rendimientos unitarios se eleven y también, ayudar al que produce a comercializar. Porque dependencias como la delegación de la Sagarpa y la Secretaría del Campo, tienen esa responsabilidad. Mucho dinero se va en apoyos que llegan en programas como el Procampo, que ya ha cambiado de nombre varias veces, pero su objetivo es el mismo, mediatizar al productor y captarlo, para que en momentos determinados, se le pueda ofrecer tal o cual programa, dinero fresco, a cambio de su participación en asuntos que para quienes están en el poder, resultaría definitoria.
Mucho pudiéramos decir al respecto, pero hoy, hasta aquí mi comentario. ■
