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viernes, 26 abril, 2024
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El Convenio Nacional de Colaboración por las Niñas, Niños y Adolescentes

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

En todo nuestro país, la situación que enfrentan miles de niñas, niños y adolescentes es cada vez más compleja, por lo que los esfuerzos institucionales que se realizan para garantizar el ejercicio pleno de sus Derechos Humanos Fundamentales, tendrán que orientarse a buscar nuevas estrategias que encaminen a nuestra niñez hacia nuevos senderos de paz, prosperidad y armonía. En el Informe Anual 2020 para México, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se establece que conjuntamente con el Gobierno del Presidente López Obrador, se inició un Programa de Cooperación con vigencia del 2020 al 2025 con la finalidad de promover una nueva generación de niñas, niños y adolescentes saludables, educados, libres de pobreza y protegidos contra los distintos tipos de violencia, con acceso igualitario a las oportunidades de desarrollo, educación y crecimiento, teniendo una atención integral recibida desde la infancia. Con tal propósito, se trabaja en el empoderamiento de nuestra niñez impulsando un cambio y desarrollo positivo en la sociedad orientando la construcción de un país mejor que se sustente en la ausencia de carencias y limitaciones que afectan sus prerrogativas. En todos los escenarios, la idea que debe prevalecer es el trabajo efectivo y la conjunción de esfuerzos, recursos y acciones que solucionen de raíz los grandes problemas que a diario enfrentan la niñez y la adolescencia y, es que los integrantes más sensibles, delicados y maravillosos de nuestro colectivo, sufren los efectos de la descomposición social y los efectos de la pandemia de la COVID-19 que los confina a vivir enclaustrados con los acosadores, con los abusadores o con padres y madres agresivos que descargan en ellos, frustraciones, problemas económicos y otras muchas cosas más. En este contexto, la UNICEF sentencia que la emergencia sanitaria afectó a la niñez en diversos aspectos de sus vidas, limitando su desarrollo ya que sus escuelas cerraron y las opciones para continuar con sus estudios a distancia dependieron de los recursos tecnológicos que tenían en casa, además de que el acceso a alimentos se redujo por lo que corrieron el riesgo de pasar hambre aunado al distanciamiento social y al confinamiento prolongado que afectó su salud mental con estrés y depresión. Finalmente, la UNICEF señala que las acciones que hagamos hoy, marcarán a toda una generación, por lo que en esta ocasión celebro mucho la firma del Convenio de Colaboración para la Ejecución de Acciones, Proyectos y Programas que contribuyan a Garantizar el Pleno Ejercicio, Respeto, Promoción, Difusión, Protección, Prevención y Restitución Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que el DIF Estatal que preside la Lic. Sara Hernández de Monreal, firmó con el DIF Nacional que atinadamente dirige Nuria Fernández y con la Procuraduría Federal de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes que preside nuestro amigo el Maestro Oliver Castañeda Correa. Dicho instrumento de colaboración fue signado por todos los procuradores, procuradoras y las directoras y directores de los DIF estatales, bajo la idea de garantizar el interés superior del menor en cada rincón del país, traducido en la máxima de que en todas las decisiones y actuaciones del estado se velará y cumplirá con el ejercicio pleno de sus derechos, dicho principio debe aplicarse en el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a este importante segmento de la población. En palabras de la Directora del Organismo Nacional, debemos ponernos en los zapatos de las niñas, los niños y los adolescentes, principalmente de aquellos que atraviesan por algún grado de vulnerabilidad; de esta forma, estaremos trabajando con objetividad, sensibilidad y eficacia para atender sus demandas, restituir sus derechos y brindarles una familia cuando lo necesiten, además de espacios idóneos para su desarrollo pleno pues de esta forma, estaremos construyendo una sociedad más equilibrada, justa y sostenible. No hay duda de que la encomienda que tenemos en las procuradurías y en los sistemas DIF estatales es ardua y muchas veces compleja, la diferencia está en el capital humano, en su vocación de servicio y en la gran necesidad que tenemos de edificar los pilares de un nuevo proyecto de Nación, con mayor igualdad de oportunidades, con equidad, justicia y prosperidad. De todos los individuos, la niñez y la adolescencia, deber ser los primeros pues en ellos descansará la esperanza de un México fuerte, democrático, soberano y próspero, anhelos de muchos que hoy trabajamos por hacerlo realidad.

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