Señorita:
Usted no puede llevarse mi corazón en abonos
llévelo todo de una vez
si quiere: a plazo fijo
pague después.
O róbelo.
Le doy una idea: pídalo prestado y no lo devuelva.
Pero,
señorita,
no lo tome por partes
ni en mensualidades
ni en tandas,
esos modos capitales, se lo juro,
jamás funcionan.
Uno puede quedarse endeudado de por vida
y hasta la muerte.
Señorita:
húrtelo y cómaselo
piérdalo, el corazón, en ningún lugar de su recámara
¡haga lo imposible, caramba!
Nunca se lo lleve en pedacitos
ni en trozos de poemas mínimos.
Señorita:
Vuélvase irrazonable.
Invente un método.
Conjure algún puto hechizo.
Usted no puede llevarse mi corazón incompleto.
Yo le diré la forma:
O una acción directa
o un asalto a mi cuerpo.