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sábado, 27 abril, 2024
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40 años de ‘Un domingo en la campaña’ -Bertrand Tavernier / 50 años de ‘Bellas de noche’ La película de Sasha Montenegro

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 612 / Desayuno en Tiffany’s, mon ku / Cine

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Esta columna parecerá una mezcla de nostalgia de un tiempo cinematográfico no vivido y homenaje a una de las actrices más interesantes de México. Ambas cosas sin un vínculo directo. La columna la hemos escrito así de mezclada porque el placer de ver cine en la semana fue así de azaroso.

Primero la nostalgia de una película en apariencia anodina. Un dimanche à la campagne de Bertrand Tavernier de 1984 estelarizada por Louis Ducreux, Michel Aumont y Sabine Azéma. Es la crónica de un día domingo en que los hijos de un padre viudo, que vive en su casa solariega en las afueras de París -en el campo-, le van a visitar para comer, jugar, platicar y eventualmente cenar antes de volver ese mismo día a sus casas en París. Un día que para el padre y su ama de llaves implica la emoción de toda la preparación de la casa, del menú, de los licores, de los ratos de ocio en el desván de los recuerdos, de limpiar sus mejores ropas, de ir a buscar al hijo y su familia a la estación de tren; de ver llegar a la hija solterona en su carro nuevo en escapada veloz para cumplir también con la jornada familiar dominical. Todo antes de la Primera Guerra Mundial.

Tavernier filmó alargando el tiempo, buscando suprimir las elipsis que manipulan las duraciones temporales y, por tanto, usando varios planos secuencia en movimiento de los personajes (caminando en el jardín o en la mesa comiendo y pasándose los platos) para imitar la duración real del tiempo. Este recurso crea la sensación de serenidad y parsimonia del día y de cada gesto de los personajes. El padre parece que dice sus adioses sin exigir nada a sus hijos, una voz en off -un narrador omnipresente- nos guía en sus pensamientos y nos hace entender que a pesar de tener ganas de pedir más tiempo o de dar consejos, no lo hace para no molestar y que ellos sean felices como creen que lo son y lo van a hacer. Una película de ternura antes de la guerra, que cumple este año 40 años y que refresca al espectador en una época en que queremos ver todo y sentir todo rápido, el tiempo de una serie.

 

Sasha Montenegro

Lo segundo, el homenaje. El 14 de febrero de este año murió Sasha Montenegro y este 2024 se cumplen 50 años de la realización de la película que la lanzó como primera gran actriz de una nueva época del cine mexicano, Bellas de noche (Miguel Delgado).

Montenegro se volvió una mujer polémica por su relación sentimental con el expresidente José López Portillo desde inicios de la década de 1980, al tiempo que era considerada una vedette más que una actriz de cine porque en sus películas tenía los roles de fichera o amante con continuos desnudos integrales. Era parte del grupo de nuevas actrices que le había entrado al nuevo cine industrial popular mexicano como Angélica Chaín, Rebeca Silva, Rossy Mendoza, Lyn May, Rosita Bouchot, entre otras. Todas crucificadas por la prensa y por tanto por la opinión de “boca en boca” de “malas y vulgares”. La presión llevó a Montenegro a declarar en diferentes ocasiones que no haría más desnudos y que buscaría mejor cine. Pero luego volvía a filmar un cine en que ella, a pesar de todo, tenía la agencia dinamizadora de la historia, cierto por su belleza y su cuerpo -aquí entraríamos en el debate del gusto popular-.

Murió Montenegro sin querer dar más entrevistas, fatigada del acoso que sufrió en las últimas décadas, en cada ocasión le volvían las andanadas sobre los mismos estigmas: mujer-amante de un presidente priista y actriz icono de un cine deplorable y en crisis.

 

 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra612

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