En una reflexión previa me concentré en esta pregunta ¿por qué la UAZ no puede cambiar? En aquel momento busqué mostrar que en nuestra Universidad se alberga un conjunto de prácticas y una tradición que se han convertido en el más pesado obstáculo para cualquier tipo de cambio. Ahora pretendo probar que esas prácticas dañinas y la racionalidad que las justifica están anidadas en estructuras y falsas creencias que se busca justificar y se oculta en el lenguaje de la “institucionalidad”.
Identificar este complejo proceso es la condición necesaria para sentar las bases de una propuesta con rumbo, capaz de liberarse de la argumentación empirista, limitada al contexto local e incapaz de percibir la necesidad de contar con un modelo de universidad con perspectiva nacional e internacional.
Para avanzar en esta reflexión mostraré lo que aquí denomino los principales dualismos ocultos en la falsa institucionalidad:
Reducir el problema de la UAZ al DÉFICIT implica colocarse en una solución de coyuntura y negar una salida estratégica.
Oponerse a reestructurar el actual modelo de la Universidad con base en la AUTONOMÍA, en lugar de defenderla, abre la posibilidad de una intervención externa.
Presuponer que la AUTONOMÍA UNIVERSITARIA es un fuero que nos vuelve inmunes ante la sociedad y ante cualquier poder conduce a engañarnos de que por ese principio nadie nos puede pedir cuentas.
Pretender engañarnos con la PROBIDAD y LICITUD de los recursos financieros que la UAZ recibe eligiendo la Contraloría Interna, cuando dicha garantía depende que ésta misma sea auditada y/o de plano desaparezca.
Creer que los problemas generales de la UAZ se resuelven principalmente a través de la PRESIÓN y ACTIVISMO POLÍTICO e impedir con ello que la comunidad universitaria se convierta en el verdadero sujeto de cambio.
Reconocer que sólo a través de los GRUPOS POLÍTICOS de siempre se puede reorientar la UAZ conlleva a negarse a romper con el actual sistema de poder, justo el que impide la reestructuración.
Pensar que la solución del déficit de la Universidad se resuelve si ésta RENUNCIA A CRECER en su matrícula sin importar que una parte cada vez mayor de la juventud de Zacatecas deje de contar con opciones públicas de educación superior.
Limitar el diagnóstico de la UAZ a LO QUE SE HACE lleva a confinarse en la rutina e inercia de las actividades y a renunciar a la potencialidad que se tiene para innovar y abrir nuevos senderos.
Promover que LAS DECISIONES MÁS IMPORTANTES de la UAZ las tomen los líderes de siempre cierra la posibilidad de que surjan nuevos cuadros políticos.
Afirmar que los docentes de posgrado SON PRIVILEGIADOS por tener menos horas/clase ante grupo respecto de los profesores de nivel Preparatoria lleva a negar la actividad de investigación y con ello se renuncia al concepto mismo de Universidad.
Fomentar que la investigación debe de hacerse solo desde UN ENFOQUE TEÓRICO termina cerrando la posibilidad de indagar y descubrir otras explicaciones.
Pero las cosas pueden ser de otra manera, veamos con ejemplos la potencialidad que tenemos:
Caso 1:
Hace 4 meses (07 de octubre de 2014) visitó a la UAZ el Dr. Robert Grant de la Universidad de San Francisco, California. Él es el descubridor de la vacuna contra el VIH-SIDA. A partir de sus descubrimientos se elaboró la píldora “Truvada”, la que se ha estado aplicando a grupos de alta exposición con resultados sorprendentes. En aquella ocasión tuve el honor de formularle una invitación pública para sentar las bases técnicas y científicas que nos permitieran apropiarnos de los desarrollos científicos y trabajar con el objetivo de producir en nuestra Universidad la Píldora en mención.
Obviamente, nuestra universidad no dispone de un laboratorio equipado para la investigación de frontera, tampoco cuenta con instalaciones ni con recursos humanos especializados para este proyecto. Al enterarme que en San Francisco, California se ha hecho un descubrimiento que actúa a nivel preventivo contra el VIH-SIDA, lo primero que me propuse fue ver la posibilidad de no comprar la píldora, sino de aprender a elaborarla. Pero, la condición es que el Dr. Robert Grant acepte colaborar para asistirnos, entrenarnos y capacitarnos. Cuando en su conferencia se lo plantee públicamente, a él le agradó la idea y con entusiasmo expresó que trabajáramos en este proyecto. Esta idea-proyecto requiere involucrar a expertos de distintos campos del conocimiento. Sin embargo, sé que nuestros académicos no son los idóneos para una empresa de esta envergadura, pues se trata de trabajo de investigación en ámbitos de frontera de cuyos saberes debemos apropiarnos y desarrollarlos, y eso se lleva su tiempo. Pero, un proyecto de esta magnitud permitirá convencer al gobierno de Estados Unidos y de México y a diversas fundaciones internacionales para su financiamiento.
Por ahora, éste es un proyecto en marcha que me ha permitido compartir créditos con la Dra. Elda Araceli García Mayorga. A partir de esta primer propuesta en participan varios (as) investigadores (as) de las Áreas de la Salud, Ciencias Sociales y Humanidades y Educación fue posible contactar a la Dra. Leticia Moreno Fierros quien se desempeña como docente e investigadora en Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM quien encabeza un grupo de investigación sobre el desarrollo de una proteína sintética que produce reacciones inmunológicas.
Caso 2:
A principios de la década de los 90, el Dr. Oscar Pérez Veyna, fundador del Centro de Cómputo de la UAZ recibió de parte del Dr. Luis Llorens Báez (subsecretario de educación superior e investigación científica) y de su asesor el Dr. Gustavo Flores la propuesta para crear en la entidad un nodo de la Red de Telecomunicaciones de Banda Ancha, que en teoría serviría como ruta de acceso y de salida para conectar a las Regiones Centro y Centro Occidente con el Nodo de SuperComputer Center de San Diego. Se trataba de abrir la segunda etapa de la inserción de las Universidades Públicas en el uso y aplicación de las telecomunicaciones.
Cuando se presentó este proyecto a las autoridades universitarias y se realizaron las primeras pruebas para la comunicación directa en tiempo real, quien tenía que resolver (el Rector en turno), simplemente no comprendió y dejo ir esa oportunidad. Más tarde el Conacyt reforzó la propuesta con recursos muy importantes; pero, ante la incertidumbre de la UAZ, la U de G mostró interés por el proyecto, cediendo para este todo un edificio de varios pisos que destinó para la instalación del equipo del Nodo de la red Mexnet y de la instalación del primer Centro de Supercómputo fuera de la Ciudad de México. Si en Zacatecas se hubiera creado el Nodo de Telecomunicaciones y Supercómputo nos hubiéramos convertido en el Centro Alternativo en Telecomunicaciones de la ruta de recepción y acceso de señales procedentes de distintos sitios de Internet con capacidad de Cómputo remoto. El resultado adverso para Zacatecas es el rezago actual que en ello tenemos, cuando claramente pudimos encabezar una vía innovadora para el desarrollo de Zacatecas y donde la UAZ era un referente.
Cabe resaltar que el Centro de Cómputo de la UAZ, en aquel tiempo contaba con jóvenes talentosos, algunos de los cuales, ante la falta de oportunidades y la incomprensión, terminaron trabajando en universidades estadounidenses y consorcios de comunicación internacional que hoy en día encabezan el desarrollo de las tecnologías de la comunicación del mundo.
¿Cuántos académicos no habrán sentido este tipo de incomprensiones? El mostrar estos dos ejemplos, lleva a la necesidad de pensar en una ADMINISTRACIÓN UNIVERSITARIA DE TRANSICIÓN. Esta es una condición imprescindible que permitiría sentar las bases mínimas para impulsar un modelo de universidad con perspectiva nacional e internacional. Se aclara: se trata de remover a quienes están en espacios clave y son un obstáculo para enfrentar la transición. Y es que ésta sólo es posible si los responsables le dan sentido a dicho proceso, pues los funcionarios que actualmente ocupan esos cargos lo hacen como pago de favores de campaña y ante el profundo desconocimiento de lo que deberían hacer, solo se dejan llevar por la inercia cuyo interés perverso son los salarios desmedidos que se otorgan asimismo.
Requerimos que los(as) universitarios(as) que están en su espacio de trabajo, hagan sentir su interés por mostrar sus capacidades y ratificar el compromiso con la sociedad que le da origen y justificación a la UAZ. Es real que erradicar prácticas retrógradas no es asunto sencillo sobre todo cuando un gran peso de la nómina se genera por eso mismo. Se requiere sensatez y cambio de actitud. No hay tiempo ni recursos que sean inagotables, los tiempos son diferentes, el contexto es muy complejo, la UAZ no puede ni debe seguir líneas de acción que sin duda fueron efectivas en otros tiempos, en otros contextos. Necesitamos identificar bajo ópticas objetivas nuestros liderazgos; de sus capacidades depende la funcionalidad académica y administrativa de la institución.
Se requiere por tanto, incursionar en exaltar aquellas prácticas que los universitarios sabemos están marginadas por la mediocridad de los grupos que por su cuantía, dominan los órganos de toma de decisiones, pero no por su racionalidad académica, administrativa. De la cantidad y de las directrices de grupo, debemos transitar a la calidad y pensar en esa Administración de Transición para que abra nuevos senderos que permitan la toma de responsabilidades a quienes desde la docencia y la investigación muestran actitudes de apertura, además de contar con alternativas desde la UAZ para una sociedad más justa. ■
