29.2 C
Zacatecas
miércoles, 8 mayo, 2024
spot_img

Donald Trump, Entre el Descaro y el Delirio

Más Leídas

- Publicidad -

Por: JOSÉ NARRO CÉSPEDES •

Donald Trump y su Administración no se distinguen por su sutileza. Hoy quiere declarar una guerra comercial con México, es decir, con un aliado, en nombre de un eslogan (America first) envuelto en un pretexto a medio camino entre el descaro y el delirio. Para justificar la subida de aranceles hasta un 25% a las importaciones mexicanas alude a criterios de “seguridad nacional”. El impuesto, que entraría en vigor el 10 de junio, comenzaría en cinco por ciento y “aumentaría gradualmente” a menos que se detenga el flujo de migrantes sin documentos que cruza la frontera estadounidense.

- Publicidad -

El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel de un 5% a todos los productos que se importan desde México “hasta que se detenga el flujo de migrantes indocumentados”, es tan grave que los analistas lo califican como el potencial inicio de una guerra comercial entre estos dos países.

La excusa no puede ser más débil y, al tiempo, más ilustrativa de la desconsideración de Trump hacia los países “amigos”. Debería darse por agotada la estrategia en busca del diálogo unilateral de México frente a los embates de Donald Trump.

Es claro que México entiende el grave problema de migración que sufre la región (incluso nosotros somos parte de este), sin embargo, estamos afrontando el flujo migratorio con un enfoque de respeto al derecho humano a migrar. Es cada vez más evidente que la falta de un sistema de coordinación de la migración basado en los derechos humanos de ámbito mundial, regional y nacional está creando una crisis de derechos para los migrantes, tanto en las fronteras como en los países de tránsito y destino.

No podemos simplemente acatar una política migratoria dictada desde los Estados Unidos, una política intervencionista que parte de la vulneración de los derechos humanos de los migrantes, que abarcan la negación de acceso a derechos fundamentales. Además, estamos seguros que la amenaza del presidente Trump es parte de una política económica-electoral basada en la polarización de los intereses mundiales.

El anuncio sobre el incremento de aranceles progresivos a productos mexicanos se suma a la larga lista de ataques del presidente de Estados Unidos contra los mexicanos, entre los que se cuentan las deportaciones, separación de familias, amenazas de construcción (ampliación, en realidad) del muro fronterizo, cancelación o reducción de recursos para programas y derechos sociales para inmigrantes y la violenta retórica discursiva antimexicana, por citar algunos ejemplos.

La estrategia negociadora de Trump no respeta alianzas, ni aliados, ni preocupación alguna por la estabilidad de la economía mundial. Consiste en someter a sus interlocutores a una presión continua, pero confusa. Este modus operandi chantajista está al servicio de los intereses más proteccionistas de la economía estadounidense, que se identifican en buena parte con el aislacionismo internacional.

Lo peor, con ser muy malo, no es el proteccionismo descarnado, que no entiende de pérdida de beneficios de las empresas y de empleos en el país que lo practica, sino la incertidumbre extrema que introduce en la economía global. La industria y las rentas del planeta penden hoy de las ocurrencias del presidente de Estados Unidos. La única respuesta es la firmeza comercial frente a la arbitrariedad trumpista.

De acuerdo con el The New York Times, un grupo de senadores republicanos envió a la Casa Blanca un mensaje en el que expresan su oposición a los aranceles a productos mexicanos. Según el diario estadounidense, dicho mensaje informa al mandatario que hay una clara oposición a los planes de imponer aranceles del 5% a los productos de México.

“Si se implementaran estos aranceles, Trump le daría un balazo a su base electoral y base económica. Si no le bastó iniciar una guerra comercial con China, que era su primer socio comercial hasta hace poco, y ahora va por México, evidentemente tiene una visión distópica de la realidad”

Incluso el senador norteamericano, Ted Cruz, a pesar de apoyar que haya mayor seguridad en la frontera, señaló que “no hay ninguna razón para que los granjeros, ganaderos, fabricantes y pequeñas empresas de Texas paguen el precio de nuevos impuestos masivos”. Si se implementaran estos aranceles, Trump le daría un balazo a su base electoral y base económica.

Ante estas amenazas, queda claro que México se tiene que fortalecer ante el embate de las políticas xenófobas y proteccionistas norteamericanas, al mismo tiempo que tenemos que fortalecer nuestra posición en la firma del T-MEC para blindarlo contra los arranques y ocurrencias de Trump o futuras administraciones.

El gobierno de México debe de cambiar la estrategia de crecimiento seguida hasta ahora. Debe volcarse hacia el crecimiento del mercado interno. Al dinamizarse éste, las empresas transnacionales no tendrían por qué salir del país, sino que producirían para el mercado interno.

No podemos simplemente acatar las instrucciones venidas del norte, las cuales contravienen una tradición de respeto de los Derechos Humanos y la búsqueda de soluciones integrales con nuestros hermanos de Centroamérica.

México debe resolver esta crisis con los Estados Unidos, sin poner en juego el prestigio de nuestro país como impulsor de los derechos humanos. ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -