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jueves, 2 mayo, 2024
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¿Dónde deberían estar los niños migrantes? En la escuela (primera parte)

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Por: LUIS ALBERTO BARQUERA • Araceli Rodarte •

Estados Unidos y México tienen un mecanismo que facilita la repatriación exprés, aunque no segura, de un promedio de 17, 516 niños, niñas y adolescentes al año, de los cuales 75.9% lo hace sin compañía. Sin embargo ese país no puede deportar con la misma rapidez a los niños centroamericanos, porque sus leyes lo obligan a garantizarles un retorno seguro, cosa que evitan con los niños de México. Aunque nuestro país deporta anualmente a 5, 881, de los cuales 65% lo hace no acompañado, esto no ha sido suficiente para impedir el paso de unos 40 mil centroamericanos con expectativas de flexibilización de las reglas que hoy, junto con el endurecimiento de la frontera y la falta de una reforma migratoria, tienen a Estados Unidos frente a la peor crisis humanitaria de los últimos años. Un mundo de niños, un mundo de niños que debería estar en la escuela.

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Con base en el Boletín Estadístico del Instituto Nacional de Migración (INM), de 2010 a 2014 (hasta mayo), se puede afirmar que han sido repatriados a nuestro país 77, 364 niños mexicanos menores de 18 años, de los cuales 59, 013 lo han hecho sin compañía. En ese año teníamos repatriados no acompañados 13, 705 (67.1%) y en 2013 llegamos a 14,078 (83%). El promedio 2010-2013, sin contar 2014 que aún no termina, es de 13, 223 (75.9%), esto es tres cuartas partes de los niños migra sin compañía.

Nos referimos principalmente a los niños que viajan en esa condición, tanto porque están en el centro de la crisis actual, como porque no deja de sorprender que la inmensa mayoría viajen solos y corran peligros inimaginables con policías, bandas criminales, polleros y todo tipo de alimañas con tal de reunificarse con su familia, encontrar las oportunidades que no tienen en sus lugares de origen o escapar de las garras de la violencia y el crimen. Los casos y los porcentajes han venido aumentando desde 2010.

La gran mayoría (80.8%, hasta mayo de este año) son adolescentes de 12 a 17 años (57, 717). En 2010 el porcentaje de no acompañados en este grupo de edad fue de 71.1 (con 13, 261 casos), mientras que en 2013 llegó a 85.9 (con 13, 864).

No deja de parecer aterrador que pasaron solos por ese trance 1, 296 niños y niñas con menos de 12 años entre 2010 y 2014. Si pensamos en un niño o una niña de esa edad migrando sin compañía e imaginamos cómo podría vivir esa experiencia alguno(a) de nuestro(a)s hijo(a)s, tal vez podríamos aceptar que esa cantidad de niños pequeños viajando solos es inaceptable. En 2010 la proporción era de 24.8% (444 casos), mientras que en 2013 fue de 26.0% (214 casos). El promedio entre 2010 y 2013 de menores de 12 años es de 28.2% (298), es decir, tres de cada diez.

En 2010 eran 20, 438 niños repatriados (67.1% no acompañados) y en 2013 se redujo a 16, 971 (83.0%). Bajó el número de niños repatriados, pero aumentó la proporción de no acompañados. Hasta mayo de este año llevamos 7, 302 y la proporción es de 83.8%, similar a la del año pasado. Lo cierto es que la proporción de no acompañados ha venido creciendo desde 2010.

Por otro lado, entre 2010 y mayo de 2014, han llegado a México 31, 529 niños menores de 18 años de otros países, de los cuales 19, 562 lo han hecho sin compañía. En 2010 eran 2, 869 (59.2%) y en 2013 alcanzó 5, 653 casos (65.9%). El promedio entre 2010 y 2013 es de 3, 833 casos (65.0%), lo que nos indica también que la  mayoría fueron capturados solos después de pasar por el peligro que significan en el sur de la frontera de México los depredadores de aquí: policías, bandas criminales, polleros y demás. También buscan reunificarse con su familia, tener oportunidades que no tienen en sus países o escapar de la violencia y el crimen.

Las deportaciones de México a Centroamérica han venido en aumento y crecerán aún más. El problema es que en 2013 México deportó a 8, 577 niños, niñas y adolescentes centroamericanos, de los cuales 5, 653 fueron no acompañados (65.9%), y que a la altura de mayo de este año ya llevamos 8, 007 niños, de los cuales 4, 230 viajan solos (52.8%).

En el grupo de 12 a 17 años, entre 2010 y 2014, el número de niños migrantes fue 24, 886, de los cuales 18, 329 lo hicieron no acompañados. En 2013 se registraron 5, 485 casos (78.0%), mientras que de enero a mayo de este año fueron 3, 525 (68.1%).

En los menores de 12 años se aprecian cambios relevantes. En 2010 se registraron 156 casos (18.8%) y 168 en 2013 (10.9%). Pero sólo de enero a mayo de 2014 la cifra ascendió a 705 casos (24.9%). Evidentemente el problema está creciendo: de una proporción de 18.8% en 2010, se pasó a una de 24.9% en mayo de 2014.

El Salvador suma 287 casos de 2010 a mayo de 2014, un promedio anual de 41 casos. Pero sólo de enero a mayo de 2014 se registraron 123 (33.5%), más que los 56 que se presentaron en todo 2013 (17.9%), lo que significa un crecimiento de 119.64%

Guatemala suma 198 casos en el periodo, un promedio anual de 30 casos. Sin embargo, sólo enero a mayo de 2014 se registraron 79 (19.2%), por encima de los 27 de todo 2013 (10.0%), lo que significa un incremento de 192.59%

Honduras suma  658 casos de 2010 a mayo de 2014, un promedio de 45 anual. Sin embargo, sólo de enero a mayo de 2014 se sumaron 480 casos (24.3%), más que los 78 (8.5%) que se registraron en 2013, un incremento de 515.38%

En resumen está aumentando la migración y la migración no acompañada de niños mexicanos que viajan a Estados Unidos y de centroamericanos que pasan por México. En el caso de esos países está creciendo en particular la migración de los más chicos. México, con todas las atrocidades que conocemos, está haciendo el trabajo de detener en alguna medida el flujo migratorio que viene de Centroamérica, pero evidentemente logran pasar mucho más de los que son detenidos. La prueba es la crisis humanitaria que se vive actualmente en el vecino país del norte.

México tiene una repatriación “ordenada”, aunque ni las autoridades norteamericanas ni las de nuestro país garantizan que el niño regresa a un hogar o a un contexto seguro. Simplemente existe un mecanismo (con base en un “acuerdo” que nadie conoce) que ha servido para la deportación exprés, pasando a un segundo término la seguridad de niños, niñas y adolescentes. (Ahí está en el caso de El Ponchis, que seguramente se reproduce en muchos otros). De acuerdo con Appleseed (2011) “la Ley sobre Protección de las Víctimas de Trata de 2008, (The William Wilberforce Trafficking Victims Protection and Reauthorization Act of 2008 o TVPRA) ordenó al DHS (Departamento de Seguridad Nacional), entrevistar a cada niño, niña o adolescente sin compañía mexicano, para establecer que (i) no sea una víctima potencial de tráfico o trata de personas, (ii) no tenga posibilidad de solicitar asilo, y (iii) voluntariamente pueda y quiera regresar a su hogar en su país de origen. A menos de que todas estas preguntas se respondan afirmativamente, el niño no debe ser regresado inmediatamente a México, sino que debe permanecer para ser evaluado y pueda reclamar protección en Estados Unidos”. Sin embargo, dice Applessed, esta norma no se cumple porque Estados Unidos y México se preocupan más por satisfacer los intereses de los dos gobiernos y no el interés superior del niño. “Las autoridades norteamericanas confían en que los oficiales mexicanos les informarán si la repatriación es inapropiada, a sabiendas de que el gobierno mexicano tiene una fuerte predisposición a no hacerlo, independientemente o sin tomar en cuenta los riesgos de tráfico o abuso que pudieran existir.” (Applessed, 2011) http://tinyurl.com/qyv6vb8

No ocurre lo mismo con los niños centroamericanos, que no pueden ser deportados a México el mismo día que los atrapan, pero que los protege la TVPRA mencionada. Por eso Obama quiere eliminar esa ley de 2008, que obliga a la Patrulla Fronteriza a entregar al Departamento de Salud a los niños que cruzan, en lugar de deportarlos de inmediato, para asegurarse de que pueden regresar a hogares o contextos seguros. Los niños que logran pasar “del otro lado” pueden vivir con sus familias después de ser capturados, mientras esperan un juicio que puede durar años. Ese es el incentivo.

México, para cerrar el círculo, deporta a los niños centroamericanos lo más rápido que puede y sin asegurarse de que no regresan a situaciones de violencia y abuso.

Para encontrar la solución, como diría Jorge Durand http://tinyurl.com/omgbdfd, se necesita una reforma migratoria, pero también responder a una pregunta muy sencilla: ¿dónde deberían estar en estos momentos los 17, 516 niños mexicanos que cada año cruzan la frontera o los más de 40 mil centroamericanos que ahora mismo no sabe qué hacer con ellos Estados Unidos. “La respuesta es obvia: con sus familias y en la escuela o la universidad.”

Para hacer eso posible, ¿qué tendríamos que hacer en un escenario de deportaciones masivas? Mira la segunda parte. ■

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