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sábado, 27 abril, 2024
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El pensamiento social y político del Quijote, de Ludovik Osterc

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Por: Miguel Ángel De Ávila González •

La Gualdra 601 / Literatura

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Alonso Quijano, un noble sin bienes y de escala social baja, cincuenta años de edad, vive en un poblado de la Mancha. Su afición por los libros de caballería donde se narran aventuras fantásticas de caballeros, princesas, magos y castillo encantados, le ocasiona la pérdida del contacto con la realidad y comienza a creer que él también puede emular a sus héroes de ficción.

Es así que recupera una armadura de sus antepasados, lanza y escudo, llenos de herrumbre y saca del establo a su viejo y desgarbado caballo (Rocinante). Como todo caballero también necesita una dama, por lo que transforma el recuerdo de una campesina de la que estuvo enamorado y le da el nombre de Dulcinea de Toboso. Se cambia el nombre por el Don Quijote.

Se hace acompañar por de un hombre sencillo, Sancho Panza, su vecino, ignorante y muy ingenioso. Los dos se internan en los Campos de Montiel, dejándose guiar por la voluntad de Rocinante. Van en busca de aventuras y hechos extraños que consisten en dormir al aire libre o en duros techos de posadas. Ve un mesón y cree que es un castillo, solicita al dueño que lo arme caballero en una escena grotesca. Ataca a unos mercaderes, pero es derribado y herido. 

Encuentran unos molinos de viento y los acomete creyendo que son gigantes. Agrede a un rebaño de ovejas imaginando que es un ejército. Libera a unos reclusos que después le agreden. Decide irse a vivir a lo alto de una montaña como penitencia para merecer el amor de su dama. Pero sus amigos, el cura y el barbero, logran engañarlo y lo llevan a la aldea dentro de una jaula.

Sueña palmas y laureles, reinos y batallas, pero muere pobre y desilusionado en la cama de una casa lugareña. Ésta es la breve historia de don Quijote y Sancho Panza, su armazón y diseño.

Esta obra ha sido analizada en todos sus aspectos. Los filólogos y lingüistas han desmenuzado la estructura de la novela para descubrir detalles en su estilo inimitable, los gramáticos y lexicólogos han examinado y explicado todos sus giros y frases. No hay locución arcaica que se les haya escapado, vocablo pasado por alto, concepto desentrañado hasta encontrarle la esencia, ni periodo puntualizado.

Los críticos literarios han clasificado y esclarecido el origen y significado de multitud de refranes esparcidos en este libro. Han puesto al día las influencias, inspiraciones y fuentes literarias, siguiendo paso a paso la prosa cervantina por caminos, llanuras, mesones y castillos.

Los historiadores literarios han desmenuzado todos los estilos utilizados por Cervantes y fijado su lugar dentro del género e historia de la novela, han aclarado la cultura literaria del autor y su orientación filosófica. Los biógrafos han sacado de los archivos y bibliotecas una cantidad de documentos y papeles, dedicándose a elucidar el más mínimo detalles de la vida privada y pública de Cervantes.

Aparentemente la reseña cervantina se halla en un callejón sin salida.

En efecto, actualmente parece de mal gusto externar en público la predilección por “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Algunos de los interlocutores de quien esto sostenga lo califican inmediatamente de arrogante.

En alguna ocasión le preguntaron a Eduardo Galeano que cuáles eran sus tres libros preferidos, imprescindibles, de inmediato respondió: primero, Pedro Páramo; segundo, Pedro Páramo y, tercero, Pedro Páramo.

Actualmente también tenemos Rayuela de Julio Cortázar y Los recuerdos del porvenir de Elena Garro. 

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra601

Ludovik Osterc, El pensamiento social y político del Quijote, Facultad de filosofía y Letras, Seminario de Literatura Española, Universidad Nacional Autónoma de México, segunda edición, 1975.

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