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miércoles, 8 mayo, 2024
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En el actual momento humano la disyuntiva está entre el fascismo y la libertad igualitaria

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Por: ALMA RÍOS •

■ El primero ya se implementa con el capitalismo y el nacionalismo: Morett Orozco

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■ La otra tiene muy pocos impulsores y no es parte de plataformas de los partidos políticos

“Todos los seres humanos somos interesados y bribones”. Así, sin romanticismos, hay que encontrar una salida a la pobreza y la desigualdad que define el momento histórico actual en que el 1% de la población del planeta ha logrado poseer tanta riqueza como el resto de sus habitantes (Oxfam).

Desde esta definición de la psicología humana hay que “arrancar con todos nuestros defectos” sin esperar a que surja “el hombre nuevo” al que aspiraban Carlos Marx y Ernesto “Che” Guevara, y ayudarnos “entre ciegos, cojos y mancos a caminar para alcanzar la igualdad”, propuso Fernando Morett Orozco.

El filósofo de la ciencia, estudioso de la Justicia distributiva y la Psicología moral, advierte que “hemos tocado fondo y ya alcanzamos el final del túnel”, pero además, que en este momento “no hay quien esté discutiendo propuestas alternativas serias al respecto”.

El docente-investigador en la London School of Economics and Political Science estuvo recientemente en Zacatecas para exponer sus ideas en la Unidad Académica de Filosofía de la UAZ.

Sostiene que en el actual momento humano la disyuntiva se expresa entre el fascismo y la libertad igualitaria.

El primero ya está implementándose con la conjunción de capitalismo, nacionalismo y políticas antinmigrantes. Es el capitalismo proteccionista de Donald Trump y el Brexit, “que da tres pasos hacia el fascismo” y que ha emergido en Inglaterra, Francia y Estados Unidos, generando alarma.

La libertad igualitaria en cambio, tiene muy pocos impulsores y ni siquiera es parte de las plataformas de los partidos políticos “ni en Europa ni en México, somos una minoría”.

Desde la izquierda, el PRD se acercaría más al liberalismo económico, mientras que Morena estaría más cerca de la Igualdad mínima de John Rawles. También corresponden a esta idea de la distribución el caso de Podemos en España y su propuesta de la renta mínima.

El filósofo mexicano ignora si la plataforma de la precandidata a la Presidencia de la República por el Congreso Nacional Indígena, María de Jesús Patricio Martínez, se acerca a la Libertad igualitaria, pues dijo, desde hace años, el EZLN, quien impulsa este proyecto político, no ha exhibido números que sustenten desde le ciencia económica si funcionan sus comunidades autónomas.

La libertad igualitaria es el anarquismo, este último término que a Morett Orozco no le gusta utilizar porque se ha asociado mediáticamente a imágenes de vandalismo.

“No lo uso porque pensarán que vas a usar bombas molotov, romper vidrios y a escuchar death metal. Cuando ves quiénes son los anarquistas te das cuenta de que fueron hombres y mujeres bastante ordinarios”.

Lejos de la imagen actual que se ha pretendido dar a los anarquistas está Ricardo Flores Magón para el caso mexicano y Pierre Joseph Proudhon y Emma Goldman, respectivamente, en Francia y Estados Unidos.

 

La justa distribución de la riqueza

Fernando Morett ha analizado el espectro que va del comunismo a la desigualdad libertaria para encontrar la justa distribución de la riqueza socialmente producida. Desde el modo de producción que se considera más igualitario hasta el más desigual, pasando por la Libertad igualitaria, el Socialismo, la Igualdad mínima y el Utilitarismo o Liberalismo, y sus diversas escalas intermedias.

Carlos Marx propuso para alcanzar una igualdad social duradera, el postulado “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”; aparejaba un Estado muy pequeño y el reparto de la riqueza amén de suprimir su concentración por el patrón. Todo derivaría en una nueva moralidad surgida de la ausencia tanto de carencias económicas como de la opresión política para hacer aparecer al “hombre nuevo”, dispuesto a trabajar más para generar mayor riqueza para todos.

Pero no el comunismo, al que nunca se llegó, sino el socialismo real de la Unión Soviética y China, que tuvo una dirección de la economía centralizada en que los jefes de la revolución se convirtieron en directores y planeadores, y donde los trabajadores no eran propietarios de los medios de producción demostró que en estas circunstancias las personas no son productivas.

Este mismo problema lo comparte el libre mercado donde tienen que buscarse medios para incentivar a los trabajadores a que produzcan “fuerte y bien”, pero también a que no roben al patrón.

“Se sabe ahora, y Marx no lo sabía ni tenía por qué saberlo; pues a ningún científico se le ha exigido tanto tener respuestas permanentes para los próximos tres siglos”, que muchos de los problemas de la productividad provienen de lo que ahora llaman los economistas “la tragedia de los bienes comunes”; “los bienes comunes nadie los cuida y todos abusan de ellos”.

Es aquí donde entra la psicología, “si quieres que las cosas estén bien cuidadas y funcionen bien, privatízalas, porque cuando tú tienes algo que tú posees, tienes su control y lo cuidas”.

Desde la psicología moral los economistas tratan de establecer un debate serio para saber si el ser humano actúa por interés, altruismo genuino, solidaridad, compasión o caridad.

Buscan esclarecer cuál es la psicología correcta para diseñar un contrato, o más, una constitución que norme a un país y que sea acatada por todos, “porque si no vamos a tener problemas, las cosas no van a funcionar”.

 

Interesados y bribones

Hay economistas que asumen que somos “siempre interesados y bribones”, esto es, que en cualquier momento podemos realizar “un pequeño acto” de corrupción para obtener una ventaja sobre los demás. Bajo esta premisa ya no puede haber romanticismos a la hora diseñar instituciones sociales, “todos somos bribones en todo y universalmente”, dijo Fernando Morett.

Como lo asumió el Premio Nobel de Economía, Gary Becker, quien extendió esta lectura a lo que sucede al interior de las familias donde a cambio de ciertos beneficios proporcionados por papá y mamá, los hijos pueden mostrar una diligencia para ser “buenos hermanos”, una actitud “altruista” que no ejercitarían si no hubiera una contraprestación económica o algún estímulo de otro tipo, sostuvo.

Pero si esto solucionara el problema de la productividad, persiste el de la desigualdad social y la pobreza a nivel global, generada por la concentración de la riqueza en el uno por ciento de la población del planeta.

“Aun si Carlos Slim se parara a las 4 de la mañana y se durmiera a las 12 de la noche, no podría producir la riqueza que tiene, necesita miles de trabajadores”, refirió Fernando Morett.

Expone que todas las personas pueden dar una respuesta de qué consideran que es una justa distribución de la riqueza y a partir de ello tomar decisiones, “pero los filósofos tienen el entrenamiento técnico para darle explicación”, aspecto fundamental “porque tiene fuertes implicaciones para la desigualdad o la pobreza”.

 

Contra la desigualdad, la libertad igualitaria

Fernando Morett Orozco sostiene que en la Libertad igualitaria, cercana a las ideas de Ricardo Flores Magón, hay sin romanticismos o utopías más apego a la realidad de cómo funcionan los seres humanos y por tanto, tiene mayor consistencia con su psicología.

Como propuesta global no sólo para México sino en términos de la pobreza y la desigualdad que campea asimismo en Europa y Estados Unidos, “la propuesta desde la izquierda libertaria son las cooperativas”, generar una “privatización radical” que no dé en propiedad las empresas solo a particulares sino a los trabajadores organizados en colectivo.

Sin saberlo, Emiliano Zapata estaba más cerca de esta propuesta que de las ideas de un Estado controlando todo, con aquello de que “la tierra es de quien la trabaja”.

“Hay que reducir al Estado, pues lo saben en ciencia política, que ningún sistema democrático tiene solución a los problemas de la corrupción cuando los políticos controlan las instituciones”, dijo.

La Sociedad Cooperativa Trabajadores de Pascual, conocida como Cooperativa Pascual Boing, es un ejemplo de una organización libertaria, dijo. Y citó otro caso en Ocotlán, Oaxaca donde un empresario que tuvo malos manejos en su compañía de producción de carrocerías para tráilers, tras la quiebra propuso a los trabajadores obtener una renta mensual por el uso de la maquinaria y la marca, y que trabajaran para sí mismos, por no poderles pagar la liquidación.

“Bueno, fue un éxito, la igualdad y la riqueza que hubieran obtenido en 20 años la están obteniendo ya en dos”.

En México se han estado privatizando las empresas paraestatales y se busca hacerlo con las instituciones de seguridad social, desde la visión capitalista que se dirige hacia la igualdad mínima, el utilitarismo o liberalismo, o el extremo de la desigualdad igualitaria, todos esquemas donde pueden existir los Slim, Buffet o Gates; pero puede hacerse también desde la Libertad igualitaria que no los contempla.

Los retos son diseñar una sociedad sin utopías que disminuya algunas enfermedades sociales como la pobreza y todo lo que deriva de ella; simplemente “mitigarlas” dispara automáticamente muchas cosas positivas sin necesidad de estar dando sermones, dijo.

Sin ideas románticas “porque me dijeron que ya los líderes fundadores en el caso de Pascual se están convirtiendo en caciques políticos y quieren tener el control porque fueron los iniciadores”.

Esto, propuso, debió preverse en el diseño del acta constitutiva de la empresa como debe hacerse con una Constitución nacional de manera que alguien que abrace estas ideas libertarias “diga no, todos somos interesados. Aquí olvídense de romanticismos, no hay Hombre nuevo, vamos a empezar a generar la igualdad con todos nuestros defectos. Y como también somos bribones hay que cuidarnos las espaldas unos a otros”.

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