La llegada de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México en 2018 marcó una nueva era, un golpe de timón en la conducción del país e implementación de las políticas públicas, desde el inicio de su administración se ha dedicado a separar el poder económico del poder público, combatiendo la inmensa red de corrupción creada en los últimos 36 años de gobiernos neoliberales, quienes se distinguieron por entregar los bienes públicos a los grandes empresarios privados nacionales y extranjeros; ejemplos de ello son las privatizaciones de Ferrocarriles de México, de Teléfonos de México y más recientemente con la reforma energética entreguista de Peña Nieto de 2013, que tuvo como fin el acaparamiento de oligopolios nacionales y trasnacionales en la generación de energía eléctrica, que en la actualidad alcanza el 68 %.
Para terminar con las privatizaciones en el sector eléctrico, el presidente López Obrador presentó ante el Congreso una iniciativa de reforma eléctrica, la cual está en discusión con el objetivo de rescatar y fortalecer a la CFE como un organismo de Estado, para que ésta produzca y tenga un despacho prioritario de su energía para la comercialización de al menos el 54% de la electricidad consumida en el país; con el propósito de garantizar la seguridad energética, como condición necesaria de la soberanía y seguridad nacional, restableciendo un sistema eléctrico que asegure el abastecimiento de energía eléctrica a la población y a las actividades económicas a precios más bajos, que proteja la economía de las familias y garantice el derecho humano a la vida digna.
López Obrador desde el inicio de su gobierno llegó a la conclusión de que para lograr el desarrollo del país y el bienestar de la población para arribar al cambio verdadero y hacer realidad la cuarta transformación dependía en gran medida de combatir la impunidad y la red de corrupción, el tráfico de influencias y las complicidades entre gobernantes y grandes grupos de potentados.
La lucha contra la corrupción ha tenido logros importantes, entre ellos podemos mencionar las renegociaciones por contratos abusivos de asociaciones público-privadas en contubernio con los gobiernos para la compra de medicamentos (donde sólo 10 empresas acaparaban el 80% del gasto en medicamentos, con sobreprecios y de cuestionada calidad); la renta de siete gasoductos con altas tarifas por el servicio de transporte de gas natural; la construcción y administración de ocho reclusorios “ cárceles de lujo”, tan solo las renegociaciones en los contratos de estos tres rubros representaron ahorros por 64 mil millones de pesos.
Otros logros de López Obrador contra la corrupción y tráfico de influencias fue la eliminación de 187 fideicomisos creados para otorgar concesiones a grupos de interés empresariales, organizaciones civiles, académicos e intelectuales defensores de la corrupción y de los privilegios, lo cual representó ahorros por 126 mil millones de pesos. De igual manera, la eliminación de la condonación de impuestos a grandes contribuyentes beneficiarios del tráfico de influencias, que tan solo en los sexenios de Calderón y Peña Nieto dejaron de pagar 366 mil 174 millones de pesos.
Ahora, se está mejorando la recaudación de impuestos, cobrando a las grandes corporaciones nacionales y extranjeras sin condonaciones, se están recuperando deudas anteriores y combatiendo la defraudación fiscal. También se logró reducir en un 95% el robo de combustibles “huachicol”. Por lo anterior se logró establecer en la Constitución la tipificación de la corrupción como delito grave sin libertad bajo fianza.
Con el combate a la corrupción y una política de austeridad republicana se han obtenido ahorros por un billón 400 mil millones de pesos, los cuales se han orientado al desarrollo y bienestar social, logrando programas sociales y grandes obras sin recurrir al endeudamiento del país y sin entregar concesiones; destacan por su magnitud la construcción del aeropuerto internacional “Felipe Ángeles”, los trabajos para la construcción del Tren Maya con la construcción de 1500 kilómetros de vías férreas y trenes rápidos y modernos; el programa integral del Istmo de Tehuantepec para articular puertos, trenes y crear una vía rápida de comunicación con países del Pacífico y la costa este de Estados Unidos, sin lugar estas obras traerán desarrollo, progreso, inversión, empleo y bienestar social.
En materia energética, la construcción de la refinería “Dos Bocas”, la compra de la refinería “Deer Park en Houston, Texas; el reinicio de los trabajos para la construcción de la refinería de Tula en Hidalgo, la rehabilitación de las seis refinerías existentes. Lo anterior contribuirá que para el 2024 se tenga la capacidad de refinación de 1 millón 880 mil barriles de crudo diarios y obtener 1 millón 380 mil barriles diarios de gasolinas, diésel y turbosina que equivale a garantizar el consumo nacional y con ello dejar de importar gasolinas caras del exterior.
También con el combate a la corrupción y la austeridad del gobierno federal se han construido 140 Universidades para el Bienestar “Benito Juárez”, construcción y equipamiento de hospitales, 1432 bancos del Bienestar, centrales eléctricas, carreteras, escuelas, cuarteles, parques, aeropuertos, unidades deportivas entre otras.
La nueva política social del gobierno de México destina los apoyos “de abajo hacia arriba”, empezando por la base de la pirámide, los más pobres reciben más beneficios, hoy 25 millones de hogares, equivalente al 70% de la población, que va desde los muy pobres hasta la clase media- media. Hoy es una realidad la pensión universal para adultos mayores, los apoyos a niños con discapacidad, la entrega de becas en todos los niveles de la educación, la atención médica y medicamentos gratuitos, los programas Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, Niños y Niñas de Madres Trabajadoras, entre otros. El salario se ha incrementado en un 73%.
Al 30% de la población restante con mayores ingresos también se le ofrece la posibilidad de hacer negocios y mejores condiciones para sus distintas actividades con el fortalecimiento de la capacidad de consumo de las clases populares, este sector obtiene beneficios en la medida que se fortalece y agranda el mercado para sus productos y servicios. Asimismo, con la renegociación del T-MEC y al no aumentar los impuestos ni incrementar en términos reales los energéticos.
En el gobierno de López Obrador no se fabrican delitos, ni se espían a los opositores, se garantiza la libertad de expresión; la libertad de prensa, no obstante, de las calumnias, difamaciones y montajes de algunos medios nacionales y periodistas, acostumbrados a grandes privilegios y amasar grandes fortunas en sexenios pasados, hoy se garantiza la manifestación del pueblo sin ser represión, tortura, desaparición o encarcelamiento.
Finalmente habrá que destacar el espíritu democrático del Presidente López Obrador al promover reformas a la Constitución para incorporar la figura de Revocación de Mandato como un proceso de democracia participativa directa, por el cual la ciudadanía puede remover por pérdida de la confianza al Presidente de México y a gobernadores antes que termine el periodo por el cual fueron electos, se parte de la premisa de que el pueblo es soberano, el pueblo “pone” y también “quita” a los malos gobernantes, la consulta se llevará a cabo el próximo 10 de abril donde los ciudadanos y ciudadanas podrán votar porque se revoque el mandato o bien porque siga el presidente Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo. El Presidente impulsó que la primera aplicación de la consulta empezara con él mismo para sentar el precedente y que este derecho ciudadano en lo sucesivo se le aplique a los que lo sucedan en la Presidencia, que la consulta se vuelva un proceso ordinario de democracia directa, un arma de la ciudadanía para remover a los malos gobiernos, a los corruptos, a los ineficientes, a los que le den la espalda al pueblo.
