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miércoles, 8 mayo, 2024
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La pasión por el color y las formas llevaron a Aldo Landeros a entintar con arte la piel

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ No fue un niño deportista; se la pasaba en casa dibujando personajes de las caricaturas, comenta

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■ Tras concluir exitosamente la carrera de diseño gráfico comenzó a practicar el tatuaje

La pasión por el arte y los dibujos llevó a Aldo Landeros Huerta a convertirse en un tatuador profesional, uno de los más reconocidos en el estado. Sin imaginar que cambiaría las hojas de papel y bardas por un lienzo humano, esta profesión se ha convertido en su vida.

Landeros, zacatecano de 31 años de edad, cuenta que desde pequeño le gustaba dibujar; reconoce que no era un niño deportista, sino que se la pasaba en casa sin salir dibujando personajes de caricaturas.

En su adolescencia le atrajo el arte del grafiti, y seguía practicando el dibujo. Dice que la salida para explotar su arte y seguir haciendo lo que le apasionaba fue estudiar diseño gráfico, carrera que concluyo satisfactoriamente.

Su talento para el dibujo era conocido por familiares y amigos, quienes vieron en él dedicación y sobre todo su gusto por el arte, lo cual lo motivaba a seguir creando y dibujando de manera original.

Cuenta que algo que le hizo inclinarse por esta disciplina fue que se estaba fomentando una cultura del tatuaje a través de medios de comunicación, Internet y las redes sociales; el tema se fue popularizando, sobre todo entre jóvenes. Dice orgulloso que en la entidad se está perdiendo el tabú del tatuaje, pues llega a tener hasta dos clientes por día.

Algunos amigos de Aldo que decidieron ponerse un tatuaje acudieron a él para que los diseñara; pues sabían que su trabajo iba garantizado. Sin embargo, a Aldo no le gustaban como quedaban sus diseños en la piel.

Fue así que pensó en hacer los tatuajes él mismo hace 7 años, con un estilo propio. Sus primeras influencias fueron los personajes de dibujos animados, además del anime y manga japoneses, aunque también le inspiraban caricaturas norteamericanas.

“De niño no me gustaba ir a jugar futbol y no fui deportista; me gustaba más estar en mi casa dibujando. Después hice grafitis tanto de forma legal como ilegal”, confiesa el artista. Comenzó a concebir al tatuaje de forma cultural, revisando en que pueblos era considerado un arte y parte de la civilización, como el arte chicano, americano y japonés, que son algunas de sus influencias.

El primer tatuaje que hizo fue el de una geisha japonesa, aunque reconoce que no tenía idea de cómo armar una máquina. “Tony, un amigo de Chicago me enseñó en un par de días como ensamblarla y me dio otros consejos para tatuar”, explica.

Así, comenzó formalmente con esta actividad hace seis años. El dibujo era una calavera adornada con algunas rosas, la cual tenía Aldo y otros amigos, y que se tatuaron en honor a un amigo que había fallecido.

Los clientes que llegan a su estudio le plantean la idea que tienen y él se encarga de elaborar diseños originales y artísticos, considerando todos los elementos que se le exponen. “El tatuaje es una técnica; todo depende del artista, que sepa el tema de las sombras y las estructuras. Después de eso sólo aprender a manejar la vibración de la máquina y estudiar tu lienzo, que es el cuerpo humano”, expone.

Sus trabajos son para personas de muy variadas edades, pues llegan desde jóvenes de 20 a 30 años hasta adultos mayores de 60 años. “Lo más raro que me han pedido fue ponerle a un sujeto pelo en pecho, y ahí me tienes haciéndole rayitas”, dice entre risas el tatuador.

Comenta que el tatuaje mexicano está en manos equivocadas, pues existen pocos exponentes con talento. Además, señala que en el estado existen buenos tatuadores, con calidad y talento, y ha crecido el número de estudios especializados.

El material y equipo para tatuar lo consigue y manda pedir a ciudades como Guadalajara, pues aquí no existen distribuidores de tintas y máquinas, lo cuales es necesario, pues hay una gran demanda entre los tatuadores locales, y ello les permitiría hacer trabajos de mayor calidad.

Aconseja a quien piensa hacerse un tatuaje, que tome con calma su decisión, y sobre todo, que tenga clara la idea de lo que se va a estampar, pues pueden arrepentirse posteriormente y quitárselo o modificarlo les traerá altos costos. “Aquí la gente se me ha desmayado o le han dado convulsiones, pero no es otra cosa más que puro miedo y nervios”, añade el artista.

El estudio de Aldo se encuentra en la colonia Arboledas, y cuenta con los requerimientos para hacer este trabajo. Está supervisado por la Secretaría de Salud de Zacatecas (SSZ) a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y reúne los requisitos de Protección Civil en el tema de seguridad.

“No se debe hacer tatuajes por la idea de obtener dinero, sino por pasión y por hacer lo que más te gusta. Creo que sí se puede vivir del tatuaje, siempre y cuando le eches ganas, pasión y amor a tu trabajo, como en cualquier oficio o empleo”, expone Aldo.

 

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