Ciudad de México. La violencia en América Latina y el Caribe “es un elemento que está incidiendo muy fuerte en la igualdad de género”, advirtió el director del Fondo de Población de las Naciones Unidas para la región, Esteban Caballero.
“¿Ustedes se acuerdan de aquella famosa frase: ‘esta es la región más desigual del mundo’? Ahora yo creo que le agregamos que ésta es la región más desigual y más violenta del mundo; las tasas de homicidio están muy por encima de los promedios”, advirtió.
Lastimosamente – subrayó- no estamos pudiendo captar la suficiente atención a esa temática (violencia) porque se da en un contexto diferente al del conflicto bélico, pero es un elemento que está incidiendo de manera muy fuerte en las condiciones de niñas y adolescentes e igualdad de género.
Durante la presentación del reporte “Estado de la población mundial 2016. Nuestro futuro depende de las niñas que cumplen esta edad decisiva (10 años)”, funcionarios y especialistas en la materia pidieron a los gobiernos y a la sociedad en general a invertir especialmente en las niñas porque representan uno de los grupos con mayor riesgo de quedar atrás en el desarrollo de aquí al 2030.
La problemática para menores de 18 años ya es una realidad. Por ejemplo, cada día, cerca de 47 mil niñas de todo el mundo contraen matrimonios antes de la mayoría de edad, lo cual les limita las oportunidades de finalizar los estudios y de tener un futuro próspero.
Por el contrario, esta condición aumenta la probabilidad de sufrir violencia en el seno de la pareja y el riesgo de contacto sexual precoz y no deseado. Además, puede acarrear un riesgo mayor de infecciones de transmisión sexual.
Patricia Chemor, secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo) subrayó que un elemento adverso para las niñas es la pobreza y el hacinamiento, condiciones que propicia los abusos por parte de familiares, padrastro o amigos de la casa.
Igualmente afecta el poco nivel de denuncia porque llegan niñas de 10 u 11 años a las clínicas a tener al bebé y el personal médico debe notificar los casos al ministerio público porque un embarazo a esa edad revela que fue producto de un delito.
Arie Hoekman, representante del UNFPA en México, advirtió que sin educación e información sexual – o si esta es discrecional e insuficiente en los planteles educativos o centros de salud- incide en el abuso y no podrá haber resultados favorables.
Las recomendaciones que regularmente generamos es: armonizar las leyes, darlas a conocer, fortalecer capacidades para su instrumentación; mejorar la calidad de los servicios educativos y de salud y lograr con esto, bajo un enfoque de corresponsabilidad de los tres niveles de gobierno, incidir en lo que evite el abuso sexual y la lamentable decisión de interrupción del embarazo, cuando esta situación llegó sin que fuera una libre decisión de las personas.
Esteban Caballero precisó que esta instancia de las Naciones Unidas no está habilitada para abogar por la despenalización del aborto en un país en donde el tema no se trata, aunque se responde a solicitudes de apoyo de la nación que lo requiera. Igualmente, instar para que las instituciones tengan capacidad de atender a las víctimas de aborto inseguro que llegan a los servicios de salud.
Añadió que la mejor forma de evitar un aborto es fortalecer los servicios de información y planificación familiar; en ese sentido, el tema de adolescentes es importante en la región porque sólo a partir de algunas edades se puede acceder a consejería y métodos anticonceptivos.
