En días pasados tuve la oportunidad de tomar unos días de vacaciones, y elegí Isla Mujeres, pues el propósito era disfrutar de un lugar tranquilo, un lugar que ofreciera un clima de relajación durante la luna de miel.
Siempre me ha llamado la atención la transformación de Cancún, principalmente en el tema de la “dolarización”, todo se oferta y se compra en dólares; la mayoría de los espectaculares se encuentran también en inglés lo que provoca que, se convierta en un tema privativo para la mayoría de los mexicanos y más cuando el tipo de cambio no nos favorece.
Para el hospedaje, se optó por un hotel que anuncia la cadena AM Resorts, Zöetry Villa Rolandi y que se anuncia como la joya de la corona de esta cadena. Es un hotel que oferta privilegios ilimitados y un servicio 24 horas de atención dentro de este hotel boutique.
La experiencia en el hotel fue catastrófica por decir lo menos. Un hotel en donde los únicos huéspedes mexicanos éramos mi esposa y yo. Un hotel donde el servicio se otorga de manera diferenciada como en la mayoría de los lugares en toda la Riviera Maya, Cancún, Isla Mujeres y alrededores. Este tipo de hoteles indica que el servicio, propinas, comidas, bebidas, lavandería y amenidades son todo incluido. Sin embargo recibimos mucho menos de lo que se nos ofreció al pagar el servicio.
La discriminación sufrida en Zöetry Villa Rolandi fue latente, a una semana de dejar el hotel no hemos recibido siquiera una sola llamada por parte de los encargados del hotel. Al contrario de cuando se queja un estadounidense de cualquier situación que se presente. Generalmente una queja de un estadounidense finaliza con el reembolso del 100 por ciento del pago, compensaciones, restauración del daño y otro tipo de condiciones para no perder a un cliente. Una discriminación más para este par de mexicanos que nos quejamos por el mal servicio recibido.
México debe avanzar en este tema, los consumidores debemos hacer valer nuestros derechos y forzar a la Procuraduría Federal de Defensa del Consumidor (Profeco) a inspeccionar este tipo de prácticas.
Este hotel fue adquirido hace poco menos de un año por la cadena estadounidense, por AMResorts. La mayoría de los empleados se quejan de que su percepción económica o ingresos disminuyeron en poco más de 70 por ciento, mientras que el costo por habitación se incrementó en más de 50 por ciento.
Cómo entender que el mismo lugar cobra más por la habitación y obliga a sus trabajadores a esmerarse en otorgar un servicio de calidad con instalaciones que en su mayoría dejan mucho que desear.
Por enumerar algunas de las quejas que hicimos puedo mencionar que no funcionaron la báscula, el frigo bar, jacuzzi, entre otros.
AMResorts está creando un verdadero emporio en México y el mundo. Es un agente de viajes de considerable tamaño que ha aprovechado muy bien las maravillas de nuestro país. Es muy poco probable que le interese la queja de un par de mexicanos que representan menos de 20 por ciento de sus ingresos anuales. El tema de fondo es, ¿por qué permitimos que lucren en tierras mexicanas y discriminen a los turistas nacionales?
Cancún debe transformarse, no es conveniente que aceptemos el inglés como la lengua natural en este destino, mientras que no implementamos ningún tipo de estrategia para rescatar y preservar el maya en la región.
Las escuelas y los gobiernos no cuentan con un plan de trabajo para rescatar y preservar la lengua. Los maya-parlantes parece que cometen un delito y sólo hablan su lengua al interior de sus casas y con las personas adultas. Estamos dejando ir una de las culturas más fascinantes de la historia.
Cancún vive en gran parte de los mexicanos, mexicanos que debemos trabajar el doble para poder llegar a un punto que está dentro de nuestro territorio y que nos obliga a gastar en dólares, una moneda ajena a nosotros y una moneda en la cual el tipo de cambio no favorece a nuestros bolsillos. Es una pena que siga permeando esto, y es lamentable que nadie pueda atender este tipo de asuntos.
Acudiremos a la Profeco, puedo decir que hasta el momento he sido atendido y he sido beneficiado de las quejas que he presentado.
Los consumidores debemos generar una cultura de respeto y de exigencia a los derechos que tenemos cuando adquirimos algún tipo de servicio. Seguiremos informando sobre el tema.
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