En días pasados se presentó en la Cámara de Diputados por parte del Ejecutivo Federal una Iniciativa de Decreto por el que se Reforma, Adiciona y Derogan diversas disposiciones de la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro. Ella va encaminada a dar mayores atributos de decisiones de inversión a la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) para que determine (previa opinión de la SHCP y Banxico) las mejores opciones de rentabilidad hacia donde deben ser canalizados los fondos por parte de los nuevos Fondos de Inversión que sustituyen a las Sociedades de Inversión (SIEFORES).
El Sistema de Ahorro para el Retiro maneja recursos equivalentes al 15% del PIB, y los beneficiados de ello han sido las Administradoras de los Fondos para el Retiro (AFORES) que muestran ganancias anuales alrededor del 35%, lo que no se traduce en mayores rendimientos para los trabajadores que cotizan en dicho sistema. Por más que se dice que esos recursos son para apuntalar la inversión en el país ello no se da. Si dichos recursos fueran a impulsar la inversión productiva, la economía nacional mostraría altas tasas de crecimiento, y no como hasta ahora que está alrededor del 2% promedio anual. El que ha crecido, ha sido el sector financiero, gracias al manejo que hace de dichos recursos.
Hay estudios que señalan que los que cotizan en las cuentas individuales, a lo mucho alcanzarán el 25% de su último salario cuando lleguen a la edad de jubilación, evidenciando que ha sido el sector financiero el que lucra a costa de los ingresos de los trabajadores.
En el mes de noviembre de 2018, el Partido del Trabajo presentó en la Cámara de Diputados una Iniciativa de Ley para reformar el Sistema de Ahorro para el Retiro en la perspectiva de que sea el Gobierno Federal el que maneje dichos recursos, para impulsar el desarrollo de los sectores estratégicos y productivos de la economía, como para la generación de empleo formal para que haya mayor número de trabajadores cotizando en el sistema de fondos para el retiro y así asegurar las pensiones futuras. Lo que ha venido quebrando los fondos de pensión en el país y a nivel mundial es el problema del desempleo, que cada vez hay menor número de trabajadores cotizando en dichos fondos. En México en 1981 había 23 trabajadores activos por un jubilado y dicha relación ha disminuido significativamente. Los trabajadores verían incrementados sus fondos de pensión si se canalizarán a Pemex, a la CFE, como a sectores productivos con altos efectos multiplicadores internos y generadores de empleo, y no como ha venido aconteciendo, que se canalizan dichos recursos cada vez en mayor proporción al sector financiero especulativo.
La Iniciativa presentada por el gobierno da mayor margen de acción al sector financiero para que maneje dichos recursos, bajo el supuesto que la rentabilidad de dichos fondos mejorará las pensiones de los que se jubilen, pero ello no es, ni será así. Los Fondos de Inversión que se establecerán, lucrarán con dichos fondos, así como lo han hecho las Afores, las cuales establecerán por su parte Fondos de Inversión para seguir controlando dichos recursos. La Iniciativa presentada por el Ejecutivo establece sanciones a aquellos que favorezcan la canalización de los recursos a sus empresas (más allá del 5 o 10% permitido, el cual ya es mucho el que se les concede), pero en nuestro país, desde que Jorge Lankenau fue a prisión en 1997, ningún otro banquero ha ido a la cárcel, por no obedecer las reglas financieras establecidas, por lo que seguirán con las mismas prácticas de lucro.
A pesar que la Iniciativa del Ejecutivo señala que se quiere favorecer a las pequeñas y medianas empresas con dichos fondos, ello no acontecerá. Seguirán siendo excluidas como hasta ahora, y más porque se prioriza la búsqueda de mayor rentabilidad, por lo que dichos fondos se canalizarán por parte de los Fondos de Inversión hacia el sector financiero nacional e internacional y seguirá abriéndose la brecha entre este sector, en relación al sector productivo, por lo que seguirá el bajo crecimiento económico, y ampliándose la brecha entre grandes y pequeñas empresas y creciendo el desempleo, el subempleo y la economía informal, y no se mejorarán las pensiones de los jubilados, por lo que proseguirá aumentando la pobreza y la desigualdad del ingreso. Al canalizarse los fondos de pensión a los mercados bursátiles terminarán evaporándose al caer en crisis dichos mercados.
Las cotizaciones que se les cobra a los trabajadores no disminuirán, sino hasta aumentarán en función del rendimiento de su inversión. Por todos lados ganan los administradores de dichos recursos. Si el gobierno manejara dichos recursos, los trabajadores ganarían más, pues el rendimiento que ofrece Pemex y la CFE, como la propia deuda pública. Ganarían mucho más que lo que hasta ahora han recibido por parte de las Afores, y de lo que recibirán por los Fondos de Inversión.
