Hace tiempo que tengo el orgullo de compaginar mi desarrollo profesional como académico en la Universidad Autónoma de Zacatecas y, ahora como Procurador de Protección de Niñas, Niños, Adolescentes y Familia en el Gobierno del Estado, función que me ha sacado de mi área de confort y ha puesto a prueba el límites de mis capacidades pues la función por sí misma, demanda de las veinticuatro horas del día y la mejor de mis energías y, tal como lo escribí anteriormente, precisa de un estómago de hierro y un corazón sensible recubierto de un caparazón de roble, pues el tipo de casos que vemos a diario, vulnera nuestra esencia humana. En muy pocos momentos he tenido la oportunidad de disfrutar el encargo pues los asuntos pululan uno tras otro; qué decir de los cientos de expedientes, memorándums y oficios que hay que revisar y firmar, los usuarios que hay que atender a diario y, estar al tanto de amparos, mensajería, choferes, ausencias que cubrir, cumplir trámites administrativos y en fin, quedan pocos momentos hasta para uno mismo. Creo que al igual que yo, mis colegas procuradoras y procuradores de cada estado de la República, enfrentan circunstancias similares y otras más, acorde a la situación específica de cada entidad federativa. En el ámbito Nacional contamos con el liderazgo y guía de un Procurador Federal, el Maestro Oliver Castañeda Correa, quien siempre nos brinda su amistad y asesoría, al igual que el gran equipo del DIF Nacional comandado por nuestra amiga Nuri Fernández Espresate. Periódicamente tenemos una Conferencia Nacional en dónde vemos los avances por estado, los puntos álgidos que atender en forma prioritaria a favor de la niñez y adolescencia mexicana, incluyendo migrantes. El otro lado de tal Conferencia la quiero exponer desde el lado humano, desde la gran capacidad mostrada por cada abogada y abogado, por los fuertes lazos de amistad que se han generado, entre la mayoría de nosotros, pues cada que nos vemos el abrazo fraterno da cuenta del gusto de volver a vernos, a sabiendas de que para muchos de nosotros, puede ser la última, pues este tipo de cargos son temporales y estamos sujetos a los ajustes y cambios administrativos que motivan el relevo y lamentablemente, la pérdida de la experiencia y el cariño que cada uno de nosotros impregnamos cada día a nuestra función. Debo decir que una de las bondades de ser Procurador, es conocer a extraordinarias personas y profesionistas, aprender de cada uno de ellos y ellas, visitar lo magnífico de sus regiones, la flora, la fauna, la cultura y la gastronomía; en cada Conferencia se nota el esmero por dar lo mejor de sí, se siente desde la llegada un buen ambiente pues somos bien recibidos, nos hacen sentirnos en casa ya que los gobiernos de cada entidad, más allá del origen partidario, dan ejemplo de organización y de un gran entusiasmo por recibirnos. Las agendas de trabajo son realmente agotadoras pues son muchos los temas que cada procuradora y procurador traen a la mesa, ya después del trabajo y, ya un poco cansados, conocemos un poco más de la cultura de cada estado con sus bailes típicos, leyendas y eventos históricos. Sin duda, los tres días de agenda se pasan rápido, después de tanto análisis jurídico relativo a todo el orden normativo que rige nuestra función. Ya cuando llega el momento de las conclusiones de la Conferencia, se van quedando los espacios vacíos pues a veces, las necesidades inherentes a nuestra responsabilidad, obliga a dejar el evento antes, empieza la despedida y si alcanza el tiempo, una última comida, luego los abrazos, los buenos deseos y el hasta luego que quizás pueda ser o no. En lo personal me invade la nostalgia al final de estos encuentros, ya cuando el escenario se queda vacío, cuando se da el término del debate y la reflexión y, ya cuando se hace en solitario, la evaluación de todo lo vivido, del trabajo que nos espera llegando a casa, pues los días de Conferencia son también días de saturación de trabajo en la oficina. De cualquier forma, siempre estaré agradecido por este capítulo en mi vida como Procurador y, agradezco al Universo por conocer nuevos lugares como Jalisco, Tamaulipas, Guanajuato, Sonora, Chiapas, Oaxaca, Querétaro y San Luís Potosí, además de tratar con estupendos amigos, amigas y compañeros que marcan la diferencia en beneficio de nuestras niñas, niños y adolescentes. A mis queridos colegas, un Gran Abrazo desde Zacatecas.
MAS BIEN PARECE UNA CARTA DE LLORIQUEOS Y LAMENTACIONES QUE UNA REFLEXIÓN SOBRE CÓMO RESOLVER LOS ASUNTOS CONCERNIENTES A ESTE TEMA. POBRE ALVARITO, COMO SUFRES.