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viernes, 26 abril, 2024
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El contenedor de basura

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES •

En un video que circuló en redes sociales, el día previo al plebiscito donde se decidiría el estallamiento a huelga, la rectoría de la UAZ informó que, a más tardar en 60 días, todos y cada uno de los contratados por la universidad tendrán su cuenta de ahorro para el retiro, un ofrecimiento que nunca hizo la autoridad por escrito. Lo califican de “logro histórico”, pero a cambio piden que los agremiados al SPAUAZ no voten a favor de la huelga. El pasado martes 19, con 216 votos de diferencia, el SPAUAZ se desistió de su querella; quizá por la propaganda, o por la prudencia ínsita a la mayoría universitaria, o por suerte. En el Convenio de Conjuramiento, sin embargo, no aparece materializada la promesa de la apertura de las cuentas individuales, lo que se suscribió fue lo siguiente: “por primera vez en la historia universitaria, y como resultado de la gestión permanente de esta administración, en el mes de marzo se estarán realizando las gestiones correspondientes para la apertura de las cuentas individuales de los trabajadores académicos que eligieron dicho régimen de pensión”. Enfatizamos: en el mes de marzo se harán las gestiones, no dice: en marzo se abren todas las cuentas o todos tendrán su cuenta abierta, además, sólo se abrirían las cuentas de los que tuvieron oportunidad de elegir, i.e. los que ingresaron a la universidad hasta antes del 1 de abril de 2007. ¿Engaño masivo, deficiente interpretación de las promesas o total ausencia de educación sindical? Es notorio que el texto del Convenio integra el contenido de los oficios (junto a las erratas ortográficas y de concordancia) que el Comité de Huelga consideró “insatisfactorio”. También circula, de mano en mano y por redes sociales, un análisis de los resultados del procesotitulado “Resultados de NO luchar en serio o No ir a la huelga: Malas Noticias” sin autor. Los universitarios serios e institucionales no lo leerán, o no aceptarán que lo leyeron, pero el resto, los agremiados al SPAUAZ ajenos a los cálculos siniestros, sí lo harán, o ya lo hicieron, y podrán notar que en todos y cada uno de los incisos del Convenio de Conjuramiento existen perdidas en relación a lo ofrecido en años anteriores, que nunca se cumplió. Si para pagar la gratificación por jubilación se proponían, en 2018, 3 millones trimestrales, en 2019 se prometen 2, que, si acaso se cumple, dejaría a esta prestación con un adeudo de 14.6 millones. Si no se cumple lo pactado, algo muy probable, el año entrante se ofrecerá aún menos y se incumplirá más. Con todos los otros puntos del Convenio la situación es la misma: perdidas en relación a los ofrecimientos del 2018, que nunca se cumplieron a cabalidad. No es extraña la situación: el Convenio es una reiteración morosa de lo que elComité de Huelga se negó a aceptar por su evidente insuficiencia y que la rectoría decidió gestionar en directo con los agremiados a través de todos los medios a su disposición. Al parecer ganó porque se ahorrará unos pesos mediante incumplimientos, no abrirá procesos de promociones de nivel y categoría, seguirá secuestrando la bilateralidad del proceso de contratación y mantendrá la discrecionalidad en la asignación de cargas de trabajo. Más importante, tendrá la oportunidad de implementar el documento firmado el 21 de diciembre de 2018 con las autoridades de la SEP, por ello están en puerta despidos y cancelación de prestaciones. Sí, desde este punto de vista la administración central logró superar, una vez más, al SPAUAZ, y no es difícil concluir que la dirigencia del sindicato es sumisa, cómplice, torpe, bravucona e incapazporque anunció paros que no hizo, propuso marchas que no se preocupó de organizar, acalló los reclamos contra los testaferros de la patronal que modificaron el contrato ilegalmente mediante mentiras deliberadas (“colocar una papeleta extra es causal de nulidad del plebiscito y de la huelga”) y para colmo se proclamó “garante de la legalidad” en reiteradas ocasiones. ¿Qué hacer? La derrota del SPAUAZ nos plantea una interrogante: si la población zacatecana con mayor grado de educación formal es incapaz de sobreponerse a la violencia simbólica, entendida como la imposición y legitimación de significados disimulando la materialidad de esa imposición (amenazas de despido, perdida de horas o dineros de programas federales) de sus autoridades ¿cómo pretende forjar un proyecto educativo para Zacatecas que no sea la reproducción acrítica de la estructura de dominación reinante? Durante la construcción del modelo UAZ sigloXXI más de uno de sus supuestos autores sostuvo la hipótesis que la UAZ había logrado estar más allá de las teorías reproductivistas, que por fin se había logrado la “plena conciencia”. Sintomático resulta que desde aquellas declaraciones la derrota del SPAUAZ, y con él de sus agremiados, haya sido más profunda y que la violencia simbólica se haya desbordado. Quizá la legitimidad de quienes dirigen la UAZ está en jaque, y resulta necesario movilizar de manera cada vez más notoria el aparato de coacción ante una comunidad universitaria que logra resistir las mistificaciones de la patronal. Quede como emblema el contenedor de basura de la Unidad de Derecho donde se depositaron las obras completas de Alfonso Reyes.

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