■ Promover la esterilización y evitar la cruza, parte de la solución, señala Gumaro Tavizón
■ Tener una mascota implica responsabilidad, pues se integran al núcleo familiar: veterinario
La sociedad tiene un papel importante en el problema de sobrepoblación de animales callejeros, y contribuyendo con acciones como la esterilización y evitando la cruza se puede disminuir el número de perros y gatos que vagan por la ciudad. El tener una mascota implica responsabilidad, pues éstas se integran al núcleo familiar y se deben tener ciertas consideraciones al momento de hacerse cargo de un animal, mencionó el médico veterinario zootecnista José Gumaro Tavizón García, propietario del hospital veterinario Schnauzer.
“La sociedad debe involucrarse y ser parte de la solución, y lo puede hacer esterilizando hembras y machos, realizando el trabajo que no hace el gobierno. Los animales no piensan en si quieren tener una familia, eso es lo que los dueños piensan”, dice el especialista.
Explicó que el problema de sobrepoblación conlleva el aumento de perros y gatos muertos por atropellamiento, y los animales tienen una mayor probabilidad de sufrir maltrato.
Además, son propensos a enfermarse de parvovirus, moquillo, rabia, leucemia y síndrome de inmunodeficiencia en felinos, entre otras patologías. Un perro infectado, dijo, genera huevecillos en la calle y estas bacterias pueden viajar, infectando alimentos que se venden en la vía pública.
A pesar de que existen rescatistas voluntarios independientes que recogen y auxilian a perros y gatos que encuentran en la calle, éstos trabajan sin apoyo y están dispersos, por lo que consideró que es necesario que se identifiquen y puedan participar con alguna asociación u organizarse.
Actualmente, el médico trabaja con la asociación Amor y Vida Animal de Zacatecas, presidida por Lucy Miranda, quien lleva al doctor animales que encuentran en la calle; se cuenta con un albergue con más de 40 perros para dar en adopción.
En este sentido, Gumaro es quien los apoya de forma gratuita con la revisión médica a los animales, aunque en ocasiones les pide un apoyo para adquirir algún tipo de medicamento.
Tavizón destacó que a través de redes sociales también se informa cuando algún animal que se encuentra en las calles necesita atención médica, y se han registrado casos en que ciudadanos acuden a dar un apoyo económico para su tratamiento médico.
“Desde hace pocos años el perro y el gato dejaron de ser solo animales, pues se integran a la familia, y se convierte en alguien más que tiene un espacio y hasta una silla para comer”, apuntó el veterinario.
Recordó que desde pequeño comenzó su atracción hacia los animales, pues en casa su padre tenía perros de raza bóxer y su vida giraba en torno a charlas de ganado y perros de diferentes razas; cuando estaba en primero de primaria decidió que sería doctor de animales.
Cuenta que en esos años no había médicos veterinarios y se contaban pocos zootecnistas, entre ellos su profesor David Cabral, además de Juan García Estrada. Y eran ellos quienes atendían a las mascotas de su padre.
El médico explica que en su etapa de estudiante en la carrera de Veterinaria, se enfocó de lleno en sus estudios y tuvo decenas de maestros que lo orientaron y le enseñaron a amar la carrera.
“Las practicas se hacían en Aguascalientes, pues no había condiciones para hacerlas en Zacatecas. Teníamos que corretear y robarnos perros en la calle; en una ocasión nos robamos un burro y cuando el dueño lo vio tieso en la mesa de disecciones, nos quiso poner una demanda, pero nuestros vecinos estudiantes de leyes nos ayudaron a que desistiera de la demanda”, comentó el profesionista.
Su servicio social lo hizo en la Secretaría de Salubridad, donde permaneció dos años y fue el primer médico veterinario que hacía revisiones sanitarias en el rastro municipal. Posteriormente estudió Salud Pública Veterinaria en Argentina.
En su regreso a México estuvo en la Comisión para la Eliminación del Gusano Barrenador del Ganado y luego fue invitado a ocupar la dirección de Sanidad Animal en la dependencia de salubridad. Fue director de Ganadería del estado y ocupó la jefatura de la campaña contra la garrapata en la administración del entonces gobernador Cervantes Corona.
Después de salir de la burocracia se decidió a practicar su profesión, de eso hace ya 17 años, y abrió un local para atender animales. Estudió diplomados en medicina interna, infectología, traumatología, dermatología, entre otros.
Como experto, recomendó a veterinarios que comienzan a ejercer su profesión, a seguir preparándose y a trabajar enfocados en dar un diagnóstico, pues si no hay una observación no hay tratamiento.
Indicó que deben ser sensibles ante el dolor que pasa la familia cuando su mascota enferma y no saben qué es lo que padece, pues en algunas veterinarias prefieren sacrificarlos y así vender un animal nuevo a la familia.
Compartió que actualmente atiende a una perrita que padece cáncer; la enfermedad está avanzada, pero al entrar el animal a su veterinaria se pone contenta y mueve la cola, como una muestra de agradecimiento por atenderla.
“La gratitud de un animal y de sus dueños es incomparable, asegura. Es diferente la gratitud de un humano hacia su médico al salvar o curar a un familiar enfermo, ya que la satisfacción no se paga con nada; lo que cobremos no es nada comparado con sus manifestaciones de agradecimiento”.
“Esta profesión es mi vida, y si muriera y volviera a nacer, escogería de nuevo ser doctor de animales”, expuso Gumaro Tavizón.
