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sábado, 18 mayo, 2024
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Crónica de un despojo anunciado

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Por: Víctor Santa Rita Villa •

Hasta que un obrero o campesino sea gobernante, los salarios y prestaciones serán justos, porque nadie conoce el trabajo y su valor como ellos. Nunca un burgués valorará el esfuerzo de la masa obrera, porque no sabe lo que es levantar el arado, que la piel se tueste con el sol abrasador o que el hambre llegue sin darle sosiego hasta el final de la jornada. Mientras los burgueses sigan gobernando, la prole y sus hijos seguirán siendo esclavos. Debe ser muy satisfactorio crear leyes para castigar a todos, condicionar derechos, mancillar libertades, imponer obligaciones, diezmos y sanciones, sobre todo si se es aparentemente intocable por esas mismas leyes y el beneficio económico que se recibe por hacerlo es insultante para quienes viven y padecen estas “decisiones” que sin tiento ni recato, se promulgan bajo el amparo de la impunidad, la cobardía y un aparato militar, dispuesto a defender la legalidad de aplastar al inconforme y al que con razón protesta por el despojo.

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La satisfacción del político hoy en día se centra en dar rienda suelta a su ambición y a sus apetitos mundanos y pedestres. Su visión de progreso es la cantidad de dinero y recursos que le sean posibles sustraer de las arcas del erario público. No es mal visto que los funcionarios se paseen en lujosos monumentos al robo y la dilapidación, y menos mal vistas son las fortunas y las casas construidas por arte de magia.

En México, son abundantes los casos milagrosos de pies descalzos, mentes huecas y corazones llenos de mierda, que repentinamente se convierten en magnates al final de su gestión. No es necesario mencionar los descastados nombres y apellidos como Moreira, Granier, Salinas de Gortari, Martínez, Gómez, Pérez. Todos al pisar el escaño, la curul o el más jodido despacho aprenden a estirar la mano y abrir el bolsillo, lo que no saben es que cuando el hambre apriete a la prole, de su carne serán las viandas.

Se encuentra próxima la dilapidación de uno de los bienes no materiales más importantes, vejado, menospreciado y abandonado, pero de los más importantes, la Educación. Pero al mexicano ya no le importa nada, esto es una crónica de un despojo anunciado, después de haberle quitado la dignidad y hasta la honra, suplantándolas por fútbol y bosta televisada, del orgullo y dignidad del pueblo, otrora aguerrido, ya no queda nada. A nadie parece afectarle que la protección de derechos sea sólo un mito, que junto con los derechos de todo un gremio se entregue a dispensa a los empresarios el derecho a educarse de la población más desprotegida.

En el estado de Zacatecas en particular, se ha convencido a los docentes por medio de la compensación económica, de aceptar la “reforma educativa”, a través del “Programa de Promoción de la Función por Incentivos en Educación Básica”, cuestión que sería entendible, pues toda persona que realiza un trabajo tiene la esperanza de obtener un beneficio por su esfuerzo, lo que se omite y que los docentes olvidan es el carácter punitivo de la ley que en el artículo 74 versa que “El incumplimiento de las obligaciones establecidas en el artículo 69 de la presente Ley, dará lugar a la terminación de los efectos del Nombramiento correspondiente sin responsabilidad para la Autoridad Educativa o para el Organismo Descentralizado, y sin necesidad de que exista resolución previa del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje o sus equivalentes en las entidades federativas”. Situación que pone en vilo y de frente al precipicio la situación laboral de miles de personas. No es la primera ocasión en que el gobierno hace uso de los incentivos económicos para dividir o coaccionar a las masas trabajadoras, tampoco es la primera ocasión en que el despojo se disfraza de bondades y prebendas para facilitar su aceptación. Empero mientras el magisterio menos conozca las armas que el gobierno utilizará en su contra, más sencillo le será aniquilarlo. La lucha por la vía social no está peleada con el conocimiento de las armas que se utilizarán en la lid, por el contrario, su desconocimiento propiciará de manera flagrante el abuso por parte de las autoridades, que ya sucede en numerosos casos y que será recurrente si la lucha se limita a un solo frente.

La crónica del despojo puede ser reeditada, siempre y cuando el magisterio se prepare ante todos los frentes de la tormenta que está a punto de desatarse, y si no se actúa con unión y conciencia, la aniquilación será inminente. ■

 

*Profesor de Primaria y disidente.

 

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