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sábado, 27 abril, 2024
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Tortas japonesas

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Por: HERÓN EDUARDO DOMÍNGUEZ •

La sensación predominante ante el proceso electoral que culminará en dos semanas es una vez más de aburrimiento: de una abulia hecha de diversos factores, entre los que la falta de carisma de los contendientes principales no es acaso el más relevante, sino la experiencia de anteriores relevos en las cabinas de mando de las anquilosadas burocracias estatal y municipal, que salvo para los recién llegados y sus numerosas familias carecieron casi de cualquier trascendencia; o no fueron sino preámbulo de malas noticias, tales como aumentos en las tarifas de los crecientemente deficientes servicios públicos, y otras “medidas dolorosas pero necesarias”.

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Hasta donde la memoria remite las únicas elecciones de carácter local que han logrado sacudir la modorra ambiente en la mayor potencia exportadora de pobladores de la República Mexicana han sido las que hace tres sexenios ganó Ricardo Monreal, en las que concurrieron toda suerte de circunstancias extraordinarias, tales como un gobernador alienígena, consagrado en cuerpo y alma a sus prácticas deportivas (y galantes), un incipiente coraje civil producto de la mayor crisis económica del Siglo XX, un partido de estado que hacía agua por todas partes y un desprendimiento vigoroso del mismo, encabezado precisamente por Monreal.

Las elecciones subsiguientes, cuyos actores principales fueron una candidata oficial beneficiaria de un pago algo forzado de facturas, y un bulto abandonado a su suerte por la burocracia de su partido, en consonancia con las campañas que la precedieron discurrieron con la vivacidad de un bostezo.

No otro tanto ocurrió seis años después, cuando la irritación suscitada por una ausencia perenne de la gobernadora (itinerante sobre la superficie del planeta en interminable promoción de ¿su estado?, ¿su persona?) agravada por la grosera intromisión en los asuntos oficiales de una hija en la que invirtió la mayor parte de su capital político, inclinaron la balanza en favor del adversario de quien fuera percibido como su candidato.

Esta historia continuará. ■

 

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