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jueves, 2 mayo, 2024
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Energía renovable en México ¿Una alternativa viable?

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Por: GABRIELA CASTAÑEDA •

Más allá de un cúmulo de barreras que se interponen entre el desarrollo de proyectos de energía renovable en México, nos encontramos con una densa cortina de humo conformada por circunstancias sociales, tecnológicas, burocráticas e institucionales. Tales como legislaciones incompletas sujetas a los juegos de poder, a los cuales somos casi adictos los mexicanos, manipulaciones mediáticas e intereses financieros de particulares. Sin embargo, aquí ahondaré de manera objetiva, acerca de los obstáculos que interfieren en el desarrollo de proyectos de generación de energía renovable.

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Podemos dividir estos impedimentos en cuatro grandes categorías: institucionales, sociales, técnicos y humanos, y ambientales. ¿Cuál de ellos impacta más en el desarrollo del país? Es sumamente difícil analizar cada uno de los factores sin tomar en cuenta su impacto en el resto. En un esfuerzo sistemático podríamos comentar que en cuanto a los impedimentos institucionales tenemos que el marco legal en materia energética en México se encuentra subdesarrollado, pues mientras contamos con una “EMPRESA DE CLASE MUNDIAL”, poseemos servicios y legislaciones inconclusas e incipientes. Sin una estructura legislativa que promueva la inversión local y el desarrollo del mercado nacional de suministro de energía. Donde se ha dejado a los potenciales proveedores nacionales indefensos ante la apertura al capital extranjero, con su poderosa tecnología, recursos humanos altamente calificados e inmensas promesas de capital. Respecto al ámbito social el descontento es generalizado, dado que una vez más se hace evidente la explotación de los recursos nacionales sin un impacto positivo en las comunidades donde se generan los grandes proyectos de generación de energía. Para muestra basta un botón, dice el dicho. En el caso del mega proyecto eólico en “La Ventosa” salieron a la luz irregularidades en la adquisición de terrenos, los oídos sordos a las peticiones de las comunidades indígenas que habitaban la zona pero sobre todo la falta de planeación a largo plazo. Éste es quizá uno de los principales retos que afronta México, poder definir políticas que abarquen más de un sexenio. Donde se resuelve la necesidad de generación energía renovable a través de la concesión a entidades extranjeras sin arraigo, sin impacto en las comunidades, quienes una vez explotado el recurso actual se mudarán a nuevas zonas que les ofrezcan más réditos, financiados en gran parte por los incentivos fiscales y de infraestructura a los cuales el inversor mexicano no tiene acceso.

La formación de recursos humanos ha sido víctima de igual forma de esta miopía nacional progresiva, mientras que hace más de 50 años los países industrializados se encontraban ya investigando en la forma de generar nuevas fuentes de energía, nuestros gobiernos, instituciones educativas y empresarios flotaban relajadamente en el mar de combustibles fósiles que se extraían de nuestro subsuelo. El futuro ya llegó a tocar nuestras puertas y no nos ha encontrado preparados, volvimos a llegar tarde. Somos un país tecnológicamente dependiente de la tecnología extranjera actual, seguimos comprando espejitos y pagando con monedas de oro negro.

En materia ambiental, es evidente el impacto que la instalación de proyectos de generación energía renovable genera. Desde contaminación visual, sonora, minerales pesados, modificación de hábitats de vida silvestre, etc. Sin embargo, es la falta de planeación, de visión holística a largo plazo lo que sigue deteniendo el desarrollo de nuestro país. Mientras sigamos confrontándonos por los intereses financieros a corto plazo, sin ver el potencial de mercado a largo plazo seguiremos llegando tarde y pagando doble por lo que disfrutamos mientras otros hacen el negocio de su vida, o debería decir de 100 vidas.

Entonces, ¿Es viable el uso de energías renovables en México? Teniendo en cuenta los altos costos del financiamiento y la burocracia institucional que hace inviable financieramente el arranque de actividades por parte de operadores nacionales; a menor número de operadores menor competitividad y entonces mayores costos para el usuario final. Por otra parte, no existen regulaciones que aseguren la calidad de los implementos y los servicios que se ofrecen convirtiéndose en un débil eslabón en la cadena de desarrollo. La falta de capital humano especializado provoca en gran medida el abuso por parte de operadores tanto nacionales como extranjeros que se aprovechan de la ignorancia de los usuarios a este respecto ofreciendo soluciones de corto plazo o bien soluciones más allá de las necesidades presentes y potenciales.

En general para contestar esta importante pregunta, existe muy poca información sobre el mercado de la energía renovable en México, su potencial real y la tecnología necesaria para su implementación. Estamos llegando tarde de nuevo, pero somos buenos corredores, si hacemos el relevo de energías de forma adecuada, podemos posicionar a nuestro país en el camino correcto. Aunado a la mejora de las prácticas, la tecnología, la concientización, y el desarrollo de capital humano requerimos como nación de la suma de las voluntades de todos los actores involucrados. Porque como dice el dicho: Una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones que utilizando una transliteración podría expresarse: Una nación es tan poderosa como el más desvalido de sus ciudadanos. ■

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