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viernes, 3 mayo, 2024
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Vida académica, administrativa y estudiantil de la UAZ en los años ochenta* (parte 3)

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Por: Juan Manuel Rivera Juárez • Elva Cabrera Muruato •

En el ciclo escolar 1984-1985, con la finalidad de propiciar la estabilidad en la relación laboral entre la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y los sindicatos, se implementaron, entre otras acciones, la retabulación salarial –imperiosa, por el deterioro considerable del poder adquisitivo del salario–; el Reglamento Académico; el convenio para la conservación del patrimonio de la Universidad: el manual de funcionamiento de puestos administrativos; las revisiones contractuales, y los convenios anexos. Al considerar la actividad académica, piedra angular del trabajo institucional, la administración universitaria se propuso normar la vida académica de la institución con la intensión de mejorar las condiciones para el desarrollo de los docentes en sus actividades sustantivas.

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Una de esas condiciones fue la aprobación, por parte del Consejo Universitario (CU), del Reglamento Académico, que dio inicio a la retabulación del personal académico con efectos sin precedentes en la institución. Se integraron, completaron y perfeccionaron los expedientes de los docentes que laboraban en la UAZ, adecuándolos a los preceptos del Reglamento mencionado. Se contemplaba, entre otros aspectos, la formación académica (el grado), los cursos recibidos e impartidos, las labores de docencia, investigación y extensión, dentro y fuera de la Universidad, ubicando a cada docente con un puntaje acorde con la tabla de equivalencias, lo que permitió evaluar objetivamente la calidad y cantidad del trabajo académico existente en la institución.

Al momento de la implementación del Reglamento, estadísticamente se contaba con la información completa del 90% del historial de todos los docentes, lo que posibilitaba el diseño de perspectivas de crecimiento y alternativas de formación de profesores, optimizar la calidad académica y el control de ingreso, adscripción y promoción de los docentes. El diagnóstico posibilitó que la Comisión de Admisión, Adscripción y Promoción desempeñara sus actividades de manera fluida, racional y objetiva, de tal manera que el rezago existente y que la caracterizaba fue totalmente superado, logrando que el crónico estancamiento de los trabajos de la Comisión fuera sobrepasado. Las acciones universitarias, en el ámbito docente, fortalecían la autonomía de la institución, ya que se ponía en práctica una democracia  interna que proporcionaba, al trabajador académico, elementos de conducta que lo impulsaban conscientemente a poner en práctica su papel  como maestro, investigador o extensionista del quehacer universitario. 

El Reglamento Académico era el instrumento normativo que concurría, junto con los valores que desde siempre habían distinguido a los maestros universitarios, para redefinir sus actividades hacia la superación de la Universidad y al fortalecimiento de su autonomía, era el instrumento regulador de las relaciones laborales en un sentido progresista y democrático. La normativa era importante para el fortalecimiento y superación académica de la Universidad, ya que mediante la definición de los deberes y obligaciones del personal docente y el establecimiento de los mecanismos y requisitos de admisión y promoción, era posible optimizar las actividades académicas e investigativas que se desarrollaban al interior de la máxima casa de estudios.

Se consideraban aspectos relevantes en el reglamento Académico para garantizar el reconocimiento de la situación académica del personal docente y su clasificación equitativa y justa. Era valorada su preparación académica, antigüedad y experiencia en la docencia, la investigación o la extensión, la participación en la elaboración de documentos para el mejoramiento del proceso enseñanza-aprendizaje de su escuela, los servicios prestados a la institución en la administración y dirección, las labores académicas realizadas fuera de la Universidad, así como la participación y difusión de educación continua, lo que incentivaba al maestro universitario a una superación constante que, en última instancia, se traducía en una elevación de la calidad docente de la institución.

Un aspecto a resaltar era que está establecido que, mediante el mecanismo de contratación, se daba vida a las academias o colegios académicos de las escuelas y facultades en el proceso de evaluación del nuevo personal docente, con lo que se desechaban los criterios tradicionales de contratación que lesionaban a la institución de forma significativa. Las diversas concepciones sobre la Universidad que se debatían en su seno, y la lucha por impulsarlas, tenían como límite la concepción de la vida académica de la institución. Se concebía que la actividad académica debía ser resultado del consenso de todos los universitarios, así como los que dieran forma y definición a los elementos objetivos de la Universidad: su vida administrativa y sus órganos de gobierno.

Con la finalidad de adecuar la actividad docente a los diversos requerimientos del entorno socioeconómico, se planteó la necesidad de realizar un diagnóstico, así como una evaluación como un proceso permanente si se pretendía mantener la vigencia y la justificación de la existencia de la Universidad ante la sociedad. Debido a la urgencia de una transformación en la Universidad, con base en su política académica, se propusieron a la comunidad universitaria tres niveles para el impulso académico: Nivel I.- Creación de nuevas opciones educativas tendientes a detectar, analizar y, en la medida de las posibilidades, resolver los problemas más relevantes de la región. 

Nivel II.- Articulación e integración de todas las opciones educativas que se brindan en la Universidad para propiciar un desarrollo integral, es decir, que la necesidad de la creación de opciones educativas que vincularan a la Universidad, con la problemática regional, no debían impedir el desarrollo integral de la Universidad en sus aspectos sustantivos. Se requería el desarrollo de las llamadas ciencias básicas y de las ciencias humanísticas. Pero también se aspiraba a que el personal académico contara con opciones de formación, actualización y capacitación, a partir de un programa de formación de profesores integral e integrador que les permitiera desarrollar, en mejores condiciones, sus labores de docencia, investigación y servicio. Nivel III.- La adecuación de las carreras de la Universidad ya existentes en el programa general de desarrollo académico que se proponía. Partiendo del hecho de que en todas las opciones educativas que brindaba la Institución existía la posibilidad de su orientación en ese sentido. En ese orden de ideas se implementaron una serie de acciones tendientes a la reestructuración y fortalecimiento de la actividad académica de la Universidad para optimizar su desarrollo.

Para la formación de los profesores se elaboró un programa en el que fue necesaria una racionalización de las actividades que permitieran la actualización y formación de los docentes, que resultara acorde a lo pactado con el Sindicato del Personal Académico. Los primeros trabajos se orientaron a investigar la formación académica del personal docente, desde los maestros estudiantes hasta los que ostentaban el doctorado, además del análisis de los que podían fungir potencialmente como alumnos y profesores del programa, los gastos que representaban tales movimientos, la posibilidad de contar con docentes e investigadores de otras instituciones, así como los movimientos físicos necesarios para su cumplimiento cabal.

*La investigación para la elaboración de los diferentes artículos que se han publicado en La Jornada Zacatecas desde 2019, relacionados con la historia de la UAZ, sus símbolos y personajes, tiene sustento en el Archivo General de la Universidad Autónoma de Zacatecas, la Biblioteca de la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho, el Archivo Histórico del Estado de Zacatecas, el Archivo General del Poder Legislativo del Estado de Zacatecas, la Biblioteca Roberto Cabral del Hoyo, y en algunos archivos particulares; así como en los libros Bosquejo Histórico de Zacatecas, de Elías Amador; Alma Mater, de Gonzalo Augusto Aréchiga Lira; Educación Pública en la Máxima Casa de Estudios de Jerez, de José Luis Acevedo Hurtado; La Dirección Federal de Seguridad y sus Actividades de Espionaje en la UAZ, 1977, de José Juan Espinosa Zúñiga; El ICAZ ahora UAZ hace 50 años. Remembranzas Estudiantiles, de Froylán Feliz Orozco; 1977 Autonomía y Sociedad en Zacatecas. Una Historia Recuperada, de Abel García Guízar, José Manuel Martín Ornelas y otros; Universidad Autónoma de Zacatecas. Perfil Histórico, de Guillermo Huitrado Trejo; Primer Centenario del Instituto de Ciencias. Zacatecas 1932, Vida y desarrollo de dos instituciones Colegio de San Luis Gonzaga y Universidad Autónoma de Zacatecas 1754-1980, de José Manuel Martín Ornelas. De igual manera se consultaron notas periodísticas de los años de estudio.

Sé parte de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT). Informes: http://lumat.uaz.edu.mx/; https://www.facebook.com/LUMAT.UAZ; https://twitter.com/LumatUaz.

**Docente Investigador de la Unidad Académica 

de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia. LUMAT.

***Docente Investigadora de la Unidad Académica Preparatoria.

[email protected] 

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