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viernes, 26 abril, 2024
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Realidad, irrealidad

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Por: RENÉ LARA RAMOS • admin-zenda • Admin •

Todo indica, el señor Aurelio Nuño Mayer, aún secretario de Educación, del residente Enrique Peña Nieto, con su actuación, parece embarcarse en un proyecto personal, improbable: conseguir ser “presidenciable”. Aunque su presencia y actos, parecen bloquearlo, una y otra vez, reitera su actuación como secretario: recorridos reiterados, a lo largo de la República, evidente forma de estar omnipresente y expuesto, ante los medios de comunicación,  como cabeza de sector, en cumplimiento de su deber.  Para ello dispone, a exigencia o placer, de los recursos asignados a dicha secretaría y los correspondientes estatales, en tanto, los gobernadores son los correspondientes anfitriones, oficiales y “adecuados”, para atender y tratar con su investidura de secretario de Estado, exista materia de trabajo regular o sin ella, en tanto para eso se pretexta y presta la supervisión de la llamada Reforma Educativa, puesta en marcha, por el susodicho secretario.

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Con tanto recorrido, visita e insistencia, otra relación inevitable y cultivada, a querer o no, por ese secretario, es con un fantasma al que, si ha construido como monstruo, por ello, lo debe someter y liquidar: remembranza de tiempos “feudales”, ya idos. Fantasma que no es otro, sino el Magisterio nacional, maestras y maestros, profesoras y profesores, la mayoría intensos, con su increíble diversidad y siempre expuestos a sospechas e  iras, porque no se puede llamar de otra manera a aquello que motiva una y otra vez, al secretario, a echar mano de las fuerzas federales para intentar someterlos, más por la fuerza, a sus dictados y no tanto mediante la razón, el debate o el convencimiento, sino mediante la intervención de las fuerzas armadas federales, puestas a su disposición para algo inútil de obtener de ese modo: la obediencia y sujeción del magisterio a “su” proyecto y sea Nuño consciente o no de ello, no es al proyecto educativo, sino a otro, al que el secretario lleva oculto y lo motiva, como resultado de su intensa exposición a medios y públicos, de ser él, el señalado, a su tiempo, por el PRI, como candidato a contender como probable o seguro sucesor del presidente Enrique Peña Nieto para, eventualmente, ¿hundir? a los mexicanos todavía más en el neoliberalismo y de ese modo cooptar sus expectativas de auténtica mejora, cultural, política, económica y sobre todo de PAZ, una más consistente y duradera por estar respaldada para eso, por un probo ejercicio del poder y un suficiente presupuesto público nacional que, sí existe, es cuantioso y ya ni puede ni debe de ser dilapidado como hoy lo es, en el dispendio en seguridad y fuerza pública del que hace gala el secretario de Educación, Nuño Mayer para cobrar notoriedad ante un público, cada vez más escéptico, sobre la eficacia educativa de sus medidas, la que parece estar igual de baja que los logros televisivos del secretario, cuyas poses, discurso e imagen, ya saturan al sector y al público, en general.

Cuando se piensa eso o se dice, cabe elucubrar: cómo abogar o votar por él, para sucesor del presidente Enrique Peña Nieto, ¿quién tiene interés y con cuál argumento apoyar? Como sea, eso obliga a pensar: si Mayer se comporta o no, como un Secretario de Educación, bien educado para confrontar la crítica y todo tipo de disidencia. O si usualmente lo hace, como pueblerino y autoritario jefe de policía, ¿hasta con ira?, sobre quienes oponen, con razones, resistencia a sus dictados: maestras, maestros y hasta padres y madres de familia, a quienes, sin deberla ni temerla, les echa encima ¿las respectivas autoridades estatales? O las fuerzas armadas puestas a su disposición, como secretario.

Si de educación se trata, cabe preguntar: ¿es posible presentar un examen bajo la mirada y vigilancia de fuerzas armadas (hasta los dientes, según fotografías,) en los recintos habilitados o seleccionados para ello? Que cada quién haga su análisis, saque su conclusión e imagine las siguientes consecuencias, en el ocaso del sexenio, Nuño Mayer, secretario de Educación, ¿será o no será presidenciable? ¿Cómo considera hoy a sí mismo? Mientras, ¿qué futuro espera a educandos y educadores bajo ese Secretario, en una SEP que culturalmente le queda grande? Episodios de semanas anteriores, execrables: maestros y maestras, con elementos policiales, justo atrás de ellos, en el recinto donde eran  examinados. Según las fotos, presentaban su examen, con “robocops” detrás de ellos. Algo tan lamentable, como el desperdicio de dinero institucional derramado para hacer semejante sobrerrepresentación, no académica, sino de fuerza, por parte del secretario Mayer.

El sábado anterior, con algarabía, padres de familia acompañaron y respaldaron el paro magisterial en Oaxaca e hicieron presencia en el DF, su retorno fue civilizado, pero obligado. Se  declararon en “alerta máxima”. La situación y futuro inmediato de la organización y el movimiento magisterial, reclama garantías para instalar un nuevo plantón en el DF, con más fuerza, “como forma pacífica de la libre expresión y asociación,”derecho humano. ■

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