“No mirar hacia el centro de la imagen visual, sino desde la imagen, alrededor, frente, encima y debajo. No sólo lo que dice la imagen, lo que pretendió la subjetividad universal del creador”, dice el fotógrafo brasileño Edmundo Desnoes.
Jorge Luis Borges en 1929, cuando escribió su entrañable Aleph, destacaba las dos características más importantes de la gráfica informativa: Su penetración sutil en la conciencia y su extraña persistencia en la memoria, ligada a los cambios del tiempo social.
Las dos citas en referencia a la gráfica informativa, vienen a colación en virtud de una fotografía que aparece en “La Jornada Zacatecas”, el miércoles 4 de mayo próximo pasado y en primera plana. “Medalla al Mérito Musical Candelario Huizar” cabecea la fotografía que informa sobre el evento de premiación al maestro Esaúl Arteaga Domínguez en el Teatro Hinojosa de la Ciudad de Jerez.
Vista la toma fotográfica desde el presídium y con ojos de Edmundo Desnoes, se ubica al centro al gobernador Miguel Alonso. A su derecha al presidente municipal de Jerez, José Viramontes y a su izquierda al profesor Esaúl Arteaga. Le siguen en ese orden, la diputada por aquel Distrito y el Lic. Gustavo Salinas, director de Cultura. Luego, a la derecha de Viramontes, se ubica a una mujer y finalmente, al fondo a la derecha, ya en la orilla del presídium y con la expresión adusta que lo caracteriza, al licenciado Armando Avalos Arellano, magistrado presidente del H. Supremo Tribunal de Justicia del Estado.
Visto así, se evidencia el distanciamiento entre los titulares de los poderes Ejecutivo y Judicial. Lo más grave, el poco respeto que le merece el Poder Judicial al titular del Ejecutivo.
Los abogados, sobre todo los que nos formamos en la educación pública, laica y federalista, no podemos dejar de percibir la actitud del gobernante y de indignarnos ante tal atropello, no sólo al Poder Judicial del estado, sino a toda una historia en defensa del federalismo, representada en Zacatecas nada menos que por Don Francisco García Salinas.
Corría el año 2000, siendo Presidente del Tribunal Superior de Justicia mi querido amigo Felipe Borrego Estrada, en tanto el que esto escribe ocupaba el cargo de Procurador General de Justicia; acudíamos a un evento oficial y al llegar al lugar donde este se llevaría a cabo, Felipe no bajó del vehículo y por el contrario me pidió que esperásemos hasta verificar si asistiría el gobernador o un representante. Ante la presencia del gobernador él asistiría por el Poder Judicial, pero si fuera un representante del ejecutivo quien presidiera el evento, entonces ocuparía su lugar el magistrado que lo acompañaba.
Comentamos el asunto de la igualdad entre poderes y del protocolo federalista que era necesario infundir en los ciudadanos, sobre todo en la niñez. Estuvimos de acuerdo. Llegó Monreal y Felipe representó al Poder Judicial.
En otra ocasión, ya durante el gobierno de Amalia García y aunque usted no lo crea, ¡en el campus de la Universidad Autónoma de Zacatecas!, se dispuso el presídium con la presencia de la Gobernadora, del Rector, de directores y funcionarios de la Administración Central. El presidente del Tribunal Superior de Justicia ocupó un lugar junto a los simples mortales (diría mi amigo el Oso).
El tema de la división de poderes que establece el artículo 49 de la Constitución General de la República y el 2 de la Carta Magna del Estado, no es asunto menor, es el resultado de toda una gesta heroica que merece no ser olvidada. El respeto irrestricto a los protocolos en tratándose de federalismo es tarea de todos los mexicanos, de todos quienes organizan cualquier evento donde se encuentren representantes de alguno de los poderes, federales o locales. Y no es porque se trate de arrogancia o pedantería. No sólo hay que ser; hay que parecer decía Cervantes. Y, más en tratándose de esos cargos de representación.
Desde esta trinchera y, por la amistad que el Presidente del Tribunal me ha dispensado, es que me atrevo a sugerirle que ante cualquier forma de trato, donde el respeto a su jerarquía no cumpla con los protocolos de su representación, es preferible no asistir. Pronto vendrán tiempos mejores.
También, desde esta trinchera, envío un afectuoso saludo al Universitario y amigo Efraín Arteaga Domínguez. Bien merecido el premio y ¡A continuar con la investigación musical! ■
