Los arreglos políticos para asegurar un resultado predeterminado desde los grupos de poder gubernamental e institucional desenlace del proceso de elección interna para la Rectoría fueron expuestos a la luz pública en una grabación publicada en días pasados, se desató una serie de acusaciones de espionaje telefónico, filtración de información privilegiada y un supuesto conflicto entre logias masónicas jurisdiccionadas a la gran logia Jesús González Ortega.
¿Existe la sospecha de espionaje telefónico en este asunto? Debe de ser así porque hasta el mismo secretario general de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Cuauhtémoc Rodríguez, admite durante la conversación que supuestamente fue intervenida de manera ilegal y que tiene preocupación de ser escuchado por que afirma que “Utiliza cuatro aparatos telefónicos” y agrega “tengo el que uso para el PAN, el del PRI, el de la Universidad y el tuyo” refiriéndose al secretario de gobierno del estado Jaime Santoyo Castro.
De bote pronto podemos apreciar que el resultado que se pretendía obtener de la negociación entre secretarios generales tanto de la UAZ como del Gobierno del Estado, se logró posicionar a Antonio Guzmán como el único candidato a la Rectoría de la Máxima Casa de Estudios y desde ese momento estaba escrito que Fernando Aréchiga renunciaría al no tener posibilidades de competir bajo un manto de equidad en el proceso.
Quedaba claro que para Cuauhtémoc Rodríguez estaba garantizada su cuota de poder que desde hace dos décadas controla en la unidad académica de derecho al imponer al abogado Juan Carlos Guerrero en la dirección de este plantel manteniendo la escuela de abogacía bajo su completo dominio
Los ex rectores Alfredo Femat, diputado local del Partido del Trabajo, y Francisco Domínguez Garay conservan el control de la Rectoría y la Secretaría general de la Universidad en lo que parece un convenio a perpetuidad con el altísimo ya que ni las mandas a San Judas Tadeo le pueden arrancar el control de la universidad al grupo que ahora dirige el PT.
La pregunta importante aquí es ¿qué ganó el funcionario de gobierno Jaime Santoyo?
Debemos de comprender que el futuro de la UAZ tanto en la cuestión presupuestal como en la condición de escuela pública de la que goza en este momento es sumamente incierta y pues los que conforman la vida universitaria tanto líderes de opinión, empresarios y políticos no pretenden hacerle fácil la labor a las fuerzas reformistas de las instituciones educativas en México.
Fuel el mismo Alfredo Femat que un día en el estacionamiento de la Legislatura del estado me gritó desde su camioneta “Mientras tengamos el control de la UAZ nadie nos la va a privatizar” con ese ímpetu el universitario defiende a la casa en donde conocieron la luz del conocimiento por primera vez y es evidente que la llegada de Guzmán Fernández como rector más que un capricho de un grupo político, es más un esfuerzo por darle certeza al futuro de la universidad zacatecana.
En el caso de Jaime Santoyo Castro creo que sus acciones si responderían a una conducta de dignidad y de carácter formativo como un ente liberal integrante de las fraternidades de hombre pensantes que buscan una condición perfectible en el hombre y tomaqda del ejemplo que impuso hace siglos el benemérito de las Américas, Benito Juárez García. ■
