No hay otra manera de entender la operación del bar La Diez que el tráfico de influencias, afirma una vecina, quien durante la entrevista con La Jornada Zacatecas quiso mantener el anonimato.
Dijo que “aquí los vecinos todos nos comunicamos”, y de este intercambio fue que se enteró que uno de los dueños es hijo del ex procurador general de Justicia del estado, Arturo Nahle.
La mujer, quien tiene su domicilio sobre la avenida Torreón, aproximadamente a 50 metros de distancia de La Diez, dijo ignorar por qué no han pedido o se les ha otorgado permiso a los dueños del lugar para operarlo, hecho que fue admitido por el propio presidente municipal de Zacatecas, Carlos Peña, en entrevista transmitida en el noticiero radiofónico Espacio Abierto, por lo que agregó su suposición de que el gobierno y los dueños estarían coludidos.
“Y eso está muy mal. Ahora, no hay otra manera de entenderlo…yo creo que si están sin permiso, pues es de una persona influyente…”, expuso.
La mujer avecindada en la zona desde el año 1958, manifestó que la molestia que ocasiona el alto volumen de la música que trasciende desde el bar hacia su casa, misma que hasta las 3 de la mañana hace vibrar los vidrios con la emisión de sonidos graves, empezó con la apertura del lugar ocurrida hace un año y tres meses.
“Consideren que hay gente ya grande que necesitamos descansar, estar tranquilos en nuestra casa, eso no es justo para nadie…”, manifestó.
Agregó no obstante, que quienes se encuentran en mayor cercanía de La Diez, esto es los vecinos del pequeño callejón que se conecta con otro de nombre Del estudiante, y en este último, así como los que tienen sus viviendas en el interior de la Alameda, son los más afectados.
“Creo que eso del bar lo pudieran tener, pero que les pusieran un horario y que le bajaran un poquito a su volumen de manera que no fastidiaran a las personas porque la mera verdad es que esa es una molestia”.
El argumento del presidente capitalino, Carlos Peña Badillo, acerca de que se está en espera de la aprobación del reglamento de la Alameda, lo considera un pretexto, y agrega que la obra en este inmueble histórico se extenderá hasta el próximo mes de julio “si bien nos va”, aunque podrían ser años, según como se acostumbra ocurra en el caso de este tipo de obras, observó.
De cualquier forma no espera que un reglamento vinculado al manejo de la Alameda Trinidad García de la Cadena, incluya permisividad para que un bar opere hasta las 3 de la mañana con altos volúmenes en la emisión de música como actualmente ocurre. “Eso del permiso…si no hay permiso, pues que se quite ya”.
