■ Exhiben La Horda, de Luis Ramos, dentro del ciclo Martes de Documental y Cine de Ficción
■ El deporte apasiona pero se deforma por intereses económicos y políticos de particulares, concluyen
Definitivamente los aficionados mexicanos se distinguen de cualquier otro en el mundo, su pasión y entrega se ha ganado reputación en las butacas de estadios de futbol dentro y fuera del país, pero ¿por qué los jóvenes se integran a una barra de futbol que llega muchas veces a la violencia física?, eso fue algo que se discutió este Martes de Documental y Cine de Ficción.
Emocionados algunos espectadores de La Horda intentaron descifrar si quienes integran las barras lo eligen libremente o se debe a la carencia de empleos, al rechazo masivo de jóvenes en la educación y a la total falta de espacios culturales que les permitan a los jóvenes dar salida a las frustraciones de su vida cotidiana, discusión sostenida por Oscar Novella, Raúl Alba y Silvia Lugo, quien al final dijo que “la sociedad es incapaz de incluir a los jóvenes”.
Por otro lado, Rebeca Toledo y José García se preguntaron qué pasará con el equipo de futbol de Mineros de Zacatecas, pues opinaron que si se forma una barra entre los jóvenes zacatecanos, serán los padres los responsables de llamar la atención de los jóvenes y hacer de esto un evento familiar.
Sin embargo, es necesario insistir en que de alguna manera todos pertenecemos a un grupo, es algo propio de las personas el sentirse parte de una sociedad en la relación con unos cuantos miembros, y que si las barras de futbol se han ganado cierta fama ha sido porque suelen ser explosivas y violentas, y son realmente algo que atrae el interés por no ser propio de una sola cultura, aunque su expresión en México y Latinoamérica sea singular.
Finalmente muchos opinaron que el futbol como un deporte es algo que apasiona, pero que al verse influenciado por intereses económicos y políticos de particulares, deforma la posibilidad de entretenimiento de calidad que podría llevar a la sociedad.
