México, DF. Las nubes cedieron, dejó de llover. El frío era tolerable y, con tan sólo escuchar algunos breves tonos emergidos de los micrófonos que el ingeniero de sonido ajustaba y nivelaba, se vislumbraba un aumento en la temperatura corporal del público asistente previo al inicio del concierto que Zap Mama –cuya propuesta musical puede clasificarse en la llamada corriente world music– ofreció en el contexto de la primera Feria Internacional del Libro Benito Juárez, la noche del domingo 27 de octubre.
Con un magistral registro de voz, Marie Daulne, principal integrante de la agrupación quien es nativa de Congo y fue criada en Bélgica, dominaba el escenario con soltura, dirigía el espectáculo en un constante diálogo, no sólo con cada uno de los músicos que la acompañaban y que ella acompañaba: también se comunicaba fluidamente –fuese en inglés, francés y un poco de español– con sus solícitos espectadores.
Al igual que ella, el público bailo, brincó, cantó y gozó. Niños, jóvenes adultos mayores, gente de todas edades, la escuchaba y respondía e interactuaba con Daulne y con cada uno de sus músicos; se notaban, en su mayoría, familiarizados con los ritmos y la interpretación de Zap Mama durante el concierto realizado en el escenario principal, en la explanada Plaza de la Soberanía de dicha demarcación política.
Era una velada la cual se antojaba para olvidar –o de menos poner a hibernar por poco más de una hora– las preocupaciones y el desasosiego; y entonces dejarse llevar por la cadencia y los ritmos de la batería, la guitarra, el bajo, el teclado, el sintetizador y, desde luego, las percusiones en armonía con las exquisitas voces de Daulne y su corista, quien dejó maravillados a los asistentes con su registro vocal, que oscilaba de agudos a graves, y viceversa, espectacular y portentosamente, y con sus contagiosos movimientos al ritmo del afrobeat, urban, jazz, hip-hop y nu-soul.
Los temas con que deleitaron al público fueron Walk on, Do you wanna, Rafiki, Yelling away, Paroles paroles, Time for love, Africa sunset, Whappy mama, 1000 ways, y después de un breve receso de minutos, Zap Mama regresó al escenario para seguir interpretando melodías como Bandy, Iko Iko, We go, Text y Hello to Mama.
En sus inicios, Zap Mama estuvo constituida sólo por mujeres; actualmente también está integrada por el género masculino. Su primera producción discográfica fue Adventures in Afropea, que de inmediato fue reconocida a escala internacional: “Fue un álbum grabado a capela, en el que las letras de las canciones se mezclaban de manera gozosa y sorprendente con improvisaciones onomatopéyicas absolutamente novedosas, apoyadas en un notable virtuosismo técnico vocal”.
En esos tiempos, cuya principal característica de su música eran cantos vocales antiguos y “no tenía un género en particular”, según declaró antes de su presentación en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, en su edición 41; en la actualidad incorpora música electrónica, la cual maneja y domina con ayuda de su tableta electrónica.
“Sigan su voz interior”, decía en inglés Marie Daulne, mientras pedía que uno de sus músicos tradujera para que después ella repitiera en su entrecortado castellano. “Sigan su voz interior”, interpeló en varias ocasiones a sus escuchas, que atentos hacían caso a la petición. En otro momento, en un tono de convencimiento, comentó: “los mexicanos son muy románticos”. Y finalmente, con un fondo de aplausos, silbidos y gritos de emoción, la última frase que dijo Daulne, en un elegante francés fue: “merci beaucoup”, que en español significa muchas gracias, y que es también un timbre y sello que la caracteriza.
