Cómo quisiera Enrique Peña Nieto que ya hubiera llegado la Navidad y que el pueblo mexicano olvidara los asuntos que han provocado las movilizaciones más frecuentes y masivas en décadas.
Seguramente ha puesto a trabajar horas extras a sus asesores en la elaboración de tácticas y estrategias para asegurar la aprobación de la reforma fiscal en el Senado en la semana que hoy inicia, la reforma política que le han impuesto sus aliados en el Pacto por México como condición para votar la reforma energética, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2014 y la joya de la corona, la reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales para quitar a los energéticos su carácter estratégico y la exclusividad del Estado en su explotación. Cómo desearía pasar el fin de año con los líderes del capital financiero internacional y con los accionistas mayoritarios de las trasnacionales petroleras, para recibir las felicitaciones y parabienes por haber cumplido sus acuerdos más importantes, incluida la reforma laboral.
El calendario legislativo permite suponer que esta semana terminará el proceso legislativo para aprobar el paquete fiscal, y su síntesis en la Ley de Ingresos, y la única duda está en el estado de ánimo que producirá en las bancadas del PAN que han asumido el papel de oposición en este tema.
Todo indica que la mayoría amplia formada por el PRI para el tema, incluido el grupo parlamentario del PRD, tiene la solidez necesaria para hacer la tarea. Enseguida veremos si el PRI cumple su compromiso de crear el Instituto Nacional Electoral (INE) para sustituir al IFE y a los órganos electorales estatales, y si la clase política en pleno avanza en la aprobación de la relección de legisladores, sin considerar la bajísima credibilidad de diputados y senadores y de sus partidos. La aprobación del INE dejará una gran inconformidad entre los miembros de las burocracias electorales del país que han dejado clara su oposición a esa reforma, que se sumará a las voces agraviadas por la aprobación de las anteriores reformas.
Es previsible que a fines de noviembre, mientras la Cámara de Diputados discute y aprueba el PEF, el Senado dictamine y apruebe la reforma energética en su fase constitucional para que antes de irse de vacaciones navideñas hagan lo propio los diputados. Se podría pensar que el PRI podría instruir a sus gobernadores para que operen la aprobación de la minuta que les envíe el Congreso de la Unión, en el mismo mes de diciembre para esperar que el espíritu navideño enfríe los ánimos de los opositores movilizados. Las reformas a las leyes secundarias en materia energética podrían aprobarse en el periodo legislativo que iniciará en febrero de 2014.
De lo anterior se deduce que a fines de noviembre confluirán las movilizaciones de todos los sectores agraviados por la oleada de reformas neoliberales impulsadas por el PRI desde su retorno a la Presidencia de la República; ahí se expresará la convicción de que la reforma laboral anuló derechos conquistados en décadas de lucha, y que fue falsa la promesa de que generaría cientos de miles de empleos; también confluirán los integrantes del SME y los de Mexicana de Aviación, víctimas del dogmatismo y la corrupción de los gobernantes neoliberales; ahí estarán, por supuesto, los maestros que protagonizan una nueva y masiva insurrección al margen del control que Elba Esther Gordillo ha mantenido desde que fue impuesta por Carlos Salinas de Gortari en la dirección del SNTE; sin duda que también se expresarán las nuevas generaciones que se expresaron en #YoSoy132 y en distintos agrupamientos estudiantiles; y evidentemente que ahí estarán las militancias del PT, MC, sectores del PRD y, sobre todo, se expresarán los sectores sociales que todavía confían en el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y que están realizando las asambleas
estatales necesarias para que Morena obtenga su registro electoral.
Queda la duda sobre si el sector más golpeado por el neoliberalismo, la población del medio rural, logrará configurar durante las próximas semanas un conjunto de demandas y de compromisos políticos que le permitan irrumpir con fuerza en los debates presupuestales y en la movilización general propiciada por la horizontalidad del tema energético. La dispersión de las organizaciones y el vicio del clientelismo han debilitado enormemente al sector, y está por verse si las acciones iniciadas hace poco por los productores de frijol se convierten en detonadores del reagrupamiento.
Un elemento novedoso que estará presente en el otoño caliente que viene será la presión directa a que estarán sometidos los legisladores federales y locales por parte de los contingentes movilizados.
El presidencialismo mexicano educó a la población en la idea del carácter secundario del trabajo legislativo, y debido a ello no existe la cultura de seguir puntualmente el trabajo de los representantes populares. Los anuncios hechos ayer en el Zócalo por AMLO, de que se denunciará masivamente a quienes voten por la reforma, pueden ser el inicio de una nueva relación de la población con el Poder Legislativo. ■
