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viernes, 3 mayo, 2024
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Mitos, fobias y realidades de la reforma electoral

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

El pasado domingo 13 de noviembre, la oposición del gobierno de López Obrador convocó a una manifestación pacífica a nivel nacional; el objetivo fue concentrarse en diversos puntos del país para marchar en contra de la reforma electoral y de una supuesta manipulación del Instituto Nacional Electoral (INE) que, según la derecha, es el objetivo de la reforma propuesta por el Presidente al Congreso Federal. 

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Aunque la manifestación logró reunir a cientos de miles de personas en todo el territorio nacional y miles en la Ciudad de México; la oposición ni los medios de comunicación, comunicadores y columnistas a su servicio, lograron el impacto deseado, pues de un intento por mostrar descontento ciudadano hacia una propuesta de reforma a la Constitución, solamente logaron mostrar que cientos de miles de ciudadanos viven una profunda ignorancia respecto de lo que plantea la reforma electoral, al grado de que una gran mayoría salió a manifestarse para defender su credencial de elector y su derecho al voto, creyendo que el Presidente busca quitarles la identificación oficial y que busca mantenerse en el poder y eliminar el derecho a votar libremente. 

Al parecer la gran mayoría que se manifestó el domingo pasado, ignora que los mexicanos conquistamos el derecho a votar de forma libre y secreta gracias a los movimientos políticos y sociales que otros mexicanos encabezaron para liberarnos del yugo extranjero y ser gobernados y representados por aquellos mexicanos que elijamos en las urnas, ciertamente para liberarnos de la derecha que históricamente ha buscado entregar al país, nuestras riquezas naturales y nuestra fuerza de trabajo, a extranjeros. 

La manifestación, independientemente si convocó a ciudadanos con engaños y mentiras, resulta sana para un modelo democrático participativo como el que busca consolidar el gobierno de la cuarta transformación, puesto que desde que inició su mandato, López Obrador ha buscado que los mexicanos nos mantengamos en constante debate sobre la toma de decisiones, informados e involucrándonos respecto del quehacer político y público, las consultas populares han servido para manifestarse en contra o a favor de algunas obras importantes e incluso sobre si se investiga a ex presidentes. 

La reforma electoral ha traído consigo la manifestación de las fobias de la oposición y ha traído consigo una campaña de mitos y mentiras, han usado al INE para atacar dicha reforma, intentando engañar al mexicano respecto de que el Presidente busca controlar las elecciones al desaparecer al Instituto Electoral, sin embargo, la propuesta contempla ampliar nuestro derecho a votar por consejeros que lo conforman y arrebatarle la oportunidad a los grupos políticos y serviles de intereses económicos enquistados en el Congreso Federal, de decidir quiénes van a encargarse de calificar las elecciones en todo el país, ahora se pretende que los mexicanos los elijamos entre propuestas de los tres poderes de la Unión.

La campaña es un claro intento por alejar el debate de lo que realmente les importa y que no pueden defender públicamente: el financiamiento de miles de millones al año a los partidos políticos; la disminución del porcentaje requerido para hacer vinculante una revocación de mandato, la fusión de órganos locales electorales con los federales y la disminución de Diputados Federales de 500 a 300 y de 128 a 96 Senadores, así como modificar la forma en que los elegimos y entre otros muchos cambios en materia electoral, la de introducir el voto electrónico, lo que traería consigo una mayor participación, el principal enemigo de la derecha y de la oposición o por qué creemos que el INE decidió no instalar el 100% de casillas en las consultas populares anteriores. 

La marcha para “defender al INE”, más allá de resultar una forma de mostrar músculo político por parte de la oposición, y de empresarios que la financian, resultó una manifestación de las fobias, de los mitos, de las mentiras y/o de la ignorancia que vive un pequeño sector de mexicanos respecto del gobierno de la 4T y del Presidente López Obrador, una muestra de que el temor y el odio hacia lo que representa es infundado y en su caso, el de los empresarios y políticos que se han beneficiado, durante generaciones, de los excesos y de la corrupción, derivados del ejercicio del poder. 

La manifestación y marcha del 27 de noviembre demostrará que millones de mexicanos deseamos acabar y sepultar ese sistema en el que solamente algunos se beneficiaron. 

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