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viernes, 26 abril, 2024
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El poder del enfoque

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Por: RAÚL MORONES HERNÁNDEZ* • Araceli Rodarte •

■ Empresa Total

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Muchos foros empresariales en los que se comparten los más avanzados y creativos modelos de gestión de negocios, provocan grandes expectativas de aumento en la eficiencia energética, en el acortamiento de los tiempos de ciclos de los procesos, la disminución del desperdicio, en el aumento de la capacidad innovadora, etc.

Esta disponibilidad exponencial de conocimiento empresarial eleva el entusiasmo y hace que se inviertan recursos muy valiosos para intentar un aumento en la competitividad de las empresas, pero con frecuencia llegan a “infoxicar”, es decir a intoxicar de información que produce al menos cualquiera de dos síndromes; la parálisis por análisis o la maldición de Sísifo.

“La Parálisis por Análisis” consiste en deliberar si se opta por un modelo o por otro, si A será mejor que B, si X será más acorde a la empresa que Y, si el primero será más propicio por la cultura propia que el segundo, etc.,… Y así transcurren las interminables discusiones en las salas de juntas, pero con muy poca o nula acción.

“La Maldición de Sísifo” consiste en mucha acción y poco análisis recordando a este mítico personaje griego, que fue condenado por los dioses del Olimpo a empujar una gran roca desde la base hasta la cima de una montaña, y una vez que lo había logrado, la roca caía por la ladera para una y otra vez sin fin, volver a esforzarse para conseguirlo.

Es aquí cuando la reflexión nos lleva a hacer un análisis objetivo de lo que en planeación estratégica es básico; considerar las fortalezas, las debilidades, las oportunidades y las amenazas. Pero además, tomar acciones reales dirigidas a metas crucialmente importantes derivadas de la misión y visión de la empresa, con un adecuado seguimiento a la ejecución. Eso es inteligencia empresarial.

Es aquí cuando se requiere el poder del enfoque, que puede liberar a quienes presentan cualquiera de los dos síndromes. Es decir, la capacidad de concentrarse en lo que es crucialmente importante y mantener el rumbo con disciplina poniendo a prueba el compromiso, que en el fondo es sencillamente una manifestación de la voluntad corporativa.

Es importante reconocer que si a nivel empresarial hay tantos distractores como nuevos productos y competidores, cambios impositivos y regulatorios, etc., a nivel personal el  ambiente también está cargado de e-mails, twitts, mensajes de texto, llamadas telefónicas, etc. Que se suman a muchas otras distracciones que crecen en número y en complejidad.

En estas condiciones, lograr la concentración es todo un reto y no es de sorprender que cada vez se expande más el déficit de atención adquirida, resultante del vertiginoso ambiente económico y social que consciente o no, a todos afecta y se refleja en resultados que no siempre satisfacen y elevan los niveles de tensión, con sus naturales consecuencias.

Taichi Ono, legendario pensador empresarial aconsejaba tomarse un tiempo, incluso jornadas de trabajo de 10 horas, para observar los procesos sin perturbaciones dibujando un círculo rojo (“Círculo Ono”) frente a una estación de trabajo cualquiera y parándose inmóvil al centro sin hacer otra cosa que precisamente observar lo que sucedía.

Después de observar, decía, hay –tales- cosas que no deben estar ahí pues sólo obstaculizan, no deben hacerse pues consumen tiempo innecesariamente, no deben permitirse pues representan riesgos o peligros inminentes. Después de la observación venía el acuerdo para tomar acciones precisas y mejorar los procesos.

¿Qué cosas en su empresa aseguran la identificación de oportunidades de mejora?, ¿es sistemática la práctica de analizar los procesos operativos para encontrar lo que se puede modificar para elevar el desempeño? En más de 90 por ciento de los casos no es así, por lo que los ajustes sólo son reacciones a errores o defectos cometidos.

Esto recuerda lo que el Premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, afirma “… la mayoría de las personas dan respuestas rápidas y erráticas a preguntas que requieren pensar despacio para acertar…”. En efecto, cuando se trata de resolver un problema de calidad generalmente se hace una corrección.

El Sr. Kahneman lo demuestra planteando el siguiente desafío: Si un paquete de beisbol que contiene un bate y un pelota cuesta un dólar con diez centavos, ¿cuál es el precio de la pelota, considerando que el del bate es un dólar más que el de la pelota? La respuesta está al final, pero intente responder correctamente.

Lo anterior demuestra que vivimos en medio de una turbulencia de información que para que sea útil requiere ser procesada y así, convertirla en verdadero conocimiento e incluso en sabiduría, que es el más elevado nivel de conciencia de los datos que se derivan de los procesos.

Hay técnicas muy sencillas que pueden aplicarse a juntas de trabajo, procesos de planeación,  métodos de ejecución, reuniones de evaluación, etc. sin embargo, lo más importante es si usted realmente quiere enfocarse en lo que es realmente importante y superar el desafío de la dispersión de los esfuerzos y del desperdicio de recursos. ■

 

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