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viernes, 10 mayo, 2024
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¿Y el sistema educativo dentro de la 4T?

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Sin lugar a dudas, la educación tanto formal como no formal, debería ser la generadora de esa gran transformación que requiere México. Se debe pensar, antes que nada, en qué tipo de ciudadanos se requieren para potenciarlos y que se doten de toda una serie de habilidades y así, le puedan dar rumbo y certidumbre al país; se requiere pues, que los ciudadanos luchen por la justicia y defiendan esa tan anhelada transformación que tanto pregona el gobierno en turno. Actualmente, sólo se ha renovado la educación, pero no se ha transformado puesto que siguen imperando esquemas formativos rígidos donde los ciudadanos que se forman son sometidos, impidiéndoles así el que sean críticos y transformadores.

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La designación de directivos en la Secretaría de Educación Pública, en el actual régimen de gobierno, se sigue haciendo con la misma tradición del viejo régimen, se designan por compromisos políticos sin importar el perfil requerido para que se fortalezca así el sistema educativo. Los directivos designados, por lo general, actúan desde el sentido común y, en algunos casos, son incluso improvisados.

El presidente de la república, como titular del proyecto denominado la Cuarta Transformación, ha considerado al sistema educativo como secundario, el hecho de reducirle el presupuesto a la educación es el claro ejemplo. Esto ha traído como consecuencia el que la educación en México no cumpla cabalmente con su cometido, los maestros siguen siendo vistos como obreros de la educación -se le capacita en lugar de favorecerles el proceso de profesionalización-; no cabe duda de que en el sistema educativo sigue privando el burocratismo y el academicismo. 

La educación manifiesta cierto abandono y, de seguir con la misma dinámica, la situación se tornará más crítica aun; el presidente de la república no ha querido considerarla como prioridad, ello hará que el pueblo siga en la miseria cultural y económica. No se le puede dar la espalda a una actividad que debe ser considerada eminentemente social como es la educación, el sistema educativo necesita repensarse, restructurarse y, para que esto suceda, el Estado debe dejar de ser rector de este sistema.

Se hace necesario que en la 4T haya claridad en torno a lo que implica la educación dentro de este proyecto ya que en las decisiones que se han tomado no existe claridad en cuanto a los criterios éticos, educativos y académicos, este problema se hace manifiesto dado que se ha descuidado la formación y actualización de los docentes; sólo se ha priorizado la capacitación de los mismos; bajo esta dinámica, no se puede hablar de un estado de bienestar. 

A la fecha, no se ha visto reflejado el beneficio de haber derogado la reforma educativa impuesta por el gobierno peñista, posterior a su derogación, se generaron varias propuestas de modificación al modelo educativo, sin embargo, éstas no se han acompañado del fortalecimiento al docente, se ha descuidado su formación, no se le brinda la oportunidad de que se profesionalice en su práctica y, lo que es peor, no cuenta con salario digno. Las propuestas que se han generado son sólo proyectos alternativos, no es una reforma innovadora, cierto que se habla de un nuevo modelo educativo, es sólo una variante, pero no es innovador y mucho menos novedoso.

De siempre se ha pensado que el hecho de proporcionarles becas a los alumnos se hará más eficiente el sistema educativo, la experiencia nos ha dicho que esto no ha sucedido así ya que solo es visto el programa de asignación de becas como asistencialista, no ha impactado favorablemente en el sistema educativo. Aunado a esto, el problema se agravó todavía más con la pandemia que se sufrió, se perdieron, además de aprendizajes, habilidades para la convivencia social. Con este mal, se perdieron también habilidades cognitivas toda vez que las clases en línea no proporcionaban aprendizajes significativos y sí mucho aburrimiento en los educandos, lo que fue peor, se hizo manifiesta aún más, la desigualdad social.

En términos generales, al sistema educativo se le ha castigado con la reducción en la asignación presupuestal y con el déficit que han manifestado las instituciones formadoras de docentes, consecuencia esto de la carencia de recursos de diferente índole. En discurso, en el rubro de la formación de docentes, se trazaron estrategias para fortalecer a las instituciones que tienen esta encomienda, de esta manera, se pretende lo siguiente: a) fortalecimiento de la infraestructura de las escuelas normales, b) promoción de nuevos procesos pedagógicos, c) revalorización del magisterio y mejora de las condiciones de su trabajo, d) participación de la comunidad normalista en la construcción de sus planes y programas de estudio y, e) formación integral, actualización de los formadores de docentes. Esto, hasta el momento, solo es un deseo. 

Con la exposición de este estado de cosas, se puede aseverar que el sistema educativo seguirá debilitándose si no se le presta la atención que requiere, si no se le asigna el presupuesto adecuado y, si no se presta especial atención al proceso de formación y profesionalización de docentes.

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