Cuando me preguntaron sobre algún arma
capaz de contrarrestar el poder de la
bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz.
Albert Einstein
Un fragmento sobre el apartado de la guerra, en la obra literaria Utopía de Tomas Moro dice así: “Nunca emprenden la guerra inconsideradamente, sino sólo para defender sus fronteras o para ahuyentar a los enemigos de sus territorios, o para liberar de la servidumbre a algún país amigo y ponerles en libertad, haciendo esto movidos por la compasión, sin otro fin que la fidelidad a su sentido humanitario. Aunque por agradecimiento socorren a sus amigos, no siempre se trata de guerras defensivas, sino que algunas veces quieren satisfacer y vengar injurias. Para que esto ocurra, antes de llegar a las armas se ha de proponer satisfacción, y si no la dan, hacen la guerra a los autores del agravio”.
Tras rechazar los colombianos este domingo en un plebiscito para los acuerdos de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC, dejó no solo al país sumido en la incertidumbre sobre qué pasará; si no también al mundo entero. El pasado 23 de junio del presente año , después de casi cuatro años de diálogos entre el Gobierno colombiano y las FARC-EP desarrollados en La Habana (Cuba), se declaró el cese temporal pero indefinido de las acciones militares de ambos bandos además de la desmovilización, entrega de armas y reinserción a la vida civil de los militantes del grupo subversivo, siendo el fin de las FARC como organización insurgente y alzada en armas.
Históricamente este conflicto armado en Colombia ha dejado más de 220.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de campesinos desplazados desde que comenzó en el año 1964. Aunque inicialmente el cauce de las actividades realizadas por las FARC era de autodefensa y grupo de guerrillas, en la década del 80 incursionaron en el narcotráfico, decisión que cambio el sentido y el rumbo del país sudamericano. Las graves consecuencias que trajo esta fusión, influyeron en la vida política, social y económica del país; el asesinato de miles de civiles, miembros del gobierno, policías y militares, el secuestro con fines políticos o extorsivos, atentados con bombas y armas no convencionales, son actos graves que han provocado desplazamientos forzados, reclutamiento de menores, destrucción de puentes y carreteras por medio de bombas con dinamita, además de destrucción de estaciones de policía y las casas de los civiles que se encuentran cerca. Olvidar y perdonar tantos actos de crueldad no es fácil; el ex presidente Álvaro Uribe, quien es el principal promotor para el “NO” acuerdo de paz con el grupo disidente, al conocer el resolutivo del plebiscito declaro lo siguiente: “La paz es ilusionante, los textos de La Habana decepcionantes”. Con esta frase, el ex presidente de Colombia y actual senador, Álvaro Uribe, dejo clara su postura respecto del documento firmado por su predecesor Timochenko, líder de las FARC, que buscaba el inicio a un proceso de paz pero que para él no era más que un acuerdo que brindaba impunidad a los criminales y que encamina al país hacia el “castrochavismo” de Cuba y Venezuela
“Es absurdo premiar a unos criminales, narco asesinos que han hecho al país un desastre” José Gómez, veterano colombiano.
Para finalizar:
Las miles de muertes producidas por esta guerra interna, constituyen tan sólo una parte de las consecuencias que se obtienen por los defectos sociales de crueldad y el odio; las víctimas, el número de muertos; es decir, el costo del conflicto en vidas humanas fue demasiado alto, sobre todo, en lo que se refiere a pérdidas indebidas civiles. Las consecuencias de cualquier guerra son letales; la destrucción, desaparición de ciudades y pueblos así como daños económicos son devastadoras e impresionantes. Los efectos globales de cualquier guerra establecen un conjunto de hipotéticos escenarios negativos ambientales y humanitarios de gran escala; ahora el pueblo de Colombia está dispuesto a castigar a toda costa y a toda sangre, a quienes asesinaron, secuestraron y torturaron a sangre fría a miles de colombianos.
La guerra es un término que está íntimamente relacionado con la historia de la humanidad y con los desastres, catástrofes o emergencias. La guerra es la continuación de la política por otros medios… La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios. La guerra constituye un verdadero desastre, una emergencia o un caos provocado por el hombre, que determina una desorganización total de toda la sociedad, afectándola desde todos los puntos de vista. La guerra provoca una afectación ostensible de la salud mental del hombre y trae como consecuencia un aumento significativo de los trastornos mentales.
“Incluso la paz se puede comprar a un precio demasiado alto”. Benjamin Franklin■
