México sigue su marcha en la ruta neoliberal. La inmediatez muestra, lo más visible: con algarabía o no, las labores escolares reinician, mientras en las notas de los diarios, indetenible, continúa el flujo de notas principales sobre cómo y de qué va la devastación actual y futura del país, al continuar la actuación, realización de la zaga neoliberal con efectos negativos que cada vez serán más cercanos a la vida y bolsillos de la gente. Nos encontramos a la mitad de un sexenio, sin percibir perspectivas sensibles de mejora, ni saber, de bien a bien, cómo evadir, enfrentar o detener, con eficacia, los impactos sociales, económicos y culturales, neoliberales, cuya negatividad avanzará más, debido al empeoramiento indetenible a ocasionar con la aplicación del siguiente tramo de reformas del mismo tipo: neoliberales, para lo que resta del sexenio de Peña Nieto y de su neoliberal secretario de Hacienda, Videgaray, quien prefiere dejar a los reporteros que lo interrogan, con preguntas en el aire o pretextar respuestas sinsentido y evadirlas, si se trata de saber detalles sobre lo que se le interroga: cómo hizo para pagar una parte de la casa de Malinalco, que adquirió a una empresa del Grupo Higa. El diario Reforma publicó este sábado 29 de agosto la siguiente nota: Luis Videgaray evadió responder las preguntas sobre las obras de arte que aseguró haber vendido para pagar una parte de la casa de Malinalco que adquirió a una empresa de Grupo Higa. A otros, no quiso decir, quiénes eran sus artísticos autores. En fin, el hoy Ministro, así teje de mal su futuro personal, esperemos que no haga lo mismo con el de los mexicanos, ¿cómo privatizador del patrimonio público, al que desvaloriza mediante un verdadero desfinanciamiento para desmantelarlo y rematarlo, como a la industria eléctrica nacional y “anexas”?
Videgaray, se muestra sensible, el 2016 será complejo y difícil: habrá menos capital disponible y el reto económico de México es mantener la estabilidad macro para garantizarle a la sociedad que las perturbaciones de volatilidad que viven los mercados internacionales, traducidas por ejemplo en la actual depreciación del peso, no se trasladen a los bolsillos de los mexicanos y a la economía familiar.
Se dice consciente y continúa, ¿con apapacho?: “…la responsabilidad que tenemos frente al país, es evitar que lo que está ocurriendo en el resto del mundo afecte la economía de las familias mexicanas, particularmente aquellas que son más pobres y que son las que se afectan primero cuando tenemos un problema de inestabilidad económica”, dijo el funcionario a los diputados electos del PRI y del Verde Ecologista.
¿Cómo propone asegurar el futuro inmediato? “…se espera que los precios del petróleo sigan a la baja, la depreciación del peso pudiera continuar, aunque eso sí, el déficit fiscal se mantendrá a la baja y junto al Banco de México se procurará la estabilidad de los precios y la liquidez del mercado mexicano, de ahí las subasta diarias de dólares.” Videgaray y compañía, como buenos neoliberales, después de desmantelar e inhabilitar a Pemex para producir o de impedírselo, hasta por falta de mantenimiento. A corto plazo, ¿cómo enfrentarán las consecuencias de eso y qué se imaginarán o pensarán, quienes no se enteren, ni qué, los atosiga?
Aquí se inserta la particularidad de las circunstancias, en Zacatecas, inicia desde YA, lo que será un año muy movido (lo esperable) por su carácter electoral y lo que estará en juego: No sólo las diputaciones y presidencias municipales, sino el relevo gubernamental. Los zacatecanos serán convocados para elegir al gobernador que suceda a Miguel Alonso y eso ocupará al PRI y a los demás partidos políticos que desde hoy, un día están dispuestos a sumar, otro a dividir o a reflexionar o calcular como obtener los menores costos y los mayores beneficios, hoy ilusorios, a pagar u obtener, para que mediante ese vaivén, cada quien, cada grupo, partido o asociación, pueda cotizarse y cotizar de la manera más subjetiva y objetiva posible, su real peso político, veces desconocido, hasta por los militantes o los propios candidatos. Por supuesto, a los actores políticos organizados y de élite, se les supone un nivel de conocimiento elevado sobre sí mismos, más allá de cualesquier conjuro o brujería.
En fin, lo electoral, como momento político, tiene su propia fascinación y encanto. Y estos, como todo lo político, se construyen o deconstruyen por ser procesos anudados de individualidad y plagados, hay que esperar, de fantasía, objetividad y pasión. Por eso mismo, se involucran en ellos o generan, tanto el examen, la racionalidad, los saberes y experiencia, como el sinsentido o la mismísima barbaridad. Habrá que ver incluso cómo pesan en ellos, hasta de modo inconsciente, los impactos no – visibles, generados por una exposición tan prolongada al modelo neoliberal: como país, estados, regiones y gentes. ■
