l “Estado Mundial de la Infancia 2013. Niños y niñas con discapacidad”, que presentó UNICEF en estos días, inicia diciendo que los niños, niñas y adolescentes con discapacidad, antes que un problema, son “hermanas, hermanos, amigas o amigos que tienen una canción, un juego o un plato favoritos; una hija o un hijo con sueños y el deseo de verlos cumplidos; un niño o una niña que sufre de alguna discapacidad, pero que tiene los mismos derechos que cualquier niña o niño.”
La institucionalización (escuelas segregadas), el abandono o el descuido, son el verdadero problema, que tiene su “origen en nociones negativas o paternalistas sobre la discapacidad, la dependencia y las diferencias, que se perpetúan a causa de la ignorancia.
En ese informe, en particular se insiste en que “la invisibilidad origina y perpetúa gran parte de las privaciones que sufren los niños y niñas con discapacidad. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, revela que del total de niños de 2 a 9 años “29% está en riesgo de tener alguna discapacidad, lo cual implica que 5, 346, 600 niños y niñas necesitan una evaluación y diagnóstico para determinar el tratamiento o acción a realizar para prevenir o disminuir la discapacidad.”
Nos falta información sobre el riesgo de discapacidad en el grupo de 10 a 17 años. El problema de no saber cuántos son y dónde están los hace “desconocidos para los sistemas sociales, educativos y de salud y, por tanto, pierden acceso a estos servicios, a los cuales tienen derecho.”
El “Semáforo Municipal de los Derechos de la Infancia” (SMDH) www.odisea.org.mx es un esfuerzo de recopilación y análisis de datos para visibilizar la exclusión de los niños,niñas y adolescentes con discapacidad, en particular los que están fuera de la escuela, a nivel nacional, estatal y municipal.
Quizá habría que empezar diciendo que si bien la exclusión educativa es profunda entre la población en general, la discapacidad añade una dosis de exclusión adicional. Es revelador que mientras en la población total de 3 a 17 años la exclusión de la escuela es de 18.38% (no llega a dos de cada diez), entre la población con discapacidad en ese mismo grupo de edad alcanza el 31.27% (tres de cada diez).
En términos relativos el mejor estado del país para que los niños con discapacidad ejerzan su derecho a la educación, de acuerdo con el “Semáforo Municipal de los Derechos de la Infancia”, es el Distrito Federal, con 21.48% de la población de 3 a 17 años con discapacidad que no asiste a la escuela. El segundo es Baja California Sur (25.11%) y el tercero Yucatán (26.14%).
Las condiciones más difíciles para un niño con estas desventajas se ubican en Chiapas (47.71%), lugar 32 nacional, más del doble que en el D. F. En seguida se ubican Guerrero (39.97%) y Oaxaca (37.32%).
El D. F. será el primer lugar, pero en términos absolutos son 8 mil niños en este grupo de edad los excluidos de la escuela. En Chiapas son 7,496. Zacatecas, el 7º mejor lugar nacional en el indicador, tiene a 2, 221 niños fuera de las aulas. San Luis Potosí, el lugar 16, tiene a 4,036.
Son 15 los municipios con más de mil niños con discapacidad fuera de la escuela; destacan León, Guanajuato (2,382), Iztapalapa, D. F. (2,381) y Tijuana, B. C. (2,369).
Son miles y están por todas partes. En total tenemos a 165 mil 412 niños, niñas y adolescentes con discapacidad fuera de la escuela en todo el país (más que la población total de Guadalupe, Zacatecas, o Piedras Negras, Coahuila).
Entre los municipios con mayor exclusión están 27 con 100% de los niños con discapacidad fuera de la escuela, por lo que comparten el lugar 2,456 o último de la República. En estos municipios los niños pueden estar seguros de que si tienen alguna discapacidad, no podrán ejercer su derecho a la educación. En 1,461 municipios se rebasa el promedio nacional de 31.27%, por lo que en el “Semáforo Municipal de los Derechos de la Infancia” marcan “rojo”.
Las desigualdades al interior de los estados es contrastante. En Santiago del Pinar, Chiapas, uno de esos municipios con 100% de exclusión escolar, ésta es más del doble que el promedio estatal (47.71%). En Momax, Zacatecas, no asiste a la escuela en este grupo de edad el 60% de los niños con discapacidad, por lo que ocupa el lugar 2,293 de la República, al mismo tiempo que Susticacán ocupa el primer lugar nacional, junto con otros 60 municipios que presentan 0.0% de exclusión escolar.
El semáforo marca el tamaño de la prueba, ahí, en las demarcaciones donde viven estos niños y las políticas de inclusión deben operar. “La prueba definitiva de todos los esfuerzos mundiales y nacionales –dice el informe de UNICEF–será a escala local, ya que consiste en saber si TODOS los niños y niñas con discapacidad disfrutan de sus derechos –incluido el acceso a servicios, al apoyo y las oportunidades- en pie de igualdad con otros niños y niñas, incluso en los entornos más remotos y en las circunstancias más desfavorables.”
Lo que se requiere, de acuerdo con este informe, “es un compromiso con los derechos y el futuro de estos niños y niñas, y dar prioridad a los más desfavorecidos. Es una cuestión de equidad y de beneficio para todos.”Así de simple.
En nuestro país este compromiso significa, en este momento preciso, impulsar una ley general de infancia que asegure un Sistema Integral de Garantía de Derechos de los Niños, las Niñas y los Adolescentes. Los niños con discapacidad no son el problema, sino la discriminación que obstaculiza su participación en la vida social, cultural y productiva de México. n
