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sábado, 18 mayo, 2024
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Si te gusta el reguetón, dale

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Por: CITLALY AGUILAR SÁNCHEZ • Admin • admin-zenda •

■ Inercia

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En el famoso cuento “El gato negro” de Edgar Allan Poe, un hombre asesina a su mascota favorita, al parecer, debido a un problema de alcoholismo. Sin embargo, para la crítica literaria, esta explicación se queda corta –dado su sentido moralista y sesgado- y propone que, además, el protagonista lleva a cabo semejante acto debido a su necesidad de trasgredir las normas.

En lo personal, observo también que el gato, es decir, el animal asesinado, representa una suerte de espejo para su dueño, pues en él se veía como en alguien paralelo: sombrío e indefenso. Así, el personaje central no sólo acaba con la vida del felino, sino que, simbólicamente intenta terminar con la propia. Y así es, pues finalmente el protagonista acaba recluido en una cárcel, desde la que narra la macabra historia.

En este sentido, la narración extraordinaria de Poe, expone cómo es que el hombre suele odiar en lo externo, lo que más odia de sí mismo internamente. ¿Curioso, no? Atacamos a aquellos que nos representan lo más oscuro, lo más incómodo de nosotros mismos, en un intento absurdo de no tenerlo más…

 

Cultura de contradicciones

Nuestra entidad facebookera, se vio atiborrada de dimes y diretes, provenientes de diversas personas con diferentes edades y formaciones académicas, respecto a la presentación del cantante de reguetón, Maluma, quien abarrotó la Plaza de Armas y rompió un récord de audiencia no alcanzado en varios años en el Festival Cultural del estado. Según los comentarios, parecía cómico, increíble o molesto, que tantos jóvenes se reunieran en un evento “cultural”.

Un doctor, diestro en las artes de la interpretación literaria, alguna vez me dijo que “los gustos no necesitan justificarse; nos gusta algo y punto, es algo meramente subjetivo” mientras que, para decir que algo tiene calidad o no, sí se debe argumentar objetivamente. En este sentido, que nos guste cierto tipo de actividades, música, comida y demás, queda en la esfera de lo subjetivo, es algo individual, aun cuando conlleve a fenómenos masivos. Quizá en acuerdo con esta idea, La Jornada Zacatecas publicó la entrevista al profesor investigador de la Unidad Académica de Artes de la UAZ, y titular de la materia de Historia de la Música, quien comentó, con respecto al evento de Maluma, que: “cuando la música carece de originalidad, de autenticidad y no es constructiva socialmente, ofende la inteligencia y se convierte en un producto de ornato, de moda que no ayuda a la construcción de una sociedad plenamente humana.”

Ciertamente, no hace falta ser expertos en las artes musicales para comprobar que la música del reguetonero es monótona y que la letra de las canciones resulta inapropiada en ciertos contextos, dado su contenido sexual. Pero como el mismo profesor Arteaga apunta en seguida, es el tipo de “comodidades” en las que nuestra sociedad ha caído, es decir, en aplaudir a todo aquello que no represente un esfuerzo intelectual, y esto trae como resultado una cultura -si entendemos cultura como todas aquellas manifestaciones de diversas índoles que representan a una sociedad- de gustos simplones.

Lo que llamó mi atención fue la reacción, cólerica y juiciosa, de la gran mayoría de personas, reprochando a Gobierno del Estado por ofrecer semejantes espectáculos. Casi podía leer entre sus comentarios, un dejo de narración allanpoezca, no estilísticamente, pero sí en contenido. Recordaban a aquel hombre que, en un arranque de ira, extirpó un ojo a su gato con una navaja, sintiendo cierto placer siniestro. ¿No hay gozo en señalar en los otros las fallas? ¿Qué clase de bienestar se experimenta al enjuiciar a quien nos parece un “ignorante”?

Me parece que, lo que nos molesta no son los gustos de la gente, sino que representan todo aquello que no nos gusta en nosotros mismos, como sociedad. Es decir, Maluma y sus seguidores significan las costumbres machistas, retrógradas, la sumisión social que todos tenemos, y si por ahí hay muchos que dicen que el reguetón es un género musical misógino, tienen que reconocer también que, el odio hacia las mujeres, como hacia los hombres, es algo que se practica con mucha naturalidad entre los mexicanos sin que nadie objete nada.

El malestar que generó “el fenómeno Maluma” es un síntoma psicosocial de todo un sistema cultural que está constantemente contradiciéndose. ¿Cómo esperar que la chaviza aprecie el arte si vivimos rodeados de información de pésima calidad respecto al mismo? ¿Cómo enseñar a las generaciones jóvenes sobre la cultura letrada si la educación promueve la idea del éxito como algo meramente monetario? ¿Cómo reclamar festivales de alta cultura en un Estado donde la cultura social se finca en insultar a la otredad por sus gustos?

Considero que se invierte demasiado tiempo en observar lo que los demás hacen o no, y se emplea poco esfuerzo en contemplar lo personal. La base de una sociedad más sabia, no está en exterminar a aquellos que nos parecen ignorantes, sino en la conciencia de lo personal y el respeto hacia la alteridad. Si bien en el cuento de Poe muere el gato, el protagonista permanece con el malestar.

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