14.8 C
Zacatecas
viernes, 26 abril, 2024
spot_img

Bienestar para Centroamérica, ¿y México?

Más Leídas

- Publicidad -

Por: Marco Vinicio Flores Guerrero •

La incapacidad del poder público para dirigir a la sociedad en las nuevas condiciones de la mundialización económica, social y cultural es muy notoria. Los acuerdos de fondo y un proceso innovador de integración regional, no pueden esperar más, la migración ha sido fuente de prosperidad, intercambio y entendimiento, pero no debe ser la única opción para el desarrollo integral de nuestros habitantes.

- Publicidad -

Los desafíos por la falta de oportunidades laborales suficientes, la desigualdad salarial, el acelerado crecimiento de la población, las carencias crónicas y el rápido cambio tecnológico, han dejado al descubierto la debilidad estructural de sus economías.

Sin duda alguna, de continuar como hasta ahora, las brechas estructurales, entre los países del norte y Centroamérica, se harían más profundas e inhibirían la consecución de los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluso hay quien dice que se podría desencadenar una crisis humanitaria.

En días pasados inició el plan para impulsar el desarrollo de El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Su objetivo es generar estabilidad y prosperidad para frenar las causas estructurales de la migración, para hacer de esta una opción y no una obligación o condición de vida.

Está basado en un modelo de desarrollo endógeno que busca potenciar las capacidades internas de la región y así fortalecer las capacidades de su sociedad y su economía. Consiste en cuatro ejes: desarrollo económico, bienestar social, sostenibilidad ambiental y gestión integral del ciclo migratorio. Una acción respaldada por 17 agencias internacionales y países desarrollados, que cambia el paradigma tradicional sobre el tema.

Desde hace algunos años he acuñado el concepto de ciudadanía del mundo, me refiero a una persona que desea trascender la división geopolítica y es inherente a la ciudadanía de los diferentes países. Pero al trascender esa división no siempre trascienden la garantía a los derechos humanos. Éstos, son derechos universales, no se pueden aplazar, ni disimular, ni distorsionar, ni pervertir, es el único lenguaje común de la humanidad, así lo decía Norberto Bobbio, que deberían acompañar al individuo a lo largo y ancho del Planeta. Estamos viviendo un nuevo orden social y no siempre ocurre, debido a cambios dramáticos en las ideologías políticas y el equilibrio de poderes.

Para nadie es desconocido que Trump quiere imponer a golpes el nuevo orden, y tampoco que los gobiernos de estas naciones están en crisis por las transformaciones económicas y sociales, y porque las expectativas de vida de sus habitantes han crecido a mayor velocidad que la capacidad de sus gobiernos para hacerles frente, las capacidades legales, políticas y sobre todo financieras han quedado notoriamente rebasadas.

Que la ecuación entre Estado de Bienestar y Sociedad del Bienestar se ha quebrado, y que las transferencias de recursos a Centroamérica funcionarán sí y sólo sí logran afianzar una sociedad de bienestar, donde el Estado de Bienestar se entienda como la agencia instrumental para alcanzar ese fin último, y no desvirtúe en asistencialismo electorero, porque eso, jamás será suficiente para transformar a los habitantes en ciudadanos sujetos de derechos capaces de transformar su entorno.

Estas naciones serán salvables si propician formas de auto organización y corresponsabilidad de la sociedad civil y ponen en práctica una nueva forma de gobernar que reactive los tres grandes recursos que están presentes en toda sociedad (el poder, la producción y los vínculos sociales).

Hoy la búsqueda deberá ser en encontrar el equilibrio específico y satisfactorio que debiera existir y habría que construir entre la política y la economía (sin corrupción claro), entre el Estado y el mercado, entre las políticas públicas del gobierno y las políticas de negocios, para hacer realidad el crecimiento de la economía, la generación de empleos y bienestar sostenido en medio de altibajos inevitables en la economía. Si el programa reduce flujos migratorios, inseguridad y mejora las condiciones de vida de su población, podríamos decir que ‘ya se hizo’. Aunque hace falta evaluar los resultados y analizar el proceso de implementación, de funcionar, sería un gran logro para el canciller Marcelo Ebrard. El bienestar para Centroamérica es muy loable, ¿y México? No nos caería nada mal algo de recursos de nuestro vecino del Norte, al final de cuentas hay que disminuir Brechas de desigualdad, ayudar es ayudar. Al tiempo.
*Coordinador Estatal de Planeación

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -