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20 de noviembre 1910

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

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En el mes de diciembre de 1908, comenzó a circular un libro denominado “La sucesión presidencial en 1910”. El autor se llamaba Francisco I. Madero, personaje de familia rica avecindada en el norte del país, pero totalmente desconocida. En él, Madero criticaba sobre todo el aspecto político del régimen de Díaz y pretendía formar un partido político que llevara por nombre Partido Nacional Democrático con valor y patriotismo para despertar a la opinión pública y así, adquirir un sólido prestigio nacional que permitiera estar en condiciones de participar en las elecciones de 1910, y su candidato debería ser escogido entre aquellas personas que formaban parte de la administración de don Porfirio. Inclusive, se llegó a considerar la celebración de un convenio entre el general Díaz y el Partido Nacional Democrático, para que continuara en la presidencia, aceptando como vicepresidente, al candidato que los demócratas decidieran.

Durante el año 1909, se fundaron varios partidos políticos, apoyando algunos la reelección de Díaz como presidente y de Ramón Corral como vicepresidente; otros apoyando solamente la candidatura de Díaz; no faltaron los partidos que se manifestaron en contra del régimen. El 22 de mayo de aquel año, Francisco I. Madero; José Vasconcelos, Filomeno Mata y Luis Cabrera entre otros, fundaron el Centro Antirreeleccionista de México.

Ya en 1910 la contienda se dio entre los reeleccionistas con Porfirio Díaz como candidato, y Madero por parte de los antirreeleccionistas.

Como candidato a la presidencia de la República, Madero se dio a la tarea de visitar los diferentes Estados en busca del voto. En sus mítines invitaba a los ciudadanos a derrocar a la dictadura, por lo que fue ganando simpatizantes, ya que el pueblo tenía hambre de pan, hambre de tierras, hambre de justicia y hambre de libertad, de tal forma que, si Madero se atrevía a cuestionar a don Porfirio, representaba para los mexicanos una esperanza de liberación.

El pensamiento que expresaba Madero en los mítines de campaña, convenció sobre todo a los obreros de las fábricas de hilados y tejidos, debido a la necesidad que existía de lograr la libertad, en el entendido de que la necesidad de pan, se vería satisfecha una vez adquirida la libertad.

Se realizaba un concurrido mitin en la ciudad de Monterrey el 7 de junio de 1910, y a petición del juez de distrito de San Luis Potosí, Madero fue aprehendido, y acusado del delito de incitar al pueblo a la rebelión. Según la Ley Electoral vigente en aquel tiempo, las elecciones se llevaron a cabo el día 26 del mismo mes, con Madero y muchos de sus seguidores en la cárcel.

Unas elecciones realizadas en esos términos no podían tener ninguna legalidad. Mediante el pago de una elevada fianza para aquel tiempo de diez mil pesos Madero recobró su libertad y posteriormente, el comité electoral de los partidos Nacionalista Democrático y Nacional Antirreeleccionista, entregó a la Cámara de Diputados una protesta por incontables fraudes y solicitó la nulidad de las elecciones. Los primeros días de octubre del mismo año, la Cámara resolvió negando la procedencia de la petición de nulidad de elecciones. Así terminaba la acción legal de los partidos y comenzaba otra: la lucha armada.

Posterior ente, Madero da a conocer el Plan de San Luis firmado en esa ciudad, que proponía entre las acciones más importantes: declarar nulas las elecciones; desconocer al gobierno de Porfirio Díaz; declarar ley suprema, el principio de no reelección; asumir el carácter de presidente provisional de los Estados Unidos Mexicanos, con facultades necesarias para hacer la guerra al gobierno usurpador del general Díaz. El día 20 de noviembre desde las seis de la tarde, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas, para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan. Los pueblos que estén retirados de las vías de comunicación lo harán desde la víspera. Cuando las autoridades presenten resistencia armada, se les obligará por la fuerza de las armas a respetar la voluntad popular, pero en este caso las leyes de guerra serán rigurosamente observadas, llamándose la atención sobre las prohibiciones relativas a no usar balas explosivas ni fusilar a los prisioneros. También, se llama la atención respecto al deber de todo mexicano de respetar a los extranjeros en sus personas y en sus intereses.

Fue aceptado paulatinamente el Plan de San Luis de tal forma que, hasta el 18 de marzo de 1911, los Estados de Guerrero, Michoacán, Tlaxcala, Campeche, Puebla y con ellos lo que fue el Distrito Federal, publicaron el Plan Político Social mediante el cual se desconocía al presidente y vicepresidente de la República y a todos aquellos representantes electos por el voto popular, en razón de fraudes, presiones y omisiones que tuvieron lugar en las elecciones pasadas. El general Díaz con sus ministros han violado la ley, por obedecer una consigna o por haber retardado una sentencia justa a los traidores a la causa y a todos los jefes del Ejército; quedan fuera de la ley. Se reconoce como presidente provisional y jefe supremo de la revolución al señor Francisco I. Madero.

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