13.8 C
Zacatecas
viernes, 26 abril, 2024
spot_img

La causa de fondo del despotismo clerical contra los derechos humanos

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

No deja de generar perplejidad la conducta de la Iglesia cuando se opone a derechos elementales de los seres humanos, a pesar de contar con siglos completos de experiencias sobre lo mismo. Una vez que el cristianismo se hizo imperio en el siglo quinto, tomó en sus manos el poder temporal y envió los valores esenciales del evangelio a ultratumba; es decir, a sus valores originarios contra la violencia y la dominación del imperio (a la cual incluso le llamo “la bestia” en su apocalipsis) los tuvo que reinterpretar para hacerlos coherentes con su nueva situación: la iglesia misma convertida en imperio. De igual manera los valores originales del Jesús histórico en torno a la justicia aquí y ahora, los hizo a un lado para justificar su circunstancia de aliada de los poderes dominadores, y eso lo hizo de la siguiente manera: mandó al reino de Dios a los cielos y adoptó una ética de la salvación individual a partir del interiorismo estoico. Como podemos observar, la conducta poco evangélica de la Iglesia es legendaria.

- Publicidad -

En la historia contemporánea, y especialmente en América Latina, observamos a la Iglesia apoyando y legitimando a casi todos las dictaduras militares. No sólo en España fue revelador el matrimonio de la jerarquía clerical con el régimen totalitario de Francisco Franco, sino que en nuestra América se vio a la Iglesia del lado de la dictadura militar en Argentina con Videla, en Chile con Pinochet,  en Brasil con Castelo Branco y en Paraguay con Stroessner. ¿Qué llevó a la jerarquía de la Iglesia a construir alianza con gobiernos militares que violaban brutalmente los derechos humanos más elementales? Pues la idea de combatir al comunismo y la pretensión de una sociedad estrictamente ordenada de acuerdo con cánones naturales. Por las mismas razones se opuso a la igualdad de las mujeres, lo cual vio como un peligro porque pensaba que el reconocimiento de esos derechos iba a destruir a la célula natural de la sociedad. Los mismos argumentos usó para oponerse a la democracia naciente en el siglo 18, y aliarse a las monarquías absolutas de la Santa Alianza en el siglo 19. En suma, en cada periodo histórico tenemos una conducta en contra del reconocimiento de los derechos políticos y sociales, y siempre con los mismos argumentos: la idea de un orden natural. Interesante es constatar que ese argumento nunca existió en el Jesús histórico, sino que fue una adopción de la ética del estoicismo. Con argumentos de este origen, se fue constituyendo en una institución despótica a la que siempre se tuvo que vencer para ampliar el reconocimiento de los derechos humanos. En esta ocasión, en el presente aquí y ahora, se le debe volver a vencer para lograr que los derechos humanos de las familias homoparentales sean respetados y defendidos por la ley. La gran paradoja es que el valor de la igualdad y libertad (que apoya a todos los derechos humanos en cuestión), es de origen cristiano. Por ello, tenemos una extraña historia de la iglesia que actuaba para detener el prodigioso avance de los principios del cristianismo en la historia de occidente. Es la historia de una despótica iglesia estoica contra los valores originarios del cristianismo.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -