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jueves, 25 abril, 2024
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Partido Verde: el rentable negocio de violar la ley electoral

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Por: RAYMUNDO CÁRDENAS VARGAS •

El desprestigio de los partidos políticos es altísimo, pero parece que no les importa mucho. El tiempo del estado que se les otorga para su actividad publicitaria, las prerrogativas económicas que reciben y con el uso ilegal de los recursos públicos de los espacios de gobierno que manejan, aseguran a una reserva de votantes que les permite recubrir de legitimidad sus procesos de elección. De manera que tienen los mecanismos suficientes para continuar accediendo a puestos de poder estatal. Así las cosas no requieren realmente convencer a ciudadanos críticos, lo cual supondría justificar su existencia con propuestas programáticas de política pública y con resultados de sus ejercicios de gobierno; con lo cual, el proceso electoral se convertiría en una forma de rendición política de cuentas. Sin embargo, si no hay un mecanismo que obligue a los partidos a elaborar verdaderas propuestas de política pública, éstos continúan anunciando frases genéricas o mediadas facilonas que terminan siendo embustes publicitarios. Como el caso de los “éxitos del Partido Verde”: baratijas adornadas como propuestas de política. Y en cuanto a los resultados de ejercicio de gobierno tampoco se han convertido en formas de rendición de cuentas, porque a los votantes se les asegura con promesas de apoyos de ciertos programas de gobierno y no con los resultados mencionados.

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El modelo de la difusión política es el mercado de productos chatarra: se diseña un bombardeo de anuncios de un minuto y se les llena de colores e imágenes sugestivas para seducir al votante. Cuando el modelo debería ser el ágora de exposición de argumentos, lo cual significaría contar con formatos de difusión que permitan atender un debate de ideas, argumentos y evidencias empíricas. Como podemos ver, pasar de cientos de anuncios de un minuto a pocos eventos pero de tiempos prolongados, significa cambiar de modelo de difusión política. Ese cambio sería el traslado de seducciones masivas no-ilustradas al convencimiento metódico, como criterio en el móvil del voto. El paso a una democracia de alta calidad. Sin embargo, con el actual modelo de difusión, los partidos se convierten en avalanchas de anuncios de un minuto, con la esperanza de subir sus niveles de votación, y con ello, no sólo tener más puestos, sino bolsas más grandes de prerrogativas. Es decir, como las prerrogativas dependen de los niveles de votación, eso hace que los partidos busquen aumentar dichos niveles aunque sea por medios ilegales. Porque, aun sabiendo que los actos ilegales traerán como consecuencia algunas multas, estas son pequeñas pérdidas que se recuperan una vez aumentadas las prerrogativas. Así las cosas, los castigos al Partido Verde son poco significativos y entran a una contabilidad de costos que sigue siendo ventajosa para ese partido. Conclusión: con sanciones tan pequeñas es redituable violar la ley, incluso la posibilidad de reincidir en las violaciones. Además de que la alianza con el PRI, les amortigua aún más el impacto negativo. En suma, la calidad de la democracia seguirá siendo mala y seguiremos recibiendo cuentas de vidrio en los anuncios publicitarios.

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