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jueves, 25 abril, 2024
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Un rockcito para todos los roles / Tributo a Toncho Pilatos

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Por: JAIME FLORES GUARDADO •

La insistencia por hacer un tributo a una de las agrupaciones que se han convertido en leyenda en el circuito nacional se transformó en obsesión y se llevó a efecto el 23 de agosto del presente a pesar del mal clima, zancadillas y contratiempos. Muchas personas involucradas; de ellas, varias comentaron el hecho, pero pocas colaboraron y menos concluyeron la jornada. Es muy importante señalar que la consecución del permiso fue una odisea, así como la sonorización, para que a unos minutos de abrir el evento por parte de Memorias de Ceniza, haya caído un tremendo aguacero que obligó a la organización a cambiar de sede, ahora en el bar El-Vis Museo del Rock, donde encontramos eco a nuestras pretensiones.

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Del mero Fresnillo, Cenizas de Alma, interpretando ‘Kukulkán’, en el tributo a Toncho Pilatos

El tokín comenzó en punto de las ocho de la noche con la participación de Cenizas de Alma, grupo fresnillense de una enorme reminiscencia del rock hard setentero; Lalo “El Sapo” y coequiperos desarrollaron un set cargado de piezas lastimeras y dolorosas que atrajeron la atención de los asistentes para concluir su actuación con la pieza Kukulkán, original de Toncho Pilatos Grupo.

El turno para Buena Mierda Radikal, que se dejó caer con lo mejor de su repertorio, en momentos protestos, a ratos vomitando inconformidad hacia lo establecido, pero con una carga energética que obligaba a que instintivamente movieras el carcaje, aunque fuera. La pieza tributo fue una rola que viene en la última producción, Mala mujer, con todo el sentimiento y la declaratoria por un rock original, más marginal que corporativo, el cual se llevó las palmas del centenar de aferrados al rock de siempre, Brian Buena Mierda en la guitarra y voces, “El Fuzka” en el bajo y coros, Abraham López aporreando los tambores y Fabricio Sánchez en la otra lira. No cabe duda que cuando amas la música, sea cual fuere el género, entregas hasta el alma entera con tal de transmitir a la audiencia que estamos vivos y que, cueste lo que cueste, el rock existirá por los siglos, con la bandera de gentes como estos valedores que siempre se discuten en sus actuaciones.

Como siempre, Luis Díaz en la brega, apoyando el tributo a Toncho Pilatos. Carla, al bajo; Raúl Gómez, de Excalibur, en la bataca, y Luis, en la guitarra y la voz

De pronto un extraño jam, Luis Díaz Leaños en la guitarra y voces, Carla Soriano, ahora bajista de la añeja banda Interpuesto, y un excelente baterista proveniente de la hidrocálida agrupación Excalibur. El Sr. Blues, como siempre, llevando la batuta en la música de los 12 compases; blues desde los orígenes, y que se arranca Carla en los sonidos graves, para ir marcando el ritmo a Raúl, quien, a la voz de ya, estaba acoplado como si formara parte de ese ensamble. Dejaría de ser humano, una de las mejores composiciones de Luis, quedó en el ambiente como testigo de que un buen encuentro se estaba gestando.

Gustavo Rangel, un guitarrista fino, de esos que quedan muy pocos

“Uno, dos, tres, cuatro. Excalibur Grupo los saluda desde Aguascalientes. Gustavo, en la guitarra; batería, Raúl; en el bajo, Yo (Lalo Valtierra). Esperamos la pasen bien, coman bien, corran bien, cojan bien, bien, bien…” Me tienes a mí, me tienes a mí, como la primera rola que tocaba Toncho Pilatos en sus conciertos; así, una a una, fueron desfilando Déjala, Piloto espacial, El último guerrero, Kukulkán, Dulce dama María Juana, Corriendo con ella y otras, para concluir una soberbia actuación con piezas que tocaba Árbol en los setenta, Sin nada que hacer y otro rocanrolito de Chuck Berry. Pocas veces tenemos oportunidad de escuchar a una banda de este calibre, un power trío que trae todo el feeling del rock. Ojalá Alfonso y Rigo Guerrero se hayan deleitado con estas rolas tributo allá en la dimensión en que ahora están, y que sepan que esta manifestación se dio gracias al aferre de otro guerrero del rock, de otro personaje que ha visto pasar en su historial a las mejores bandas de aquí, de México, del mundo, y que ese gusto por la música para inconformes lo mantiene vivo a pesar de los pesares, claro, gracias a la gran ayuda de algunos amigos que cooperaron para que esto fuera posible: Lázaro Lechuga, “Luiggi”, “Digimón”, “El K´an”, Ángel Ponce, que nos fiaron el equipo para sonorizar; Pepe, Felipe y “Vivis”, quienes nos hicieron el paro en su bar, El-Vis Museo del Rock; el señor Enciso del ayuntamiento capitalino, por el permiso; Urbanicidio, Hugo Juanone, Memito Olmos, Steel Bickers, The Jam´s, Memorias de Ceniza, Revolución Callejera, Buena Mierda, Cenizas de Alma, por su solidaridad; al “Taz”, al “Chonecas”, por su apoyo económico; a Carla Soriano, Luis Díaz, Rogelio Aguas -como se hace llamar- y a su entusiasta esposa, que no cejaron en su empeño por colaborar en este proyecto, y principalmente, a la banda Excalibur, que se entregó con todo en este evento. Gracias eternas.

Excalibur, desde ‘Aguas’, presente. Un saludo y una enorme disculpa al grupo "guerrillero" de Guadalajara, por no poder trasladarlo a este evento; el motivo, asuntos económicos

Pero Tú, rocker zacatecano, ¿dónde andabas cuando el aguacero? De ti, solamente pedimos que escuches a las bandas locales e invitadas, que asumas tu actitud de rockero aferrado, no te vamos a bajar moneda alguna, no te vamos a reclamar que no comulgues con el rock propositivo, sólo queremos que escuches de dónde viene la música que tú interpretas, que disfrutes y goces como lo que eres, un grandioso ser, pleno de juventud, de ilusiones, de sueños, y si ya ni eso conservas, entonces sí te reclamaremos y te invitaremos a que reacciones y andemos juntos por los senderos del rock.

Toncho Pilatos Grupo fue una agrupación que tuvo sus orígenes en Guadalajara, donde debutaron, un 25 de marzo de 1972, Alfonso Guerrero Sánchez, en la guitarra y voz, procedente de las agrupaciones Liverpool, Los Gatos, La Noche, Frankie, Bizarro, Paris y Toncho, Toncho Indian Braves; Rigoberto Guerrero, en el requinto; Miguel Robledo “Pastel”, en el bajo, ambos ex integrantes de la Banda del Viejo Pastel; “El Güero”, en la batería; Beto López, en los teclados, y en seguida, Richie, en la viola eléctrica. La excelencia de sus composiciones, la originalidad y el nivel musical ocasionaron que los contratara una compañía internacional, Polydor. Al año siguiente, ya tenían en el mercado mundial su primer disco de larga duración para la serie Rock Power de Polydor.

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