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sábado, 27 abril, 2024
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Futuro

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO •

Sin asegurarlo rotundamente, lo que parece haber dividido a los académicos del Spauaz respecto a la cuestión del levantamiento de la huelga que estallaron el 18 de febrero pasado, fue la percepción diferenciada que tuvieron sobre los logros del movimiento. Alrededor de 1096 académicos consideraron la huelga agotada, mientras que 955 no lo creían así. Lo que la huelga puso en la mesa de discusión fueron dos temas: la falta de pago de la seguridad social por parte de la Rectoría, que ya acumula un adeudo de más de 1000 millones con el ISSSTE, y el problema de la contratación definitiva (basificación) del personal eventual. Ambos problemas presentan ramificaciones que involucran de manera crucial el futuro de la UAZ, y por tanto de la más grande institución de educación superior en el estado de Zacatecas. Sin embargo no son problemas independientes y de la consideración de sus relaciones es que podemos darnos una idea de la magnitud de los problemas involucrados así como de las posibles soluciones. En principio el problema más grave, porque afecta a los universitarios de ambos sindicatos y a gran parte de los trabajadores de confianza, es el problema de la seguridad social. El problema es muy simple: ¿cómo le hará la Universidad para poder pagar lo que debe y las cuotas mensuales al ISSSTE? Algunos universitarios, y entre ellos miembros de la administración central, creen que basta hacer ahorros en alguna partida presupuestal como la de mandos medios y superiores, o aboliendo los vales de gasolina, o liquidando los equipos deportivos profesionales. Sin embargo hay acérrimos críticos de esta posición. El Dr. Miguel Moctezuma Longoria es uno de ellos y califica de “miope” esa perspectiva. Y en efecto, es de cortas miras porque encubre la simulación de que todo cambia para que todo siga igual, en particular, la estructura anti-democrática y vertical que fue la que permitió que todo llegase hasta el punto del desastre. Creer que todo se reduce a ahorrar es una estrategia que no quiere discutir de cara a los universitarios la estructura de intereses mezquinos, de prácticas corruptas, de profunda ineptitud y de amplia irresponsabilidad que plagan la UAZ, y que son concomitantes a prácticas cognitivas perniciosas como el desdén por la historia, la nula voluntad de aprender de los errores y la aviesa intención de limitar el crecimiento de la Universidad. La cuestión sobre la seguridad social, entonces, se plantea así: ¿Cómo deberá la UAZ pagar sus deudas y no volver a incurrir en ellas, sin detener su crecimiento ni imponer más medidas draconianas a los académicos? Entendemos que dejar de crecer es agravar el problema de los rechazados y deteriorar las condiciones de trabajo es deteriorar la calidad educativa. Vemos entonces que ante el problema de  la seguridad social aparecen otros correlativos sobre la manera en que debe organizarse la Universidad,  i.e.: cómo debe administrar su presupuesto, cómo deben elegirse sus autoridades, cómo deben ingresar y egresar los estudiantes, cuáles deben ser las condiciones laborales de los docentes. La administración central de varios rectorados ya ha mostrado que las soluciones verticales que imponen son seguras recetas de la catástrofe, por lo que es momento, conforme a la analogía entre autonomía y soberanía que establece la Ley Orgánica, de una amplia discusión entre todos los universitarios sobre el destino de la Universidad, ya que ellos son –aunque les disguste a muchos- los depositarios de la autonomía.

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El problema de la basificación del personal académico –e incluso del personal del Stuaz- se relaciona con el del pago de la seguridad social por una simple relación de causalidad: la contratación de personal causó la necesidad de tomar de diferentes partidas presupuestales universitarias –como la que viene etiquetada para seguridad social- para lograr financiar esas contrataciones porque el presupuesto ordinario se mantiene, tristemente, constante. Entre los rectorados de Domínguez Garay y de Silva Cháirez se han contratado alrededor de 1200 personas, lo que equivale a que en 7 años la Universidad creció mucho más rápido que en los 35 años previos. Un crecimiento que quizás responda a las necesidades sociales, o no, porque es un hecho que la población de Zacatecas no crece tan rápido, y en algunos municipios decrece. Así que la contratación causó el problema de seguridad social. El Spauaz, durante el movimiento de huelga, no supo articular la necesidad del personal contratado que pretende basificar, por lo que el siguiente proceso de basificación aparece como resultado de una correlación de fuerzas, más que de la reflexión sobre las necesidades de la UAZ. Y además enfrenta una querella con el Stuaz para dirimir si acaso los rectores contrataron personal mediante el Spauaz para ocupar materia laboral que pertenece al Stuaz. El problema de la basificación se relaciona directamente con el de la sucesión rectoral, así que es prioridad de los grupos. La predicción parece simple: prevalecerán los intereses de cara a la sucesión rectoral, el problema de la seguridad social se agravará y cualquier solución, si acontece en el presente rectorado, dejará de lado a la mayoría de los universitarios. Ojalá no. ■

 

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