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sábado, 18 mayo, 2024
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El SPAUAZ en su laberinto: el ocio electoral

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Por: ALBERTO VÉLEZ RODRÍGUEZ • ROLANDO ALVARADO FLORES •

Sin ningún rubor, en ciertos ámbitos universitarios, se reitera el apotegma: “un proyecto de universidad es un proyecto de nación”, y se ignora que la verdad es que: “la estructura de un país se manifiesta, también, en las universidades”. Si la nación cultiva una estructura jerárquica, democrática (casi) con amplias desigualdades, no resulta extraño que esto constituya la forma de la organización universitaria. Esta percatación, que se puede comprobar tanto desde el punto de vista histórico como en la “superficialidad” del presente, parece escapar a las reflexiones de los sindicalistas del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ). Para ellos, hacer una comparación de las ganancias de un docente de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) se reduce a constatar el salario tabular y observar que es más bajo que casi cualquier otro salario de la región y del país. De ahí derivan la conclusión que la UAZ es de las universidades más mal pagadas. ¿Sirve esto como justificación para el incremento porcentual que exigen al patrón en el pliego petitorio del emplazamiento a huelga? En lo absoluto: no se sabe por qué se solicita ese incremento, se coloca una cifra como se podría colocar cualquier otra. Es un mero azar porque, a fin de cuentas, en lo relativo a salarios el sindicato es impotente y discutir al respecto es ocioso. ¿Por qué? Para mal o para bien, desde mediados de los 1980 se desmanteló el anterior sistema de asignación de ingresos a los docentes universitarios, que consistía en obtener el máximo salario con el casi único requisito de la antigüedad. En la UAZ se introdujo el sistema meritocrático en 1985 mediante el “Reglamento académico” en el que se definieron los requisitos para ascender en los niveles salariales. El máximo nivel es el de tiempo completo más diez, titular C. Como se puede apreciar, el nuevo procedimiento de reparto genera una jerarquía de salarios con forma piramidal: una cúspide en la que unos pocos ganan el máximo salario, y una amplia base donde los salarios son bajos. De acuerdo al tabulador del contrato colectivo UAZ-SPAUAZ (CCT) 2023-2024 el máximo salario tabular corresponde a un TC + 10 titular c y es de, aproximadamente, 29,200 pesos. A esto se le suman dos prestaciones que se pagan durante el mes: el bono de actividades culturales y deportivas, equivalente al 10.16 % del salario tabular (cláusula 83-XV) y bono de material didáctico, equivalente a 33% del salario tabular. Esto le suma, aproximadamente, otros 11 mil pesos a la cifra dada con anterioridad. Así que el salario integrado es de 41,000 pesos, aproximadamente. Falta un ingrediente: la prima de antigüedad. Cuando se cumplen 20 años la prima anual corresponde a un 40 % del salario tabular anual. Es decir: 11,680 por mes adicionales, lo que suma 52,000 pesos. ¿Es poco? Quizá. Pero falta algo más. Los estímulos a la carrera docente y el sistema nacional de investigadores. Los estímulos son un recurso otorgado por el gobierno federal a las universidades para que lo repartan de acuerdo a ciertos criterios. Tienen niveles y en el máximo se puede otorgar un apoyo de 15, 000 pesos mensuales. Ya suman 56, 000. Falta el SNI. Tiene cuatro niveles: candidato y niveles I, II, III. Como se puede consultar fácilmente en la red global, los apoyos por nivel son: 17, 000 para nivel I, 30,000 para nivel II y 40,000 para el III. Con variaciones. Entonces, los ingresos del docente que siga las reglas de la meritocracia, que configure su subjetividad de acuerdo al principio de “maximización de la ganancia”, son: 69,000, 82,000 y 92,000. Más diversos apoyos para asistir a congresos, publicar libros, financiamiento a proyectos. De nuevo es notoria la estructura piramidal. ¿Qué pueden hacer los sindicatos al respecto? Nada, porque esos ingresos no son salario y están por fuera de lo que pueden exigir. Las exigencias de un sindicato se limitan al contenido del CCT, y dentro de los lindes de este no pueden definir la política académica de una institución, Y establecer un sistema meritocrático es una determinación exclusiva de las universidades que responde al proyecto de país. Tras las reflexiones anteriores queda claro que un docente universitario, en las condiciones generadas por el gobierno federal, puede ganar mucho o poco, todo depende de su habilidad para “ganar amigos e influir en las personas”. Mucho se crítica que en esos sistemas meritocráticos abunda la corrupción. Quizá, pero demostrar eso exige una investigación, no basta la “indignación” porque surgen casos de investigadores nacionales plagiarios. ¿Y los sindicatos? Su rol ya no es influir en la estructura salarial, en muchos casos ni siquiera pueden controlar las contrataciones pues estas también son política académica de las universidades (no se aplica la cláusula de exclusividad). La función que tienen es doble: a nivel global, de la política nacional, mantener controladas a las personas con ideología de “autoayuda”. Sin embargo, a nivel local, de las universidades, son factor de estabilidad o inestabilidad, pues los grupos políticos los utilizan de fórmula para ganar posiciones en la estructura administrativa. Por eso es ocioso discutir de salarios en el SPAUAZ. La auténtica discusión es la sucesión rectoral.

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