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sábado, 18 mayo, 2024
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■ México Lindo y Podrido… y Zacatecas otro tanto, o más

RECUENTO DE FIN DE AÑO

■ Y que vuelva la burra al trigo… ¿o cómo era?

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Por: JOSE DE JESUS REYES RUIZ •

Estamos en la víspera del fin del año 2023, y aunque muchos no lo quisiéramos tenemos que hacer un alto en el camino y hacer un recuento – primero – de lo realizado durante el año para después hacernos los – nunca cumplidos – propósitos para el año venidero, el 2024.

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El recuento tenemos que intentar realizarlo tanto en el plano personal, como en el familiar, pero también en el que observamos en el terreno de lo comunitario, es decir que hicimos por el bien de nuestra ciudad donde vivimos, de nuestro municipio, de nuestro país o del mundo en que habitamos.

Solo que cuando comenzamos muchas veces nos mentimos a nosotros mismos por que la realidad es que hemos hecho muy poco esfuerzo para cambiar – para bien – nuestra persona o nuestro entorno cercano y lejano. Nos damos cuenta que los propósitos que nos hicimos un año atrás desafortunadamente no los cumplimos, no hicimos la dieta que nos habíamos propuesto y en consecuencia no bajamos el peso que teníamos planeado reducir sino por el contrario subimos algunos kilos a los que se sumaron aquellos logrados en los tiempos navideños de posadas y cenas abundantes, de sedentarismo y falta de actividad porque al final de cuentas disfrutamos de unas no siempre bien merecidas vacaciones, de un descanso que no es más que la continuación del sedentarismo que vivimos en nuestros días de actividad sea esta escolar o profesional.

No hicimos el ejercicio que nos habíamos propuesto, si bien nos inscribimos en algún gimnasio cercano, pagamos la cuota pero fuimos una o dos veces y san se acabó, no hicimos el menor esfuerzo para que nos fuera mejor en nuestras actividades escolares y o universitarias, y aunque lo pensamos realmente no hicimos mucho para ser mejores en nuestro entorno laboral, y lo que es peor no nos acercamos a aquellos que tenemos cerca o nos alejamos de familiares y amigos a los que mentalmente hicimos el compromiso de estar más cerca, de visitarlos más, de convivir con aquellos que forman parte de la familia que hemos dejado detrás y los pocos momentos en que convivimos con ellos no dejo de haber los ya tradicionales desencuentros.

En fin, cuando nos toca hacer nuestros compromisos para el año por venir, volvemos a MENTIRNOS a nosotros mismos haciendo mil y una promesas que en el fondo o tal vez en el subconsciente sabemos que difícilmente podremos cumplir, pero al final de cuentas ¿qué tenemos que perder? – aunque; ¡si perdemos! En gran medida la salud y el cariño de quienes nos rodean – algunas veces llegamos al descaro de escribir en algún diario personal nuestros compromisos, y el cuaderno o libreta donde lo escribimos más temprano que tarde lo olvidamos en algún rincón de nuestras vidas.

Pero en algo será diferente el año por venir, el 2024 sobre todo porque se trata de un año electoral donde tenemos que tomar decisiones sobre aquellos políticos que se quedan y aquellos que tienen que irse porque simple y sencillamente fueron rechazados por nuestra voluntad electoral, y cuando pensamos en ello, cuando realmente lo hacemos es cuando se amargan nuestros supuestos festejos de fin de año, las uvas – para quien lograron adquirirlas a un precio demasiado elevado – nos saben insípidas en extremo y se nos atoran en la garganta cuando pensamos en lo más triste del ámbito que nos rodea, y me refiero a nuestra podrida clase política que un día tras de otro quiere engañarnos en los medios de comunicación como si sus palabras valieran más que los hechos que todos palpamos en carne propia durante todo el año que termina.

Porque si bien vivimos tiempos optimistas con las múltiples inauguraciones – a medias pero inauguraciones al final de cuentas – de los llamados macroproyectos del gobierno federal, también nos duele la poca empatía del ejecutivo ante la ENORME VIOLENCIA que vivimos, porque por más bonanza económica que quiera convencernos existe en nuestra nación, lo que NO ENTIENDE quien habita PALACIO NACIONAL es que mientras no se reduzca verdaderamente la violencia y la inseguridad que nos rodea poco o nada nos alegraran las macro cifras que nos dicen que ya somos la 12 economía del mundo por encima de COREA DEL SUR, AUSTRALIA y ESPAÑA, poco o nada nos entusiasma ni el TREN MAYA ni LA REFINERÍA OLMECA ni EL TRANS ITSMICO ni el relanzamiento de MEXICANA DE AVIACIÓN, y claro no dejamos de reconocer – la gran mayoría de los mexicanos – que las cosas se han hecho bien con un mínimo de incremento en la deuda – entendiendo el déficit fiscal propuesto para el 2024 de un 5% del PIB –  con una reducción – PARCIAL solo PARCIAL – de la corrupción, con los – tan necesarios programas sociales –  que han reducido la pobreza entre otros logros que por el momento se me olviden.

Pero por el amor de Dios nos regalarían mucho al aceptar que la estrategia en contra la violencia no ha funcionado, que el tan desgastado lema de abrazos y no balazos solo nos hace enojar, pero que sobre todo cuando sale a darnos cifras – siempre manipulables – de la reducción del problema por números que nada valen y nada nos dicen, entonces si nos hacen enojar en serio, sobre todo cuando terminan con el ya cansado ¡VAMOS BIEN!

QUE LES CREA SU ABUELA

Y ni qué decir del plano local donde una serie de reflexiones – siempre negativas – hemos escrito en esta plataforma, muchos estamos convencidos de que tenemos el peor gobierno de los últimos tiempos y eso que los hemos tenido malos sin lugar a dudas – y ello nos ha llevado a estar en los últimos lugares en todos los rubros que podamos imaginar, economía educación etc., y cuando recordamos que nuestra verdadera vocación es el turismo no podemos menos que sentir una profunda tristeza al ver a los niveles a los que hemos descendido contando con un lugar con la belleza de nuestra ciudad capital, y ello es culpa de alguien, claro de la inseguridad pero hay más y tendría que volver a insistir DEL DESINTERÉS O POCA PREPARACIÓN DE LAS AUTORIDADES competentes, y claro en CULTURA nuestro INSTITUTO con el bajo presupuesto en el que justifica sus tristes festivales, sin ver que con gestión y no necesariamente con recursos las cosas se pueden hacer mejor.

En días recientes pude ver en la televisión – con todo y el malestar y las náuseas que ello me produjo – una entrevista con el jefe de la nueva gobernanza quien aseguraba haber cumplido el lema de NI LO MISMO NI LOS MISMOS y ahí me hubiera gustado confrontarlo, ¿que EL SECRETARIO DE TURISMO NO ES DE LOS MISMOS?  Y justificaba – vergonzosamente – que no realizaba cambios porque su GABINETE LE ESTABA DANDO BUENOS RESULTADOS Por el amor de Dios, ¿dónde están los buenos resultados? Claro que no en el terreno del turismo, pero tampoco en otros rubros por que podríamos cuestionar seriamente a el SECRETARIO DE SALUD, a la DE EDUCACIÓN, al de ECONOMÍA y podríamos aportar argumentos, pero mientras que el SEÑOR NO ENTIENDA LO QUE CLARAMENTE NO ENTIENDE no saldremos del agujero en el que nos tiene y seguiremos hundiéndonos por que desafortunadamente AÚN NO HEMOS TOCADO FONDO.

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