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jueves, 2 mayo, 2024
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Carta a los niños mexicanos

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Por: ÁLVARO GARCÍA HERNÁNDEZ •

Apreciables infantes de México:

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Nuestra amada Patria al igual que nuestra única casa llamada planeta Tierra, sufren hoy como nunca, de constantes males generados por la pésima actuación de generaciones pasadas. Estamos edificando un mundo convulsionado y complejo en el que los niños duermen en las calles, trabajan jornadas extenuantes, son explotados, separados de sus familias y son privados violentamente de la convivencia con sus padres. Hemos cimentado las bases de una sociedad hipócrita cuyos gobiernos se han hecho expertos en vender y saquear nuestra Nación a cambio de unos miserables pesos, con lo cual, desdeñamos la sangre vertida por nuestros grandes héroes de independencia como Hidalgo, Morelos, Aldama, Allende y Josefa Ortiz de Domínguez o de nuestros revolucionarios Francisco Villa y Emiliano Zapata; ahora, nos hemos vuelto dependientes de los capitales extranjeros que hábilmente se han arraigado entre los delgados hilos del poder y el crecimiento económico, poniendo en entredicho los conceptos de soberanía y democracia; esta última, constituye una de las instituciones más estériles y opulentas del país que no han representado ningún beneficio más que para la clase política nacional. La pobreza y la marginación de los niños y niñas es lacerante y, me atrevo a afirmarles que no hay niños más desprotegidos por las leyes y las instituciones mexicanas que nuestros indígenas a quienes hemos excluido del raquítico progreso que se ha conseguido en los últimos lustros.

El entorno en el que crecerán, estará contaminado y será en varios lugares inhabitable pues el gobierno le ha dado mayor importancia al beneficio económico que a la protección ambiental afectando intergeneracionalmente el disfrute de la naturaleza, lo cual significa que sus hijos y posiblemente sus nietos, tengan que padecer las consecuencias de la negligencia y corrupción institucional. Por el lado de los recursos naturales, la ambición industrial ha encontrado un paraíso terrenal en nuestro país, que les permite depredar nuestra flora y fauna, incluso, a cambiar pueblos enteros en aras de la explotación de vetas y yacimientos mineros, ante lo endeble de las leyes y las instituciones encargadas de la protección y regulación ambiental, de tal suerte, todos los días perdemos bosques, especies de animales y se contaminan ríos y lagos con aguas negras pues a la inteligencia humana del siglo 20 y 21, se le ocurrió que no habría mejor lugar que nuestros afluentes de agua dulce para verter los desechos domésticos e industriales; el agua de la que sólo disponemos el 2% de la existente en el planeta, se cuida absurdamente a través de desfiles y concursos de dibujo a los que, sin duda, serán convocados. Sin embargo, ustedes vivirán las consecuencias de la ineficacia de las políticas públicas ambientales y, la aguda crisis del agua, será parte de sus vidas si nuestras autoridades no despiertan de su letargo o si los puestos de decisión, los siguen ocupando políticos sin experiencia o privilegiados del sistema.

Las 19.7 millones de niñas y los 20.5 millones de niños mexicanos, enfrentan desde ahora, los impactos del cambio climático que ponen a prueba nuestra capacidad de respuesta para la adaptación o mitigación que hasta hoy, es casi nula pues no constituye una prioridad para las actuales administraciones gubernamentales, tal parece ser que este tipo de acciones no genera votos por lo que en este año de elecciones intermedias, los recursos públicos se destinarán desde la sombra del eclipse, a permanecer en el poder, utilizando a politiquillos de medio pelo para el acarreo y la distribución de migajas que nos condenan a seguir viviendo en condiciones de subdesarrollo mientras que pocas manos, acaparan enormes fortunas que hieren sólo a las conciencias reflexivas, pues hay otras que se conforman con una foto y un beso; más barato no se puede prostituir a la democracia. Hoy, los niñas y niñas no están seguros en México, pues es peligroso jugar en las calles o en los parques como lo hacíamos algunos de nosotros cuando tuvimos la dicha de vivir nuestra infancia a plenitud, siendo que en el mundo de los adultos la terea de construir un mundo mejor para nuestros niños, se antoja urgente e inmediato, sólo así podremos festejarlos con progreso y desarrollo sostenible y, con una Patria que les brinde la posibilidad de crecer armónicamente. Aun así, FELIZ DIA DEL NIÑO Y LA NIÑA. ■

 

*Representante de Zacatecas ante el Consejo Consultivo Nacional para el Desarrollo Sustentable

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