La situación del SPAUAZ no es desesperada porque los dispositivos de mediación (en el sentido que les da Roger Bartra en “Las redes imaginarias del poder político” Era, 1981) han funcionado con mediana eficacia. Mediana, porque en el momento que se vuelven visibles pierden algo de su capacidad de embaucamiento. Vayamos por partes, primero, recordemos el concepto de “redes imaginarias del poder político”, segundo, mostremos su pertinencia para el caso de los agremiados del SPAUAZ. Por “red imaginaria del poder político” Bartra entiende un “…conjunto de instituciones, relaciones sociales e ideas que tienen en común el hecho de formar parte de una red de mediaciones”. Una mediación es una “…transposición de los conflictos y contradicciones de clase a una red imaginaria que proporciona coherencia, unidad y estabilidad…”. Si estos son los conceptos con los que se puede ofrecer una explicación de lo acontecido los últimos días entre el SPAUAZ y la UAZ comencemos por recordar algunos hechos. Es un hecho que el SPAUAZ emplazó a huelga a la universidad y que el pliego petitorio no fue respondido por el patrón en los plazos estipulados en la Ley Federal del Trabajo, por lo que perdió su derecho a hacerlo. También son hechos que el salario se pagó hasta el día 18 de diciembre de 2019 cuando debió ser pagado el día 14, qué para el aguinaldo, que venció el día 12, no hay fecha de pago y quela comunicación formal entre las partes en conflicto (UAZ y SPAUAZ) está rota porque no existen documentos que den fe del avance de las negociaciones. Hechos igual de relevantes son que, sin la anuencia y apoyo del Consejo Universitario (que tiene el hábito de no existir), el rector convocó, por las redes sociales, a que quien quisiera lo acompañara a CDMX a realizar gestiones ante las autoridades federales porque no tenía dinero para pagar la quincena. Al parecer lo acompañaron algunos directores (derecho, psicología, UACA, veterinaria) algunos estudiantes y pocos docentes. El SPAUAZ decidió enviar un camión semivacío (como declaró el mismo dirigente del SPAUAZ en el programa de Francisco Esparza Acevedo) y, una vez allá, deambular sin mayor gloria, pero sí mucha pena, por las oficinas de los funcionarios federales y los diputados. En un video que circuló en redes (toda la información se obtuvo de videos y audios que diseminaron medios como Facebook o whatssap) se puede apreciar al rector, Dr. Antonio Guzmán Fernández, indicándole al secretario general del SPAUAZ que le preste 22 millones, y se nota al líder gremial solicitarle que le consiga una audiencia con Luciano Concheiro que no tuvo lugar. Con esos 22 millones, más otros 13 que le otorgó godezac, pudo pagar la primera quincena de diciembre, y logró incrementar la deuda de la UAZ con el gobierno del Estado de 140 a 153 millones. Si es cierto que recibirá 250 millones del gobierno federal (como se anunció en la prensa local, véase e.g. “El Sol de Zacatecas” o “La Jornada Zacatecas” de fecha 23 /12/2018) y decide pagar los adeudos tendrá 97 millones para pagar la segunda quincena de diciembre y el aguinaldo. Otro hecho de mucha relevancia es que el Comité de Huelga del SPAUAZ opinó (porque el líder formal del gremio, Pedro Martínez Arteaga, solicitó “opinión” no “permiso”) que sí le daba su voto de confianza al secretario general para que endeudará al sindicato con un empréstito de 35 millonesque prestaría a rectoría con el fin de pagar la segunda quincena de diciembre. Sin duda muchos hechos han sido dejados fuera, creemos, que describimos los más relevantes para nuestros fines. Intentemos darle un sentido a este rompecabezas. ¿Por qué la rectoría no contestó el pliego petitorio? ¿Por qué convocó de manera casi privada a los universitarios y no intentó un movimiento más amplio? ¿Por qué el SPAUAZ decidió seguir a la rectoría en una aventura destinada al fracaso y la parodia? ¿Por qué se logró una solución que bien podría haberse obtenido sin tortuosidad y con días de antelación? La respuesta, creemos y argumentaremos, consiste en que la rectoría y el SPAUAZ son parte de una red imaginaria del poder político con la que se le intenta dar estabilidad a una formación política que perdió viabilidad ideológica y financiera. El viaje a la CDMX fue la representación fallida de una lucha entre las fuerzas unidas del SPAUAZ-STUAZ-UAZ contra el gobierno federal en busca de recursos, a imitación de las también fallidas luchas de los 1970 pero ahora en clave de farsa porque no se logró convencer a los actores de movilizarse. Lo que indica el resquebrajamiento de la legitimidad del grupo que domina los diferentes sectores universitarios. Son hechos fuera de cualquier duda que no todos los directores se movilizaron, no se movilizaron los estudiantes, no hubo afluencia masiva de los agremiados del SPAUAZ, e incluso el líder del STUAZ no se apersonó en los camiones que fueron a pelear por más subsidio. Esta representación tenía por función ocultar la auténtica contradicción entre una masa de docentes empobrecidos y una rectoría pletórica de funcionarios opulentos sin proyecto de universidad, pero sí de lucro. ■
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