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sábado, 18 mayo, 2024
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Chapulines

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Por: SOCORRO MARTÍNEZ ORTIZ •

■ Comentarios Libres

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El proceso electoral federal intermedio de este año se encuentra en la etapa de registro de candidatos para ocupar el cargo de diputados al Congreso de la Unión. Debido a las corruptelas que caracterizan a los días que transcurren, se maneja la idea de seleccionar a los mejores ciudadanos y ciudadanas para dar garantía a la elección de candidatos, que habrán de postular cada uno de los 10 partidos en contienda: PRI; PAN; PRD; PT; PVEM; MC; Panal; Morena; Encuentro Social y Partido Humanista.

¿Quiénes son los mejores ciudadanos y ciudadanas a ocupar esos cargos? ¿Cuáles son los parámetros que se toman en cuenta para determinar su selección? Por desgracia, no resulta sencillo contestar a esas interrogantes pues los candidatos en su gran mayoría, son los mismos que actualmente ocupan también cargos de representación popular y deben solicitar licencia para separarse de ellos, en busca de un nuevo cargo de igual carácter ¿?

Así, encontramos diputados federales que buscan ser gobernadores de su estado; presidentes municipales que aspiran a una diputación federal; o diputados locales que tienen la misma meta, etc. Un ejemplo claro y a nivel nacional, es el caso del diputado federal Silvano Aureoles Conejo, quien pidió licencia a ese cargo en busca de la gubernatura en el  estado de Michoacán.

Muy lamentable, pues quienes ahora han pedido licencia son, en cierta forma, responsables de la profunda crisis que sufre nuestro país, porque en su oportunidad, los diputados federales acordaron y los locales aprobaron, las agresivas reformas emprendidas por Peña Nieto que lesionan las condiciones de vida de todos los mexicanos, negándoles el derecho de tener en su bolsillo los ingresos económicos suficientes como resultado de su trabajo, para la manutención propia y de sus familias, con todo lo que significa jurídicamente el amplio concepto de alimentos: comida, habitación, educación, atención médica y recreación proporcionalmente a su ingreso salarial.

Pero muchos de los actuales representantes populares tanto en el Congreso de la Unión como en las Legislaturas de los estados, no solamente han brincado de un cargo con la pretensión de lograr otro como si fuesen chapulines, también ha ocurrido lo mismo con respecto al partido de su origen. Lo abandonan al darse cuenta que no tienen ninguna posibilidad dentro de la selección para fungir como candidatos. Es por eso muy común encontrarnos con militantes de un determinado partido que gracias a él llegaron a ocupar un cargo de representación popular y después, por así convenir a sus intereses brincan a otro que les ofrece la protección de sus intereses que buscan, pues para nadie es desconocido los hechos recientes de corrupción: enriquecimiento ilícito, desvío de recursos públicos y nepotismo entre otros, en que se han visto involucrados no pocos de quienes ocupan tales cargos.

Hasta aquí, encontramos dos formas de chapulines políticamente: los que andan de un cargo a otro, y los que en afán de la protección a sus intereses recurren a un partido diferente al de su origen, sin importan la declaración de principios que esas organizaciones tienen y dan a conocer a todos sus militantes, o por lo menos las deben conocer, para sujetarse y velar por ellos, en bien de las mismas. No creo por ejemplo que los mismos principios asistan al Partido Acción Nacional y al Partido de la Revolución Democrática, para que con toda facilidad, algunos de sus militantes se den el lujo de anochecer en uno y amanecer en otro. Igualmente sucede con los demás partidos. También, se forman alianzas entre partidos con principios opuestos sin medir ninguna consecuencia, ni tener el menor respeto para sus militantes y simpatizantes que se unieron a ellos por convicción.

 

Yo considero que esta situación, actualmente no es gratuita. Veamos porque:

Con la reforma político-electoral del año pasado, se modificaron varios artículos constitucionales, entre ellos el 55, 58 y 59. El primero señala los requisitos para ser diputado, entre los cuales indica que no debe estar comprendido en alguna de las incapacidades que señala el artículo 59. El segundo artículo indica que los requisitos para ser senador, son exactamente los mismos que para ser diputados a excepción de la edad. Ambos, el 55 y el 58, deberán obedecer al 59. ¿Qué menciona esta disposición?

 

Nada menos que dos cosas importantes:

1.- Los senadores pueden ser electos hasta por dos periodos consecutivos. Lo cual les permite permanecer en su cargo hasta doce años. Actualmente son seis. Esta disposición entrará en vigor a partir del año 2018, con las elecciones federales que permitan la renovación del cargo de Presidente de la República.

2.- Los diputados al Congreso de la Unión podrán ser electos hasta por cuatro periodos consecutivos. Actualmente eran tres años, pero a partir del presente podrán ser electos hasta por doce años.

Las limitantes en ambos casos son: ser postulados por el mismo partido o por cualquiera de los integrantes de la coalición que los hubiere postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato.

¿Quién se niega a ser diputado al Congreso de la Unión o senador? Nadie. ¡Por supuesto! ■

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