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domingo, 28 abril, 2024
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La codicia de Salinas Pliego inspira la campaña de la derecha

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Por: BENJAMÍN MOCTEZUMA LONGORIA •

La pretensión de Ricardo Salinas Pliego de apropiarse de 63 mil millones de pesos de impuestos que desde hace varios sexenios se niega a pagar al SAT clarifica, como nunca antes, las múltiples formas de explotación que algunos capitalistas vienen haciendo al pueblo de México. Cuando menos, la explotación clásica que se da al dejar para sí el excedente (del trabajo socialmente necesario) que producen sus trabajadores y; por otro lado, el absorber capital financiero directamente de las arcas gubernamentales (capital social propiedad de la nación). Esa práctica ilegal, deshonesta, corrupta, abusiva, irracional, fraudulenta e injusta, transparenta la raíz y estructura del modelo de sociedad que defiende nuestra derecha corrupta a través de la impostora de ingeniera y de “indígena” Xochilt Gálvez, de la alianza PRI-PAN-PRD.

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La manera de acumular riqueza, de este oligarca mexicano (considerado uno de los 3 hombres más ricos de México), al que se suman otros como Claudio X González y Germán Larrea, no solo se funda en los mecanismos económicos tradicionalmente normales de los negocios, sino succionando parte de la riqueza que, en forma de contribuciones tributarias, aportan otros capitales y la ciudadanía en general. Eso no sólo coloca a este capitalista en una condición muy ventajosa frente a sus competidores, que terminan subsidiando al tiburón que los devora, daña considerablemente el bienestar social, ensancha la desigualdad, causa la destrucción del tejido social y contribuye a que afloren la multiplicidad de expresiones antisociales.

Magnates económicos, del tipo de Salinas Pliego, perciben una realidad invertida. La sociedad entera les pertenece y los tres niveles y poderes de gobierno sólo son “sus empleados” extraempresariales. Esperan que, a una instrucción caprichosa de ellos, cualesquier político o funcionario público corran a tenderse como alfombra roja, a rendirles pleitesía y a ser expeditos solucionadores de sus problemas, antojos voraces o aspiraciones de expansión económica. Se acostumbran con facilidad a ser tratados con privilegios en todos los terrenos sociales, a fanfarronear, ser fantoches y derrochar la riqueza que les crean sus trabajadores.

Gravar fiscalmente la riqueza de un burgués tan clasista como Salinas Pliego es una de las más grandes ofensas, en algunos de ellos está por encima de la honra y el descrédito. Su desprecio, clasismo y discriminación por los pobres queda de manifiesto en el regateo de un bajo salario y ausencia o escasas prestaciones, también por la burla y la mofa que hacen de líderes sindicales, políticos, gobernantes, intelectuales o cualquiera otra persona que no comulguen con ellos. Realmente se creen el cuento de que la sociedad existe para servirse de ella. Dicen que ellos son creadores de riqueza, de empleo, de bienestar y de las oportunidades de progreso. O sea, que sin ellos, la sociedad no funciona.

Durante el período neoliberal, los gobiernos de Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto, se les consintió sin reserva alguna a un puñado de empresarios que controlaron las principales actividades económicas del país. Igual se hizo con algunos extranjeros que llegaron a sentirse tan poderosos que ya hasta daban ordenes a los anteriores presidentes. Decidían cuánto pagar de impuestos, cómo hacerlo, mandataban el regreso de los mismos o que se les inyectaran recursos directos de la Hacienda Pública. Por eso, en la reciente pandemia, encabezados por Carlos Salazar, aprovecharon la coyuntura para intentar que el presidente AMLO les canalizara recursos públicos a sus negocios privados.

La codicia de ese grupo de oligarcas empresariales se expresa en la narrativa de propaganda no periodística de casi todos los medios capitalistas y monopólicos de la comunicación, toda vez que forman parte de ese paquete oligárquico. Esa narrativa, traducida en discurso político y en bagaje intelectual, da forma a la ideología que nuestra derecha esgrime por conducto de los partidos políticos que la representan, aunque con frecuencia de forma contradictoria.

La intensa campaña de montajes, falsas noticias, ataques, descréditos y mentiras tienen como matriz originaria la lucha de la clase burguesa más rancia de México por intentar un retorno al modelo de sociedad de la que han arrancado grandes riquezas a costa de la miseria y la desigualdad social. Ideología que, por enajenación, hacen suya muchos ciudadanos que no encajan económicamente en esa clase social.

Es muy importante tener presente que, en nuestro país, ese interés social está más que representado en la figura de Xochilt Gálvez quien es una simple marioneta o botarga política de esa derecha rancia. Sus contradicciones permanentes no son más que el resultado del nudo de contradicciones que existen en los grupos reaccionarios y antidemocráticos a los que representa. La otra opción, la de profundizar las transformaciones, la podemos ver en la figura de Claudia Sheinbaum, registrada por los partidos MORENA-PT-PVEM.

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