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domingo, 28 abril, 2024
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Salinas Pliego el síntoma de una enfermedad

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Por: RICARDO ARTEAGA ANAYA •

Nunca antes en la historia democrática del país, un empresario había despotricado en contra de un Presidente de la República de la manera en la que lo han hecho durante los últimos cinco años algunos empresarios como Salinas Pliego y Claudio X González, mucho menos cuando la oposición y estos mismos acusan al Presidente de ser un dictador que no permite la libertad de expresión, irónico. 

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Un pequeño sector de empresarios mexicanos han dejado el anonimato o el detrás de escenas para ellos convertirse en actores que dictan agenda en la opinión pública, en anteriores gobiernos, guardaban silencio y utilizaban a los medios de comunicación de los que son concesionarios o simplemente a los que controlan con recursos, en el actual gobierno, la estrategia de utilizar sus medios de comunicación así como echar mano de actores políticos de la derecha, ha fracasado puesto que han sido incapaces de lograr un respaldo popular. 

Es por esto que han optado por convertirse en actores políticos al mantener posturas radicales contra el gobierno de la 4T, el caso de Salinas Pliego no debe ser visto como el conflicto personal entre un Presidente y un poderoso empresario, sino que el verdadero problema resulta ser una cultura o visión en la que los un grupo de empresarios consideran que el Estado no debe participar en la regulación del mercado nacional, sino que por el contrario peste debe brindarles facilidades para que ellos lo regulen, así mismo, para que sus empresas obtengan contratos millonarios para cumplir con las funciones, obligaciones y servicios Constitucionales del Estado Mexicano, de los Estados de la República y municipios. 

De esta forma es que la obra pública dejó de ser pública, es decir, dejó de llevarse a cabo por los gobiernos y éstos terminaron pagándole a empresas particulares grandes cantidades de dinero para que construyan caminos, carreteras y obras, acto que no debe ser siempre visto mal, sin embargo, empresarios como Salinas Pliego, Claudio X. González, Roberto Madrazo, aprovecharon dicho mecanismo para corromper a políticos, inflar los costos de obra pública muchas veces el valor de la misma y con los excedentes financiar campañas para convertirlo en un ciclo de favores y pago de los mismos, obtener mucho poder a través de la coptación de gobernadores, legisladores locales, federales y presidentes municipales para después obtener beneficios fiscales, obra pública, compra de bienes y servicios y hasta compra de medicamentos a altos costos. 

La verdadera enfermedad es la visión que estos empresarios promueven a través del engaño y la mentira, buscando hacer creer a los mexicanos que la participación del Estado en la obra pública, en la compra de medicamentos a un precio justo, el pago de impuestos y la separación del poder político del económico, son una catástrofe para el modelo económico del país, sin embargo, lo que realmente defienden es el círculo de corrupción que durante décadas los convirtió en amos del país al tener a políticos y Presidentes en el bolsillo. 

La separación del poder político y económico que impulsó el Presidente López Obrador, evidentemente ha puesto en riesgo y ha evidenciado el mecanismo de corrupción que durante décadas algunos empresarios han hecho propio para beneficio propio y de sus familias, mientras más campañas negras pagan para tratar de meter en el mismo saco al Presidente, a sus hijos o a otros actores de la 4T, más evidente es que los intereses de dueños de medios de comunicación, comunicadores, periodistas y empresarios se están pisando, entre más campañas de mentiras, más redes de corrupción se tocan con el combate a la misma. 

El caso de Salinas Pliego es solamente el síntoma de la gran enfermedad que unos cuantos construyeron y consolidaron hasta en el gobierno municipal más pequeño del país: La corrupción como un mecanismo de enriquecimiento y obtención de poder a través del control del poder político. 

El país está cambiando, las campañas de mentiras se fortalecerán y ampliarán, la derecha seguirá sin construir un proyecto político e ideológico para quienes no coinciden con el gobierno de la 4T, este continuará bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum y seguramente se profundizará la separación del poder político del económico para que los políticos recuperen la dignidad de sus encargos y sean capaces de tomar decisiones pensando en el pueblo de México y no en el de quienes financian sus campañas, ambas fuerzas pueden coincidir y aportar para la construcción de un mejor país, la clave está compartir la visión de que acabar con la corrupción es mejor que mantenerla. 

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