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viernes, 3 mayo, 2024
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Despido masivo: un gobierno de ética inteligente o la barbarie gubernativa

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Por: La Jornada Zacatecas •

La economía es un sistema: si una pieza falla la totalidad lo resiente. Un reloj es un sistema total y todas sus piezas son interdependientes. Igual la economía y la sociedad. La organización que mueve al aparato que gobierna al Estado, es una pieza clave en la relojería social. Así las cosas, un gobernante es una suerte de relojero que debe saber qué ocurrirá con el aparato si mueve una pieza o la sustituye por otra. Las decisiones suponen una serie de cálculos sobre los impactos de mover un componente en el resto del mecanismo. Por esa razón, gobernar sí tiene ciencia. 

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La decisión de realizar un despido masivo de personal de la administración pública estatal debe ponderarse con una serie de factores. El primero es el impacto sobre el bienestar de varios miles de familias: padres y madres de familia que tienen la urgencia de llevar sustento a un hogar, no es cualquier cosa. Junto al tema económico se suma la angustia de niños o abuelos que quedan sin amparo de un día para otro. El segundo es el impacto en el conjunto del crecimiento económico: el desempleo de miles de burócratas tendrá un efecto sobre la demanda agregada del mercado estatal: cuántos comerciantes, proveedores y empresarios verán mermadas sus ventas por esta decisión. Y si la caída de ventas provoca disminución de ingresos en los negocios, se verá mayor desempleo de personas de la iniciativa privada y menores salarios en la oferta laboral de la misma. La decisión del despido masivo tiene pues dos niveles de impacto: sobre las familias directamente afectadas y sobre el mercado en su conjunto. La paradoja de este tipo de decisión es que la misión del gobierno es crear mejores condiciones de bienestar en la población.

Para evitar la paradoja de tener la misión de construir bienestar y decidir dejar en la calle a miles de familias, el gobierno debe hacer un plan de retiro en el cual los desplazados del gobierno tengan una opción laboral alternativa. Esto es, uno de los objetivos del gobierno es la creación de empleos y evitar el desempleo o el empleo precario, ¿cómo es que él mismo lo provoca? El gobierno debe crear la alternativa laboral de aquellos que despide, de lo contrario es un gobierno no sólo mediocre sino regresivo. Y la creación de alternativas laborales no sólo sirve para evitar el efecto pernicioso sobre las familias, sino sobre el mercado (y la economía) en su conjunto.

En otras palabras, se vale que adelgacen la nómina de servidores públicos, sí y sólo sí se eviten los dos efectos perniciosos que arriba mencionamos. Y no hemos analizado el efecto sobre las capacidades del propio gobierno, ya la forma de implementar el despido masivo no ha considerado la calidad de servidores que desocupan sólo por pensar que son afines a grupos políticos distintos al gobernante. Que también es un tema importante. 

¿Cómo es que este gobierno toma las decisiones? ¿Sobre la base de los cálculos antes dichos y una ética solvente, o sobre venganzas políticas que llevarán al colapso, o sobre la creencia de un ‘ahorro’ que saldrá carísimo? Ante este escenario, el gobierno de Zacatecas debe elegir si decide en base a evidencia y criterios éticos o sobre la base de creencias sin evaluar o venganzas y emociones decadentes. Esto es, estamos ante dos opciones: o el gobierno de ética inteligente o la barbarie gubernativa.

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